EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La implementación del acuerdo de paz del Gobierno y las Farc entra esta semana en una nueva fase al cumplirse el periodo de 180 días para la dejación de armas y desmovilización de la guerrilla sin que se haya logrado el objetivo, lo que puede conducir a una prórroga del plazo.
El calendario empezó a contar el pasado 1 de diciembre, un día después de la ratificación por el Congreso del acuerdo firmado el 24 de noviembre en Bogotá, y a pesar de que las partes definieron fechas precisas para la implementación de la paz, problemas de diverso tipo acabaron retrasándola.
Las Farc insisten desde hace meses en la necesidad de "recalendarizar", como llaman a la prolongación del plazo para la dejación de armas, una posibilidad que parece inevitable toda vez que hoy se cumplen los 180 días con el objetivo todavía lejano.
Sin embargo, las partes fijaron luego como plazo el 31 de mayo, es decir dos días más, porque tomaron como referencia el mes patrón de 30 días.
"Queremos recordar, sin embargo, que lo importante no es solo firmar el acuerdo, sino cumplirlo", manifestó el sábado en Bogotá el número dos de las Farc, Luciano Marín, alias Iván Márquez, en un acto de celebración de los 53 años de fundación de esa guerrilla.
Para la guerrilla, se necesitan al menos dos meses más para poder dejar las armas, periodo que Gobierno y Farc discuten desde la semana pasada en la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación (CSIVI) del acuerdo de paz, de donde se espera que salga una decisión a más tardar el miércoles.
Razones
Las Farc argumentan que están cumpliendo porque desde mediados de febrero pasado reunieron a 6 mil 934 guerrilleros en las 26 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN), donde deben hacer el tránsito a la vida en sociedad, pero insisten en que el Gobierno no ha cumplido todo lo pactado.
En el Gobierno reconocen que el calendario según el cual en el Día D+180 debía finalizar la dejación de armas de la guerrilla en manos de la ONU está atrasado, pero aseguran que de ninguna manera están "inmovilizados" porque se trabaja en diferentes campos para cumplir lo acordado.
Prueba de ello es que el pasado viernes el presidente, Juan Manuel Santos, anunció que en vista de que mañana expiran la facultades especiales que le otorgó el Congreso para la implementación de la paz, en estos días firmaría varias normas que agilizan el proceso.
Desde entonces ha firmado decretos relacionados con el campo, entre ellos uno sobre educación en zonas afectadas por el conflicto armado y otro que crea el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia.
"El Gobierno colombiano está totalmente empeñado en cumplir con los acuerdos, es la palabra empeñada del Gobierno, del Estado colombiano", dijo Santos, quien añadió que a lo que el país aspira "es a que las Farc se desarmen a la mayor brevedad posible".
El proceso ha estado rodeado del más absoluto secreto, pero según el último informe de la ONU, encargada de registrar, identificar, recibir y destruir las armas y municiones que entreguen las Farc, hasta comienzos de este mes tenían en su poder cerca de mil.
Esas armas corresponden a aquellos guerrilleros que hacen parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V) del alto al fuego y de los que están en tareas de sustitución de cultivos ilícitos, desminado humanitario y pedagogía para la paz, pero faltan las del grueso de los rebeldes.
Las Farc argumentan que la demora se debe a que el Gobierno no ha cumplido en lo que tiene que ver con la construcción de las ZVTN y a que tampoco tienen las garantías de seguridad jurídica, física y de medios de subsistencia una vez dejen las armas.
En el Gobierno hay quienes consideran que hay que acelerar el proceso de dejación de armas, pero la guerrilla insiste en que mientras no se den las condiciones, es mejor prorrogar el tiempo.
"Si duramos enfrentados 53 años, por qué no vamos a durar unos días o unos meses más para ponernos al día (...) para que todo salga como debe ser", afirmó el comandante del frente 29, Ramiro Cortés, al mando de la ZVTN de Betania, situada en Policarpa, en el departamento de Nariño.
El jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, regresó a Colombia procedente de Cuba, para celebrar el 53 aniversario de fundación de esa guerrilla.
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