COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
La contaminación del aire en Colombia en los últimos años es un tema de debate, pero la semana pasada tomó mayor relevancia ante los graves índices de contaminación que, en algunos casos, superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que se registran en Bogotá y Medellín.
El viernes la Alcaldía de Bogotá decretó pico y placa para automóviles y motocicletas durante el fin de semana y extendió todo el día la restricción entre semana. En Medellín se estableció un pico y placa ambiental, que implica que los vehículos tengan una restricción en su movilidad en hasta tres días a la semana, con el objetivo de hacerle frente a la contaminación ambiental.
Óscar Fajardo, docente de la facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central, aseguró que la mayoría de las emisiones que se están presentando en las ciudades provienen de las fuentes móviles, debido a que no se ha avanzando en la implementación de tecnologías que permitan mitigar las emisiones de los vehículos y de la industria.
“Este no es un problema que sea exclusivo de Colombia. Tenemos reportes en Sudamérica, Europa, África y principalmente en Asia, en donde las ciudades de este continente son las más contaminadas”, indicó Fajardo.
Para el experto, en enero y febrero los factores meteorológicos hacen que se evidencie un incremento de la contaminación, porque no hay una dispersión del aire en las ciudades, haciendo que el material particulado se concentre en la atmósfera y se presenten picos agudos de contaminación.
Un estudio del Departamento Nacional de Planeación evidenció que el 70% de la emisiones contaminantes en el país provienen principalmente de las fuentes móviles como los camiones, volquetas, buses, autos, motos, el 30% de fuentes fijas como la industria, las quemas, viviendas y zonas mineras.
Néstor Rojas, investigador en Calidad del Aire en la Universidad Nacional, indicó que Colombia está en una fase en la que hay una contaminación moderada y se intentan implementar controles para reducir sus efectos.
“En las ciudades estimamos que gran parte de la contaminación proviene de las fuentes móviles, por ejemplo, en Bogotá el 38% es emitido por la industria y las fuentes móviles el 58%. Además, tenemos que tener en cuenta que los camiones de carga, los buses, las camionetas y en general todos aquellos vehículos que funcionen con motores diésel tienen un participación importante, pero no podemos olvidar que las motos también tienen una incidencia importante porque, a pesar de que no funcionan con diésel, su proceso de combustión no es muy limpio”, explicó Rojas.
De acuerdo con el último reporte del Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT), en el país hay un parque automotor de 14,5 millones de vehículos. En cuanto al tipo de combustible que utilizan, el RUNT reveló que 13,1 millones funcionan a gasolina y 956 mil 128 a diésel, sin embargo, hay unos factores diferenciales frente a los híbridos que combinan dos tecnologías como gas-gasolina (129 mil 146 vehículos) y diésel-eléctrico (372 vehículos).
No obstante, un dato particular y que tiene un rol importante en la contaminación del aire es la antigüedad del parque automotor, que de acuerdo con el RUNT solo 5,2 millones de vehículos que circulan en el país tienen menos de cinco años, entre 6 y 10 años (3,5 millones), 11 y 20 años (2,9 millones), y mayores a 21 años (2,6 millones). Es decir, que aproximadamente el 40% de los vehículos del país (5,6 millones) tiene más de 11 años de antigüedad.
Otra cifra que genera alerta y que tiene una incidencia en la seguridad en las vías, pero también sobre la contaminación del aire, es que el año pasado de los 11,7 millones de vehículos que tienen que realizar la revisión técnico mecánica solo 44% cumplió con esta obligación, un dato importante teniendo en cuenta que es en estas pruebas en donde se establece si el vehículo cumple o no con las normas de emisiones de gases.
El docente de la Universidad Central consideró que hace falta endurecer aún más los controles sobre las emisiones en el país y tomar medidas como la instalación de filtros para los vehículos que funcionan a diésel.
Una consecuencia de la contaminación del aire es el impacto en la salud pública. De acuerdo con la OMS, la contaminación del aire, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, causa aproximadamente 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo por año, por la exposición a partículas que generan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer.
La coordinadora de la Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública de la Universidad de los Andes, Daniela García, explicó que el material particulado, dependiendo de su tamaño, puede a travesar los filtros de la nariz, la tráquea y entrar al torrente sanguíneo, afectando a poblaciones sensibles como los niños menores de cinco años, los adultos mayores y personas que cuenten con una patología de enfermedad respiratoria como el asma.
La investigadora de la Universidad de los Andes consideró que medidas como el pico y placa son insuficientes para enfrentar la contaminación del aire y deben ir acompañadas de otras estrategias que permitan mitigar y reducir la emisión de material particulado, como avanzar en la transición energética del transporte en el país.
De acuerdo con los analistas, para que el país empiece a enfrentar este problema de la contaminación se necesita en primer lugar fortalecer los controles a los vehículos y la industria, avanzar en el proceso de chatarrización de los vehículos antiguos, así como hacer el proceso de transición de energías sostenibles en el transporte público y en general del parque automotor del país.
No obstante, resaltan que la ciudadanía puede contribuir para disminuir la contaminación haciendo un uso responsable de los vehículos, como con su mantenimiento, así como utilizar modos de transporte alternativos como la bicicleta.
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