
Los quince policías que están acantonados en la Estación de Policía de Totoró sostienen que están vivos es por la pura y física voluntad divina, ya que los guerrilleros usaron más de 30 granadas de fragmentación, cinco pipas de gas propano cargadas explosivo con R1, diez ‘tatucos’ y abundante munición para fusil de diferentes calibres para hostigar a estos efectivos de la Fuerza Pública.
Así lo sostuvo un patrullero adscrito a esa Estación, quien con la mirada aún presa del miedo y el cansancio, sostuvo en la mañana de ayer que “los salvajes” de las Farc no tuvieron consideración con ellos, que les dispararon hasta el cansancio desde diferentes puntos del parque central, incluso algunos de ellos se acercaron hasta la estación para lanzarles ‘tatucos’.
“Estaba prestando guardia normal cuando se escuchó la primera explosión, entonces se vino el rosario de plomo. Me tocó prácticamente llegar a la estación gateando, porque estaba como a dos metros de la entrada. Eso sentía el plomo en los pies, claro, nos ‘prendieron’ a pura punto 50”, sostuvo el uniformado, quien lleva un mes prestando labores en este municipio.
Este policial, de 29 años de edad y oriundo de Manizales, no oculta el temor que sintió cuando empezó a llover granadas y explosivos artesanales, como pipas de gas de 40 libras, todas ellas cargadas con explosivo R1 y metralla.
“En toda la mitad de la estación quedaron los cilindros, ya por la noche, cuando pasó el peligro, arribaron técnicos antiexplosivos, los cuales constataron que cada uno contenía 80 kilos de R1. El poder de esa carga es tal, que perfectamente puede destruir medio casco urbano. Por fortuna no estallaron”, sostuvo el patrullero.
Mientras tanto, el camión Ford Cargo, de placas VCH 958, que fue usado para instalar las ramplas de lanzamiento de los cilindros cargados con explosivos quedó estacionado, y encendido, a la entrada del pueblo. Esto generó temor entre los pobladores.
“En ese camión llegaron seis guerrilleros. El conductor, uno bajito y gordito, estaba vestido con un anaco y portaba un fusil. El manejaba y echaba bala. Llegó, estacionó el vehículo y descendió con los compañeros. Luego empezaron a echarle plomo a la Estación. Eso se parapetaron en las andenes y esquinas de las casas”, sostuvo un habitante.
La anterior escena se desarrolló por cerca de 45 minutos, tiempo en el cual los rebeldes hostigaron a los uniformados, quienes parapetados en las garitas edificadas con costales repletos de arena, repelieron este ataque, accionando sus fusiles de dotación.
“Con otros dos compañeros, uno de ellos el que manejaba la ametralladora, nos plantamos en una de las garitas y desde ahí les disparamos con amor, porque eran ellos o nosotros. Esa determinación nos sirvió, porque vieron que estábamos dispuestos a dar la vida. Yo alcancé a ver que uno de los guerrilleros se fue al piso, después de dispararle”, agregó el uniformado.
La ferocidad del combate cesó cuando observaron que los guerrilleros se replegaron, posiblemente porque la persona que dirigía el ataque resultó con un tiro de fusil en el abdomen y porque las poderosas cargas explosivas no estallaron como estaba planeado.
“El combate fue corto pero intenso. Parecer ser que la falla que se registró en el lanzamiento de los cilindros protegió a los uniformados, ya que posiblemente los guerrilleros observaron el estoicismo de los policías y decidieron retirarse. De hecho, tres guerrilleros resultaron gravemente heridos, los cuales fueron sacados del área del combate por sus compañeros”, sostuvo un habitante, quien se escondió en la Alcaldía junto con los funcionarios que a esa hora laboran en las instalaciones públicas.
Consejo de seguridad
Frente a este hecho, el alcalde de Totoró, José Fernando Conejo, sostuvo que en la mañana de ayer se realizó un consejo de seguridad, el cual arrojó una serie de medidas que se adoptarán de manera paulatina. Estas pautas tienen como fin brindar soporte al municipio frente a futuras acciones violentas, como la registrada en la tarde del pasado miércoles.
“Se adoptará un horario para el funcionamiento de establecimientos públicos, se contará con el aumento del pie de fuerza y se trabajará en el censo de las personas afectadas, para así empezar con las ayudas”, sostuvo Conejo. El funcionario no entregó una cifra total de las viviendas que resultaron averiadas, ni de los vehículos afectados por los disparos de fusil.
“Un hecho doloroso porque afecta el comercio y la actividad turística, así como las labores agrícolas, pero esperamos trabajar duro para sacar a Totoró adelante, hace más de diez años no se registraba un hecho de estas características”, acotó el mandatario.
En el corregimiento de Gabriel López, así como en las veredas Agua Bonita, La Campana y San Pedro, soldados de la Brigada 29 del Ejército se enfrentaron con los guerrilleros. En los combates, un soldado resultó herido, señaló una fuente del Ejército.
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