El Colombiano | LA PATRIA | Medellín
Aunque leve, el aumento del 2% en las tarifas de energía de Empresas Públicas de Medellín (EPM) entre junio y septiembre del 2014, revela que hay que tomarse en serio la temporada de escasez de lluvias que se aproxima y que en el lenguaje de los expertos se identifica como fenómeno de El Niño. La alteración climática se producirá, según los pronósticos oficiales, pero la gran duda es qué tan larga y dañina será esta vez.
La autoridad nacional en la materia es el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, o sea el Ideam. Su vaticinio es que la temporada seca podría ser más dura a medida que se aproxime el final del año. En efecto, la probabilidad de la llegada del Niño es del 73% para el trimestre agosto-octubre, y del 82% para el tramo octubre-diciembre.
¿Y qué tan preparado está el país en esta ocasión para encarar eventuales racionamientos de energía y agua? ¿Qué tanto se parece la situación actual a la que degeneró a comienzos de la década de los 90 en el llamado "apagón de Gaviria", cuyo fantasma aún inquieta a los colombianos?
Medidas gubernamentales
Al ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina, se le nota sereno frente a los anuncios del fenómeno de El Niño que ha realizado el Ideam.
Su mayor argumento es que el país está mejor preparado para eventuales racionamientos y apagones, que los padecidos en el gobierno de César Gaviria Trujillo, entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993.
Parte de esa fortaleza se ganó gracias al diseño de una estructura institucional que califica de robusta y confiable. "Se creó la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) y una normatividad que ayudó a sortear con éxito dos Niños". Acosta Medina resalta que, en medio de la incertidumbre reinante sobre el fenómeno que se avizora para los próximos meses, "nos preparamos para lo peor", o sea, para una hidrología y embalses en condición crítica.
Con ese propósito, el gobierno frenó la venta a Venezuela de 100 millones de pies cúbicos diarios de gas, pues requiere el energético para alimentar a las centrales térmicas, que ahora deben incrementar su peso en la generación eléctrica.
Para el Minminas, esa decisión permitió reducir la cotización de la energía eléctrica en la Bolsa de Energía, que por la caída de los embalses y los augurios sobre El Niño, llegó a estar el 29 de abril en 479,13 pesos, o sea por encima de los 478,36 pesos establecidos como precio de escasez. Esta semana, sin embargo, el precio se mantenía cerca de los 470 pesos.
Para evitar que esas bruscas variaciones en la Bolsa de Energía se trasladen a los usuarios, la Creg expidió la Resolución 057 de 2014, que permite diferir a dos años el reajuste tarifario, para que sea, en palabras de Acosta Medina, "gradual y casi imperceptible en la factura".
Más intenso
El ministro anota que para el momento en que El Niño pinta más intenso, o sea septiembre del 2014, iniciará operaciones Hidrosogamoso, central que tiene 850 megavatios de capacidad instalada. Y no es la única que arrancará. Para seguir rompiendo la dependencia de los aguaceros se estima que a finales del 2015 el país tendrá en servicio una planta regasificadora, con inversión de 800 millones de dólares. De esa cifra, al inversionista privado se le reconocerá un 50%, a través del llamado ingreso remunerado, que es, como dice Acosta Medina, otra versión del cargo por confiabilidad, al que considera un auténtico "seguro contra apagones".
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