LA PATRIA | COLPRENSA | BOGOTÁ
Se insiste desde distintos sectores en que el gran problema del presidente, Iván Duque, es su falta de gobernabilidad para poner la agenda del país. Su relación con el Congreso es el factor más complicado para sacar adelante iniciativas de su ruta presidencial.
Para algunos, los movimientos que ha hecho el mandatario faltando poco para despedir el año, son muestra de que aprendió la lección de manera tardía, que puede traducirse en la recuperación de su gobernabilidad. No obstante, habría que esperar el nombre de las fichas que entrarían a hacer parte de su equipo.
Por el momento, luego de varios escándalos en el Ejército y de la insistencia de un cambio en la Cúpula Militar, el general Nicacio Martínez dejó el poder de esa fuerza. Otro que salió de su cargo, para sorpresa de muchos, fue Juan Pablo Uribe, quien dirigía el Ministerio de Salud. Se espera una persona más política en su remplazo.
Cambios
También se mantiene la expectativa ante posibles cambios en las carteras de Agricultura, Cultura, TIC, Interior y de algunos institutos como el Bienestar Familiar, al tiempo que se espera la participación del partido Cambio Radical en el Gobierno, luego de que gracias a su apoyo se pudiera aprobar en el último momento la reforma tributaria.
Mauricio Jaramillo, experto en política, señala que con este último movimiento el presidente Duque terminó bien su relación con el Congreso. A su juicio, la aprobación de la reforma fue un gran logro que podría ir, eventualmente, en detrimento de la popularidad del mandatario, porque impactará a la ciudadanía.
Si los nombramientos que se vienen reflejan un impacto positivo en el relacionamiento con los partidos podría haber una correlación de fuerzas que le ayuden a la gobernabilidad, que agrega el experto tiene un margen mínimo de maniobra pese a hechos tan importantes que la afectan, como las protestas sociales con las que se terminó el año.
Jaramillo cree que para aumentar esta favorabilidad, el jefe de Estado debe concretar el diálogo que convocó con la sociedad como respuesta a las protestas que empezaron el 21 de noviembre, porque si no da resultados concretos es probable que los colombianos lo asuma como algo estéril.
Relaciones
El analista político Jorge Iván Cuervo señala que el Gobierno está a la deriva, debido a que ha sido incapaz de proponer la agenda del país, que es lo que debe suceder en los estados que tienen este tipo de democracias. Dice que la ruta del Gobierno ha sido impuesta, como se vio en los últimos días con el paro nacional, cuando las fuertes movilizaciones obligaron a que se replantearan algunos temas.
Cuervo añade que otra razón por las que el presidente no tiene amplia gobernabilidad es que se ha dedicado a eludir temas que son clave, como reconocer el proceso de paz y los nuevos desafíos que se están generando a partir de este, no saber leer la sociedad y persistir en una narrativa que no funciona.
El experto insiste en que tal y como lo aceptó la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, para mejorar esta gobernabilidad es necesario que las fuerzas políticas acompañen al presidente y no solo Cambio Radical, sino los liberales y la U, pero para esto necesitan representatividad, que no es lo mismo que mermelada.
El analista asegura que una manera de mejorar la gobernabilidad presidencial es a través de la relación con los mandatarios locales entrantes, que tienen un importante papel a nivel regional. Añade que llegarles a las regiones es fundamental para la credibilidad y la imagen de Duque, que hoy tiene una desfavorabilidad cercana al 70 %, según las últimas encuestas.
Lo que puede venir
La recuperación de la gobernabilidad presidencial para el 2020 depende de que Duque entienda que gobierna para todo un país y por esta razón debe alejarse del uribismo para ahondar en temas que para su partido son complicados como el proceso de paz con las Farc. Cuervo agrega que debería buscar una agenda social más vigorosa y fortalecer la política de protección a líderes sociales, pero en el fondo sigue teniendo la agenda del Centro Democrático.
Sin embargo, afirma que es difícil que el jefe de Estado se desmarque del partido de Gobierno, porque no tiene ni el carácter y mucho menos el capital político para hacerlo. Por esta razón, asegura, seguirá atrapado en la narrativa de su partido y eso lo van a sentir los sectores sociales.
John Mario González, analista político, señala que insistir durante 18 meses en la idea de no tener representación para los partidos políticos en su gobierno afectó de manera grave su gobernabilidad y la paz política del país, que no recuperará fácilmente.
“De aquí en adelante la gobernabilidad va a estar al vaivén del activismo de los movimientos sociales, de la calle, de la opinión pública, y en ese sentido yo creo que los partidos políticos si entran van a defender temas de la agenda de Duque, pero no van a ir a las regiones a jugársela por el Gobierno”, agrega González.
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