Colprensa| LA PATRIA| BOGOTÁ
Desde que se inició el proceso de paz con las Farc, el Gobierno ha anunciado que su duración sería breve, poniendo fechas límite de las que no podían pasar las negociaciones. Sin embargo, la dinámica de la mesa y los inconvenientes que se han presentado en el proceso han aplazado esta fecha límite cada vez más.
El afán del Gobierno ha sido explicado por varios expertos que afirman que esto se hace para diferenciar este proceso de las malas experiencias anteriores. Entre ellos, está el exconsejero de paz Carlos Eduardo Jaramillo, quien afirmó que “esta urgencia que tiene el Gobierno se da porque necesitan mostrar que no se está repitiendo la situación de El Caguán”.
Por su parte, las Farc, desde el principio, se han opuesto a lo que ellas mismas llaman una “negociación express” e insisten en que un proceso de paz necesita tiempo para negociarse, y “eso no corresponde a los afanes reeleccionistas del gobierno Santos”.
Cuando se anunció el proceso de paz, el 27 de agosto del año pasado, el presidente Juan Manuel Santos anunció que los diálogos ya estaban adelantados y que la firma de la paz sería “una cuestión de meses, no de años”.
Tiempo, tiempo
Al pasar el tiempo, en enero de este año, el Presidente anunció que el proceso iba progresando lentamente y que las comisiones negociadoras de paz del Gobierno y de la guerrilla debían “acelerar el paso”. En ese momento, anunció que para la Semana Santa de este año habría “las primeras noticias sobre el proceso de paz”.
No obstante, a finales de ese mismo mes se presentaron las primeras diferencias entre el Gobierno y las Farc, por cuenta del secuestro de los policías Víctor Alfonso González y Cristian Camilo Ayate. Tras su liberación, los diálogos volvieron a la normalidad, pero este no sería el último de los percances. A finales de febrero, el Gobierno acusó a las Farc de querer dilatar los diálogos en La Habana, lo que generó inseguridad entre la gente y la sensación de que los diálogos se iban a romper.
A pesar que esta tampoco fue la última vez que eso ocurrió, el primer día de marzo, las dos comisiones negociadoras emitieron un comunicado conjunto en el que afirmaban que ya habían alcanzado los primeros acuerdos en el primer tema de la agenda que habla sobre la política agraria.
En ese momento, el jefe de la comisión negociadora del Gobierno en La Habana, Humberto De la Calle, anunció que a mediados de este año se estaría “muy cerca de llevar los diálogos a feliz término”. Sin embargo, varios expertos difirieron de él en ese momento.
Analistas como el periodista Carlos Lozano, director del semanarario Voz, que pertenece al Partido Comunista de Colombia, dijo en ese entonces que "muchos creen que saliendo del tema de tierras, que es bastante complejo, el resto será fácil”.
Agregó que los siguientes temas de la agenda, que hablan sobre la participación política, el fin del conflicto, el narcotráfico y la reparación a las víctimas “son sensibles y difíciles”, por lo que la negociación tomaría tiempo.
Con él estuvo de acuerdo el exconsejero de paz Carlos Jaramillo, quien afirmó que “el Gobierno no puede esperar que todo se haga de afán”, y agregó que “un proceso como estos se toma su tiempo; tiene su propia agenda y va marchando según lo que se vaya decidiendo en la mesa”.
Estas palabras resultaron premonitorias, porque poco más de un mes después, en abril, el presidente Santos anunció su deseo no solo de que los diálogos terminen este mismo año, sino que además esto sea antes de noviembre.
Esta posición, que ha mantenido desde entonces, se justifica, según Carlos Jaramillo, por los intereses electorales de las partes. “Si el Presidente quiere buscar la reelección, tiene que terminar este proceso pronto, porque después de noviembre sus apariciones públicas serán muy limitadas por la Ley de Garantías”, afirmó.
Luego de varios meses en que las Farc se negaron a acelerar el proceso y varias acusaciones de diversos sectores políticos sobre sus intenciones dilatorias, esa guerrilla comenzó a acelerar el paso. A finales de julio de este año, por primera vez, hicieron referencia a las víctimas del conflicto y reconocieron su responsabilidad parcial en el tema.
Esto generó muy buenas reacciones entre la ciudadanía y algunos sectores de la política, dándole un aire de esperanza al proceso. Al final del ciclo de diálogos número 13, en los últimos días de agosto, tanto el Gobierno como las Farc revelaron que mientras se discute el segundo punto de la agenda, se están haciendo avances en otros puntos.
También se anunció la solicitud a la ONU y a la Universidad Nacional de realizar un nuevo foro con la ciudadanía en el que se discuta el tema de la lucha contra el narcotráfico, que corresponde al cuarto punto de la agenda de conversaciones.
Por elecciones
Este nuevo afán de las Farc, según afirma el exembajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, se debe a que “las Farc quieren participar en la política de Colombia y van a hacer todo lo posible por meterse en las próximas elecciones, no en las de 2015, sino en las de 2014”.
Poco después, el Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, hizo una declaración ante los medios de comunicación de Colombia en la que dijo que “los diálogos de paz pasan por su momento más crítico”, porque actualmente “se están discutiendo los temas más importantes de la agenda”.
Esta declaración la concluyó dando la razón a su predecesor, Carlos Eduardo Jaramillo, diciendo que “una negociación de paz funciona en unos tiempos que no necesariamente son los tiempos de las instituciones ni de la constitución”.
Ómar Yepes iría a La Habana
Bogotá. Tras seis horas de reunión, el Directorio Nacional del Partido Conservador decidió en la tarde de ayer que sí asistirá a La Habana (Cuba), a la reunión que ha invitado la delegación de la guerrilla de las Farc, que negocia con el Gobierno el proceso de paz. El partido delegó a su presidente, el exsenador de Caldas Ómar Yepes Alzate.
La determinación se demoró porque había una tendencia en el partido que ningún vocero estuviera en esa reunión, a la que también asistirán los presidentes de los demás partidos, y en la que el punto central sería la discusión del proyecto de ley por medio del cual se habilita que el referendo de la paz se pueda votar el mismo día de las elecciones.
Yepes sostuvo que hablará con otros sectores del partido para recoger sus conceptos, y que estará defiendo antes de mañana si viaja o no.
De otra parte, se enredó ayer el trámite del proyecto de ley por medio del cual se busca permitir votar el referendo que ratificaría los acuerdos de paz con las Farc el mismo día de las elecciones. Esto ocurrió en las comisiones de ética debido a una recusación. Mientras que en el Senado ya se negó la misma, en la Cámara los miembros de esa comisión fueron recusados. El Polo Democrático anunció que se abstendrá de votar el proyecto de ley.
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