Óscar Gómez
LA PATRIA | Pueblo Nuevo
La tradicional peregrinación del 3 de mayo al monumento de la Santa Cruz en el cerro La Iguana, en Nariño (Antioquia), tuvo escasos participantes por la pandemia. Años antes, desde las 3:00 de la mañana llegaban peregrinos para iniciar la penitencia del ascenso al cerro.
Viajeros de diferentes regiones de Antioquia, Caldas y de otros lugares del país llegaban al monumento para ofrendar sus beneficios, asistir al culto de exaltación y pagar alguna promesa.
Muchos no llegaron por las medidas tomadas en el municipio como toque de queda y aislamiento estricto. Pero sí vinieron por su cuenta y riesgo José Hernández y su vecino, de la vereda Uvital, de Nariño. "Uno que tiene la fe de visitar la cruz los tres de mayo, acude. Vengo a cumplir una promesa y no perder la tradición.
También llegaron desde Pensilvania Luis y María Arango. "No querremos dejar caer las tradición. Siempre venimos en esta fecha. Aplicamos las medidas de seguridad sanitaria. Lástima el problema de la pandemia en el mundo".
El proceso del monumento religioso se inició en 1937 y culminó el 14 de septiembre de 1967. En ese entonces las pesadas piezas de la estructura de la cruz fueron trasladas desde Medellín en varios camiones hasta el Túnel, en la carretera Nariño-Puente Linda.
De allí en adelante fueron trasladadas en hombros de aguerridos campesinos por escabrosos caminos de herradura hasta llegar al cerro de La Iguana.
José Hernández, de la vereda Uvital, no pierde oportunidad de visitar el monumento a la Cruz el 3 de mayo.
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