EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La campaña presidencial de Colombia ha sido una carrera masculina en la que la única mujer, Íngrid Betancourt, ha desistido antes de llegar a la meta, donde se condensan tres candidatos blancos que han dejado los temas de género muy abajo en la agenda.
Este hecho quedó en evidencia con la última salida de tono de uno de los seiscandidatos, el populista Rodolfo Hernández, quien va tercero en las encuestas y amenaza con meterse en una segunda vuelta contra el favorito Gustavo Petro. “Es bueno que ella haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el Gobierno, a la gente no le gusta”, dijo en una emisora de la radio musical Bésame.
Las palabras que se han viralizado, no obstante, están ligeramente sacadas de contexto, pues el candidato, un magnate e ingeniero que fue alcalde de Bucaramanga, se refería al rol de su esposa, Socorro Oliveros, como posible primera dama y aseguraba que a ella no le gusta aparecer en público y que además a quien elegiría el electorado es a él y no a ella, por lo que tener ese cargo no electo es un “gasto de plata a la ciudadanía”.
Sin agenda de género
Sin embargo, más allá de estas polémicas, las propuestas para atajar el machismo, la desigualdad de género y la violencia machista han sido las grandes ausentes de la docena de debates que han mantenido los candidatos.
“Muy rápida la pregunta y muy rápida también la respuesta”, introdujo la sección sobre el tema la directora de la Revista Semana Vicky Dávila en el debate del pasado lunes: “¿Es machista la política en Colombia? ¿Por qué no hay una mujer entre los candidatos presidenciales?”.
Apenas cuatro minutos en total duraron las respuestas de los tres candidatos que participaron, Petro, el derechista Federico Gutiérrez (que va segundo en las encuestas) y el aspirante de centro Sergio Fajardo.
Incluso Gutiérrez aseguró que no hay machismo y que él no cree que “ese tema de la ley de paridad, porque toca, no, es por las capacidades de las mujeres”, a pesar de que, aunque él mismo aseguró que hay mujeres con capacidades, ninguna está en la contienda electoral.
No se ha hablado de propuestas para acabar con los más de 600 feminicidios que tuvieron lugar el año pasado, según organizaciones, o para igualar el 13% más que de media gana un hombre que una mujer en Colombia o para reducir el desempleo femenino, que tiene sin trabajo a casi 90.000 mujeres más que hombres.
El apoyo de las “segundas”
Para paliar esta falta de inclusión y el hecho de que todos sean hombres blancos, están las “segundas”, ya sean las fórmulas a la Vicepresidencia, de las cuales solo Hernández y Petro son mujeres, o sus parejas (o nadie, en el caso de Gutiérrez).
Petro, quien ha sido criticado en multitud de ocasiones por las feministas de su entorno y ya ha sufrido la separación de su anterior pareja vicepresidencial del 2018, Ángela María Robledo, ha retomado su fuerza entre las votantes mujeres al elegir a la afrocolombiana Francia Márquez compañera de fórmula.
De raíces humildes, con bagaje en la lucha social y víctima del conflicto, Márquez ha sabido reivindicar muchas de las discriminaciones que las mujeres enfrentan cada día, y sobre todo a las que las mujeres negras se ven expuestas.
“Como muchas mujeres colombianas tristemente por no haber tenido una educación sexual y reproductiva quedé embarazada a los 16 años”, contaba en el cierre de campaña el pasado domingo, haciendo referencia a un drama que afecta en Colombia a una de cada cinco adolescentes.
Sin embargo, en las pocas revelaciones que ha hecho Petro de su posible equipo si gobierna las mujeres brillan por su ausencia. El exalcalde de Bogotá anunció ayer en una entrevista con la W Radio que le gustaría que el moderado José Antonio Ocampo, quien dirigió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sea su ministro de Hacienda.
Hace unos días habló del exmagistrado Iván Velásquez, quien estuvo al frente de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), para dirigir una comisión solicitada a la ONU para investigar delitos de corrupción.
Hernández también optó por una mujer, la profesora universitaria Marelen Castillo, como su segunda, mientras que Gutiérrez y Sergio Fajardo acabaron nombrando hombres.
Este último, un candidato de centro que fue de los únicos que se mostró totalmente abierto a legislar sobre el aborto antes de que fuera despenalizado a principios de este año por la Corte Constitucional, aseguró también en el debate del pasado lunes que: “Yo tengo la fortuna de tener una mujer, yo creo que la más brillante que ha habido en la vida pública, María Ángela Holguín”, refiriéndose a la excanciller y su actual pareja.
La brecha generacional
Unos 8 millones de votantes acreditados mañana son jóvenes, mientras los cuatro principales candidatos tienen una media de 62 años, siendo Gutiérrez el más joven con 47.
Mientras Petro, a pesar de sus 61 años, ha sabido recoger el descontento juvenil que se vio en las calles durante el paro nacional del año pasado, Hernández, con sus 76 años, también parece crear furor en un sector de la juventud.
Son los jóvenes quienes se han organizado en caravanas “rodolfistas” para movilizar votos por este candidato populista a pesar de que él apenas ha hecho actos de campaña y también quienes se sienten apelados con los videos que sube a Instagram y TikTok, recreando videojuegos y usando remixes de reguetón y guaracha.
ONU espera que elecciones se den en ambiente libre de violencia
La ONU en Colombia aseguró ayer que confía en que las elecciones presidenciales de mañana se desarrollen “de forma participativa e incluyente, en un ambiente de respeto y libre de violencia”.
“La Organización de las Naciones Unidas valora la tradición democrática del país y su solidez institucional, incluyendo la del sistema electoral”, detalló la ONU en un comunicado.
El organismo agregó que espera que los comicios del domingo sean “unas elecciones presidenciales en las que se garanticen los derechos políticos de la ciudadanía y de sus representantes, los principios de transparencia, la rendición de cuentas y el Estado de Derecho”.
La Registraduría, organizadora de las elecciones, está cuestionada desde que en los comicios legislativos del 13 de marzo hubo una diferencia de decenas de miles de votos entre el preconteo y el escrutinio definitivo que afectaron sobre todo al Pacto Histórico.
Expresidentes colombianos, presentes en la campaña pero sin caudal electoral
Herederos de una casta gobernante que se remonta a dos siglos y exponentes de la vieja política, los expresidentes colombianos juegan un papel preponderante en las elecciones presidenciales de mañana, pero sin el caudal de votos de otras épocas.
En la mayor parte de su vida republicana Colombia fue gobernada por un sistema bipartidista de los partidos Liberal y Conservador, que incluso llegaron a pactar la alternación del poder mediante el Frente Nacional que estuvo vigente entre 1958 y 1974, tras el cual comenzaron a surgir nuevas fuerzas políticas, con el consecuente debilitamiento de las tradicionales.
César Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998), Andrés Pastrana (1998-2002), Álvaro Uribe (2002-2010) y Juan Manuel Santos (2010-2018) forman ese ramillete de figuras políticas que detentaron el poder y que aún siguen sonando, un caso único en América Latina.
"Los expresidentes en Colombia tienen un poder político pero mucho menor al que se les atribuye desde afuera", expresa el profesor de Ciencia Política de la Universidad Javeriana Andrés Dávila.
Y es que para Dávila es mejor mirar caso por caso a los exgobernantes, de los que dice que "claramente un caso aparte es el de Uribe" porque fundó un partido político, fue presidente, senador y se encargó de catapultar a Santos y al actual presidente, Iván Duque.
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