COLPRENSA | LA PATRIA | Medellín
El vicepresidente, Angelino Garzón, sostiene que cada ataque de guerrillas es un "disparo" a la esperanza de paz y sugiere llegar a un acuerdo de "mínimos humanitarios".
Como vicepresidente defiende la voluntad del Gobierno de buscar el fin del conflicto armado vía negociación. Pero fiel a su estilo decir lo que piensa y apartándose del libreto oficial de su cargo, insiste en reclamar a las guerrillas y el mismo Estado “menos discursos y más hechos de paz”.
Por eso se atreve a disentir de cómo se desarrolla el proceso de paz con las Farc, para sugerir a los negociadores del Gobierno en Cuba “cogerla la caña a las Farc” de pactar un acuerdo sobre uso de explosivos y así acordar mínimos humanitarios, como la renuncia al uso de minas antipersona o reclutar menores de edad.
-¿Por qué sugiere a los negociadores “cogerle la caña a las Farc”?
Creo que lo más urgente para salvar los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc es un acuerdo sobre mínimos humanitarios. Es positivo, por ejemplo, que las Farc estén dispuestas a explorar un acuerdo sobre uso de minas antipersona, y el Gobierno debería proponerle a la guerrilla un acuerdo de mínimos humanitarios. Las bases podrían ser la renuncia a la práctica criminal de instalar minas de la muerte, facilitar con el Estado y la comunidad internacional el desminado de regiones minadas, desistir del reclutamiento de menores de edad, de ataques a la población civil y la infraestructura del país.
-¿A qué se puede comprometer el Gobierno?
El Gobierno puede redoblar sus esfuerzos en la atención a víctimas del conflicto, de las minas y en este caso proteger y respetar la vida de guerrilleros que ayuden al desminado en las regiones agrarias. También a llevar más inversión social a las zonas con más pobreza y más necesitadas debido al conflicto.
-Pero los ataques de la guerrilla no generan confianza en los colombianos...
Por eso es necesario llegar que la guerrilla se comprometa con acuerdos mínimos humanitarios, porque cada acción violenta de las guerrillas, como el asesinato atroz de los dos policías en Tumaco, es un disparo al proceso de paz y al deseo del pueblo colombiano de avanzar en una negociación basada en compromisos de verdad, perdón y reconciliación.
-Se planteó un proceso de meses y no años, ¿cree que en el 2014 sí se logra un acuerdo final con las Farc?
Lo más importante es la voluntad política del Gobierno de firmar este año el fin del conflicto con las Farc e iniciar un proceso de paz con el Eln. Ahora, lo fundamental es exigirles a las guerrillas que ya es tiempo que rompan los miedos de acordar la paz, lo más revolucionario que pueden hacer es firmar un acuerdo de paz.
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