El terrorismo se ha convertido en el arma preferida de las Farc en su lucha contra las Fuerzas Armadas. En eso coinciden los expertos en conflicto armado y así lo demuestran los recientes hechos.
En las últimas dos semanas la guerrilla ha protagonizado una cadena de ataques con explosivos, la mayoría en el suroccidente del país. El último se registró el lunes en la vía que comunica a Cali con Popayán, donde presuntos guerrilleros detonaron un artefacto explosivo, entre Santander de Quilichao y Mondomo, que afectó el tránsito de vehículos.
Asimismo ayer, tras seis días de trabajos, técnicos antiexplosivos del Ejército detonaron de manera controlada la camioneta bomba que había sido abandonada en una vía terciaria del municipio de Inzá, en zona rural del Cauca.
Estos hechos se suman a las emboscadas que el grupo subversivo ha ejecutado en municipios del Pacífico, que han dejado ya seis miembros de las Fuerzas Armadas muertos, entre ellos cinco policías y un infante de marina; además de varios heridos.
Escalada terrorista
Así las cosas, los analistas confirman que el país está, sin duda, ante una escalada terrorista de las Farc, que tiene el objetivo de lograr beneficios militares, económicos y políticos para su estructura guerrillera.
John Marulanda, experto en seguridad, afirma que esta táctica de guerra les permite a las Farc dar golpes certeros a la Fuerza Pública, a pesar de que hoy no cuentan con una fuerte capacidad armada.
“Es su forma de mostrar que no están derrotadas y, por lo tanto, sacar ventaja de eso en las negociaciones de paz de La Habana (Cuba)”, dice Marulanda.
El analista explica que, además del terrorismo, las recientes acciones de las Farc apuntan a una estrategia de “sabotaje”, que incluye la activación de explosivos, carros bomba y campos minados; así como la voladura de puentes y los ataques a la infraestructura petrolera y energética.
Eso explicaría por qué hoy las Farc casi no participan en combates contra las Fuerzas Armadas ni en la toma de pueblos.
En ese sentido, el coronel Hugo Márquez, comandante de la Policía de Nariño, aclara que la guerrilla “evita a todo momento la confrontación armada con nuestras unidades, porque prefiere instalar cargas explosivas, ya que eso lo pueden hacer dos o tres subversivos”.
Y es que, de acuerdo con un estudio de la Fundación Paz y Reconciliación, desde el año pasado las Farc realizan al mes, en promedio, 182 acciones, de las cuales la mayoría corresponde a ataques que las autoridades califican de terroristas.
Esta estrategia de la guerrilla, según el analista León Valencia, también es una respuesta a la presión que ejerce la Fuerza Pública en algunas zonas del país, como el Suroccidente.
“Estas acciones tienen el propósito de sacar a la Fuerza Pública de algunas zonas, pues les han dado golpes muy contundentes. Es decir, si hay una presencia grande de las Fuerzas Militares en un sector, la respuesta de las Farc es desplegar pequeños grupos para hacer hostigamientos”, explica Valencia.
Narcotráfico
La desesperación por recuperar los espacios que ha copado la Fuerza Pública se debería, en gran parte, a la urgencia de mantener el narcotráfico, el cual -según estudios del conflicto armado- se ha visto afectado, pues muchas rutas que antes eran utilizadas para este negocio ilegal, hoy son controladas por la Fuerza Pública.
John Marulanda aclara que aunque esta ofensiva de las Farc genere un impacto mediático, también demuestra su debilidad militar. “Muchos creyeron que el proceso de paz era una excusa de las Farc para ganar tiempo y espacio, y así aumentar su fortaleza, pero estos últimos hechos confirman que, debido a su poca capacidad militar, deben recurrir al terrorismo”.
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