LA PATRIA | BOGOTÁ *
El presidente, Juan Manuel Santos, dijo ayer que las autoridades trabajan en tres líneas de investigación por el atentado terrorista del sábado en el Centro Comercial Andino de Bogotá que dejó tres mujeres muertas, una de ellas francesa, así como nueve heridos.
El mandatario encabezó ayer un consejo de seguridad por este ataque que provocó la condena unánime de los colombianos y al término de esa reunión anunció además una recompensa de 100 millones de pesos por información sobre los responsables del atentado.
"El equipo investigador tiene tres hipótesis concretas y no las voy a mencionar para no dañar la investigación", dijo Santos en una declaración junto al fiscal general, Néstor Humberto Martínez; el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa; el ministro de Defensa encargado, general Juan Pablo Rodríguez; el jefe del Ejército, general Alberto Mejía, y el director de la Policía, general Jorge Hernando Nieto.
Los señalados
Ningún grupo se ha atribuido el atentado, y el Eln, hacia la cual apuntaron algunas miradas, condenó el mismo sábado el hecho, que calificó de "execrable" al tiempo que pidió "seriedad a quienes hacen acusaciones infundadas y temerarias".
Para el analista John Marulanda, hay motivos para pensar en esa guerrilla. “Alias Pablo Beltrán dijo la semana pasada que el Eln seguirá secuestrando, volvió a volar un oleoducto, mató a un soldado en Arauca, hirió a varios Policías en Norte de Santander, el Eln está en franca guerra, tiene más antecedentes en guerra urbana y tiene células en Bogotá”, considera el experto.
De hecho, de los últimos atentados en la capital del país en los últimos dos o tres años, casi todos de pequeño poder destructivo, algunos han sido atribuidos al Eln, como el del 16 de diciembre pasado cuando milicianos asesinaron a un auxiliar de Policía que prestaba vigilancia en una subestación en la carrera Séptima con calle 200. Incluso, llenaron el cuerpo de explosivos para accionarlos cuando llegaran sus compañeros.
Inclusive, fue el Eln el que puso una bomba el 18 de febrero de este año en el sector de La Macarena, donde murió un policía que pasaba por el sitio y 20 personas más quedaron heridas.
Las autoridades no han dicho hacia quién apuntan las investigaciones, pero otra hipótesis que barajan es que sea el Clan del Golfo que antes era conocida como los Urabeños, banda criminal de origen paramilitar que en las últimas semanas desencadenó una ola de asesinatos de policías en todo el país en represalia por las operaciones en su contra.
Esta bacrim es dirigida por Darío Úsuga, alias Otoniel, y a través del ‘plan pistola’ ha buscado presionar al Gobierno para una negociación política para obtener beneficios jurídicos, algo que ha descartado el Estado que solo acepta su sometimiento a la justicia.
“Una banda narcoterrorista como el Cartel del Golfo es poco probable que haya cometido este atentado, pero no se puede descartar del todo. Tampoco se puede descartar que haya tenido alguna participación algunas disidencias de las Farc que no están de acuerdo con el proceso de paz y prefieren seguir dedicados al narcotráfico”, agrega Marulanda.
Esta hipótesis cobra fuerza si se recuerda que hace algunas semanas se conoció de un memorando interno de la Fiscalía en el que se advertía de “posibles atentados en contra de las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación”, y de una comunicación interna de la Policía Nacional sobre “la posibilidad de asesinatos de policías en Bogotá e incluso de ataques con explosivos en la capital”.
Una tercera hipótesis apuntaría al llamado Movimiento Revolucionario Popular (MRP), que ha reivindicado la autoría de algunas explosiones contra Porvenir y Cafesalud en la capital del país.
Este movimiento armado ilegal, según las autoridades, tienen vínculos con algunas células urbanas del Eln y tendría su nicho político en algunas universidades públicas. “Este MRP tiene experiencia en explosivos, en atentados a la Policía y ha ejecutado otros ataques contra uniformados en Bogotá, o sea que no se puede descartar”, agrega Marulanda.
Un atentado distinto
El analista Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación y experto en conflicto armado y seguridad nacional, dice que el atentado en el Centro Comercial Andino es diferente a los 23 anteriores ataques con explosivos que ha sufrido la capital del país en los últimos tres años.
“Este atentado terrorista no guarda semejanza con los anteriores por los horarios, por ser un sitio de aglomeración pública. No hay parámetros para compararlo con los otros”, dice Ávila.
Y explica que se trata de “un atentado diferente, en un centro comercial, dejaron el explosivo en un baño, en horas de la tarde, previo al Día del Padre y sin un objetivo específico, así que el modus operandi es distinto”.
Por eso, el experto dice que “pudieron haber sido estructurales radicales de derecha para ‘tirarse’ el proceso de paz, o estructuras radicales de izquierda seguramente para atacar la clase media y alta que frecuente el centro comercial Andino, “pero no hay una hipótesis clara”.
Sea quien sea, Santos dijo que le ha pedido a las autoridades mantener "informada a la opinión pública, pero solo con información cierta, confirmada y conveniente y que no afecte el avance de la investigación".
Insistió, sin embargo, en que "las dos únicas entidades autorizadas para dar información son la Fiscalía y la dirección de la Policía", pues cualquier otra fuente puede dar lugar a especulaciones que "pueden inclusive generar pánico".
Para ponerse el frente de la investigación en estos primeros días, que definió como "cruciales", el mandatario canceló el viaje que tenía previsto emprender hoy a Portugal para una visita de Estado, aunque mantuvo la que hará a Francia a partir del miércoles.
El atentado se cobró la vida de la francesa Julie Huynh, de 23 años, quien desde hace seis meses trabajaba como voluntaria dando clases en un colegio público de un barrio de la capital del país.
Poco después fallecieron en la Clínica del Country Ana María Gutiérrez, de 27 años, y Lady Paola Jaimes, de 31.
En esa misma clínica fue ingresada con heridas Nathalie Nadine Veronique Levrand, de 48 años, y madre de Huynh, quien había llegado a Colombia para visitar a su hija y hacer turismo para luego regresar juntas a Francia.
Malos recuerdos
El atentado estremeció a los colombianos que creían haber pasado la página del terrorismo después del desmantelamiento de los grandes carteles de la droga en los años 90 y empezaban a vivir una inédita sensación de seguridad por la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc, que también condenó el ataque.
La barbarie que se vivió el sábado en el Andino ha sido repudiada además porque fue dirigida contra mujeres, muchas de ellas con bebés o hijos pequeños, que visitaban el centro comercial en vísperas de la celebración del Día del Padre.
"Solo una sociedad unida puede vencer a los violentos. Y hoy les pido a los colombianos que obremos con serenidad, pero sobre todo con unidad, porque no hay bomba, no hay bomba que venza la voluntad de un pueblo unido", expresó el presidente.
El centro comercial reabrió ayer sus puertas y los primeros visitantes que llegaron al lugar llevaron flores y tarjetas para homenajear a las víctimas de la tragedia.
"Colombia merece paz", "Que dolor tan grande", rezan algunos de los mensajes escritos por espontáneos que se acercaron ayer al Andino para repudiar el ataque, solidarizarse con las víctimas y mostrar que el país no se dejará doblegar por el terrorismo.
Con información de Efe y Colprensa *
Destacado
El centro comercial, que está ubicado en el barrio de El Chicó en la llamada zona rosa de Bogotá, tiene 236 locales comerciales distribuidos en cuatro niveles, así como 700 plazas de estacionamiento y es muy frecuentado por extranjeros.
Las tres mujeres que murieron
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Con tan solo 23 años, Julie Huynh, se convirtió en la más joven de las tres víctimas mortales que dejó el atentado.
Julie llegó a Bogotá seis meses atrás, según comentó el alcalde, Enrique Peñalosa, como parte de un voluntariado. Laboraba en el Centro Comparte de la entidad Proyectar Sin Fronteras, un centro comunitario ubicado en el barrio de Santa Rosa, en la localidad de San Cristóbal, donde convive una población desplazada por la violencia, desmovilizada y reinsertada de grupos armados.
De acuerdo con esta entidad, la joven hacía una pasantía que inició el 13 de febrero y terminó el 9 de junio del presente año, durante su maestría de acción humanitaria internacional.
“Desde el primer momento, Julie mostró gran compromiso para aportar sus conocimientos y energía en favor de la construcción de una cultura de paz. Lamentamos su pérdida, que nos duele profundamente, y manifestamos nuestra total solidaridad con sus familiares y amigos”, dice la ONG por medio de un comunicado.
Hace 10 días había regresado de un viaje a Cuba, según se pudo evidenciar en su cuenta de Facebook.
La segunda víctima del artefacto explosivo es Lady Paola Jaime y falleció en la clínica el Country hacia las 8:00 de la noche, del sábado, cuando el personal médico la intervenía por heridas en la región abdominal.
Jaime se graduó como profesional en administración de empresas en la Universitaria Agustiniana, en noviembre pasado. La mujer residía en el municipio de Funza, en Cundinamarca con su esposo y estaba dedicada a su hogar.
La tercera mujer que falleció en el atentado terrorista es Ana María Gutiérrez, oriunda de Barranquilla, estaba casada y era otra profesional en administración de empresas. Vivía en Bogotá y ejercía su profesión como administradora en una inmobiliaria.
Esta mujer sufrió un trauma severo en la cabeza, debido a la potencia de la onda expansiva. Falleció por causa de un paro cardiorrespiratorio, mientras era intervenida quirúrgicamente.
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