Este martes se completaron nueve días de paro cafetero, hecho que ha generado una ola de manifestaciones de diversos sectores por su inconformidad con las políticas del Gobierno en esa materia.
A pesar de que las manifestaciones de cacaoteros y transportadores llegaron a su fin a primera hora de este martes, la crisis del sector cafetero se mantiene. Colprensa consultó con analistas en economía y política nacional, quienes explicaron cómo ha influido la postura del Gobierno frente a los paros nacionales y evaluaron cómo se ha abordado la situación.
Eduardo Sarmiento, director del Centro de Estudios Económicos describe el manejo del Gobierno como “a la defensiva”. El experto explica que la labor del Gobierno se ha concentrado en conceder subsidios a los sectores o subirles los aranceles, “lo cual alivia las protestas pero no resuelve los problemas de fondo”.
En el caso del café, Sarmiento encuentra la situación “más complicada”. En ese sentido, indica que aumentar el subsidio a los cafeteros no resuelve el problema y resalta que los cafeteros son conscientes de ello: “sí, les daría unos pesos más, pero no significa nada frente a los desaciertos de los gobiernos y de la Federación Nacional de Cafeteros que llevaron a la quiebra el sector”, dijo.
“El Gobierno siempre ha acordado las modificaciones con la Federación Nacional de Cafeteros que básicamente consisten en darles más a los caficultores, ese ha sido el procedimiento de los últimos años para arreglar la molestia cafetera. La comunidad hoy sabe que en esas políticas no está la solución”, expresó Sarmiento.
Según el analista los costos de producción del café arábigo colombiano son tres veces mayores frente al de Vietnam, cifras que explicarían la razón por la cual el país importa café de Perú y Ecuador: “sale a mitad de precio”.
Por su parte, Iván Garzón, director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, describe la problemática cafetera como más estructura y recuerda que viene anunciándose desde hace algunos años. “El Gobierno de alguna manera está pagando con este paro el no haberle dado importancia al problema oportunamente”, dijo.
Además, advirtió que el tema desde un punto de vista social y político “se puede volver muy complejo con la posible infiltración de la guerrilla de las Farc en las manifestaciones”.
Posteriormente, explicó que es común que en cada negociación, sobre todo cuando hay paros, “haya cierto maximalismo de las partes”. Es decir que las peticiones de ambas partes serán elevadas: “quienes reclaman pueden tener pretensiones exageradas, esa es su apuesta, y lo mismo hace el Gobierno a través de cierta mezquindad o renuencia a querer conceder todo lo que se pide”, dijo Garzón.
En cuanto a los diálogos, Eduardo Sarmiento ve con buenos ojos la intervención de otros actores como el vicepresidente Angelino Garzón, pero enfatiza que mientras no se resuelva la crisis macroeconómica la devastación de la industria y de la agricultura son “inminentes”.
Por su parte, Garzón critica la participación del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo y dice que “ha brillado por su ausencia”.
Para Sarmiento el problema fundamental tanto en el sector cafetero como en cualquier otro de la economía radica en los siguientes errores: competencia de productos importados a partir de la “proliferación” de TLCs, la revaluación del peso y el manejo en la tasa de cambio, políticas que hacen la economía nacional “inviable” y son descritos como “graves errores”.
La perspectiva en otros sectores
Eduardo Sarmiento, advierte que Colombia está ante la quiebra de los textileros, los cacaoteros, los cafeteros, la metalurgia y la industria (cuya producción cayó en un 4% en el último año). “Hay una arremetida en las importaciones que están destruyendo la economía y los productores, por primera vez, están sintiendo en carne propia un serio deterioro”, explicó.
En cuanto a la situación con otros sectores en paro, Sarmiento dijo que cedieron a los subsidios porque “alivian la situación y tranquilizan a la gente pero no corrigen el problema estructural que tiene la economía en este momento y no resuelven el grave retroceso de la economía nacional, por lo que la molestia de los agremiados se mantiene”.
Iván Garzón, de la misma forma, prevé un “efecto dominó frente a otros sectores sociales que pueden ver en los paros la forma de presionar al Gobierno para imponer ciertas políticas públicas que no han sido exitosas o llevan un atraso estructural”, situación que se vería reforzada por “un modelo de Gobierno muy tecnocrático que tiene una desconexión con la realidad del país y con las regiones, específicamente, donde se tiene una percepción de la situación nacional muy diferente”, según el analista.
Para el director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana a diferencia de lo ocurrido con los cafeteros, en los paros cacaotero y de transporte “hubo una respuesta más oportuna y se lograron avances porque se tomó en serio la protesta”.
Sin embargo, resalta que a pesar de que se llegó a determinados acuerdos hay sectores renuentes a desbloquear las vías, acción que debe tomarse “como una especie de compás de espera”. Y explicó que “la política aplicada tendrá eficacia solamente si alguna de las condiciones que se pactaron se cumplen y si empieza a haber un cambio hacia el sector, si no, habrá que aplazar nuevamente la crisis para otro momento”, dijo.
Con respecto a los transportadores dijo que la negociación a la que se llegó es tan amplia que “uno podría augurar que el incumplimiento de alguno de esos puntos en el corto o mediano plazo va a dar las razones suficientes como para que vuelva a haber un paro”. Y resaltó que dichos acuerdos nunca son definitivos pero si son indicativos de la inconformidad social de sectores que “el Gobierno no atiende oportunamente”.
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