Esther Rebollo
EFE|LA PATRIA|Calarcá
Sentir el café desde la humedad de la tierra, recolectar los granos, oler sus aromas y aprender a degustarlo es la apuesta turística más innovadora del Eje Cafetero colombiano, un escenario natural catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Esta experiencia interactiva tiene nombre: "Combia Inspiración", un recorrido por una hacienda de 42 hectáreas situada en el municipio de Calarcá, en el corazón del departamento de Quindío (centro-oeste), donde se cultiva el mejor café del mundo.
"Aquí queremos exaltar las características del Paisaje Cultural Cafetero (...) y entregar un producto turístico en el cual se entienda fácilmente lo que hay detrás de una taza de café", explicó a Colombia.inn, agencia operada por Efe, el propietario de la Hacienda Combia, Manuel Sabogal.
Y también es una oportunidad para conocer de forma distinta esta región regada de cafetales, plataneros y bosques de bambú.
Reinventarse
El proyecto nació en el 2012, cuando Sabogal encontró en la empresa Gesta Diseño, especializada en el desarrollo de vivencias turísticas, el apoyo para cumplir su sueño: reinventar la mítica tierra del café, garantizar la calidad del producto y salvarlo de la crisis por la que atraviesa.
En la ruta, el visitante comienza tejiendo la cesta de fibra de bambú que después llenará de los granos que él mismo va a cosechar.
Sigue una clase magistral de degustación dirigida por una barista que sumerge al alumno en todos los aromas: vainilla, chocolate, almendra, madera, hasta descubrir por sí solo que el café es apto para la exportación.
Luego le aguarda el espeso cafetal, donde recoge el grano, identifica la fauna y flora, entiende la importancia del agua, la tierra y la luz, hasta llegar al lugar de reposo de los campesinos; allí construye y decora en cerámica su propia taza de café.
El recorrido culmina en un mirador sobre un paraje de ensueño, donde toma su último sorbo preparado en una elegante cafetera de cristal que permite apreciar cómo emerge el agua y se mezcla con el grano, ya molido, para convertirse en la bebida más preciada de Colombia.
Nadie queda indiferente y por ello Sabogal ha dado un paso más para que esa experiencia quede en la memoria e incluso se comparta en tiempo real: una aplicación para móviles y tabletas.
"A medida que voy recolectando el café voy recolectando muchas experiencias que se traducen en una vivencia que voy a compartir con mis amigos. No importa que ellos no hayan estado conmigo aquí, voy a poderlo distribuir por las redes sociales en forma de vídeos, fotos, que nos van a permitir llevar esta experiencia a muchos lugares del mundo", según Sabogal.
El más alto
"Combia Inspiración" cuenta con elementos que lo diferencian de los tradicionales parques temáticos u otras propuestas turísticas del Eje Cafetero, reconoció Antonio Ramírez, de Gesta Diseño.
En "Combia", nombre de la cultura quimbaya que significa "el punto más alto de la cumbre", se aplica "la metodología de la vivencia: aprendes, interactúas, intervienes y te llevas un recuerdo memorable".
"Lo importante es que aquí construyes tus recuerdos, no te los imponen", prosiguió Ramírez, pieza clave en el diseño de este proyecto turístico desarrollado en el "start-up" café de la Universidad Icesi de Cali, un centro de altos estudios empresariales con énfasis en innovación y emprendimiento.
Ese espíritu es el que permite afirmar a este diseñador industrial, de 28 años, que "una buena vivencia potencializa los negocios de una manera exponencial".
Para ello todo debe estar controlado, como en "Combia Inspiración", para cuya puesta en marcha se hizo previamente una audaz investigación en la que participaron arquitectos, sociólogos y biólogos.
Tocando fondo
Lo que llevó a Manuel Sabogal a reconvertir la hacienda, heredada de su bisabuelo, fue su afán por preservar el patrimonio del Eje Cafetero ante la difícil situación actual.
El café, sostuvo Sabogal, "ha sido el motor del país por más de cien años y en este momento se encuentra tocando un fondo muy crítico" a causa de la especulación y los altos costos de producción, que superan el precio de venta.
"Tenemos unos costos frente a una calidad que queremos garantizar en el tiempo, queremos honrar y proteger la imagen del café en Colombia a toda costa y pienso que estas coyunturas hacen que volvamos a repensar el negocio, sino vamos a desaparecer", confesó el caficultor.
El propósito es "sentir la naturaleza y descansar en medio de mucha sencillez, pero de una manera muy auténtica cafetera", concluye Sabogal.
El dato
Combia es desde hace 10 años un hotel con 32 habitaciones.
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