JAIME ORTEGA CARRASCAL
EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La paz de Colombia sufrió su más duro golpe ayer con el anuncio del que fuera jefe negociador de la guerrilla de las Farc, Luciano Marín, alias Iván Márquez, de que vuelve a las armas como cabeza de un grupo de disidentes en respuesta a la "traición del Estado" al acuerdo de La Habana.
Lo hizo en un manifiesto grabado en un video de 32 minutos de duración que en la práctica da al traste con 1.008 días de esperanza transcurridos desde la firma de la paz, el 24 de noviembre de 2016 hasta hoy.
Son mil días, como los de la última guerra civil del siglo XIX, que arrasó el país y marcó de forma dramática su entrada en el siglo XX que se convirtió en un referencia en la obra del Nobel Gabriel García Márquez.
Los nuevos vientos de guerra sorprendieron a los colombianos de madrugada porque aunque en la cabeza de la mayoría rondaba el temor a una ruptura, dado el paradero desconocido de Márquez y sus críticas al "error" que en su opinión fue la dejación de armas, definida ayer como un paso "ingenuo" de las Farc, la confirmación fue un balde de agua fría.
La aprensión se justifica si se tiene en cuenta que entre los disidentes están también Seuxis Paucias Hernández, alias Jesús Santrich, Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa, y Henry Castellanos, alias Romaña, nombres ampliamente conocidos en la guerrilla que pueden atraer de nuevo a las armas a antiguos rebeldes descontentos con la implementación del acuerdo de paz.
Hasta ahora las disidencias estaban conformadas por unos mil 800 miembros repartidos en pequeños grupos en distintas regiones del país, bajo las órdenes de mandos medios, pero sin una estructura monolítica como la que tuvieron las Farc y sin un jefe de peso, situación que puede empezar a cambiar con el anuncio de Márquez y compañía.
Cuando se firmó la paz, algo más de 7 mil guerrilleros dejaron las armas, a los que se suma un número similar de milicianos (colaboradores en las zonas urbanas) y combatientes que estaban presos, de manera que si la disconformidad con la paz crece la cifra de disidentes también puede aumentar.
De hecho, en un informe presentado el miércoles por la Fundación Paz y Reconciliación, su director, León Valencia, dijo que de los disidentes, mil 400 son exguerrilleros y los otros 400 proceden de nuevas campañas de reclutamiento.
"Esta insurgencia no se levanta de las cenizas como el ave fénix para seguir operando en las profundidades de la selva remota", afirmó Márquez en su manifiesto en el que subraya que no tiene como objetivo soldados ni policías "respetuosos de los intereses populares", sino "esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país".
Eso indica que pueden cambiar la estrategia de guerra de guerrillas que durante más de medio siglo hicieron las Farc al Estado por una lucha armada más táctica, que no implique la confrontación directa, similar a la que libra el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y que dificulta el accionar militar.
El manifiesto de Márquez deja incógnitas por su lenguaje casi críptico, como cuando afirma: "Una nueva modalidad operativa conocerá el Estado. Solo responderemos a la ofensiva" o la advertencia de que van a "entrarle duro a la corrupción", como parte de un proyecto para "levantar de las ruinas esta república".
En la arquitectura de ese proceso reservan un papel central al "movimiento social y político colombiano" para alcanzar "un gran acuerdo nacional" que impulse una asamblea constituyente, un nuevo gobierno y otro diálogo de paz para llegar a un acuerdo más amplio.
"Un nuevo acuerdo de paz sin más asesinatos de líderes sociales y de excombatientes guerrilleros, en el que las armas sean verdaderamente retiradas de la política y colocadas lejos de su uso, no entregadas", expresó Márquez.
Más allá de que los disidentes empuñen de nuevo las armas como se vio en el video en el que aparecen con sus fusiles, detener el asesinato recurrente de líderes sociales y exguerrilleros que creyeron en la paz es una tarea urgente del Gobierno.
"En dos años, más de 500 líderes y lideresas del movimiento social han sido asesinados, y ya suman 150 los guerrilleros muertos en medio de la indiferencia y la indolencia de un Estado", dijo el jefe rebelde.
Pese a que el Gobierno atribuye el crecimiento de las disidencias a la seducción que ejerce el dinero fácil del narcotráfico, Márquez y los suyos pasan de largo por este fenómeno y simplemente afirman que cobrarán un "impuesto" a "las economías ilegales y a las multinacionales que saquean nuestras riquezas".
Por diplomático que suene este discurso, el regreso a las armas fue condenado por el país, desde el presidente Iván Duque, que los llamó "banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro", hasta por sus antiguos camaradas de las Farc.
"Proclamar la lucha armada en la Colombia de hoy constituye una equivocación delirante", manifestó el presidente del partido Farc, Rodrigo Londoño, una señal de que el país, o al menos una parte, no quiere volver al pasado de sangre y muerte.
Andrés Felipe Marín Arcila, candidato al Concejo de Manizales por Colombia Humana-UP
Farc Manizales se mantiene cohesionado con el Partido nacional que firma el acuerdo de paz, nos mantenemos en lo pactado y en una solución política al conflicto. Vemos con preocupación lo que pasa, sentimos que es fruto de los incumplimiento del Gobierno al acuerdo de paz. No señalamos a los compañeros, y les hacemos un llamado fraterno a saber que las armas y la violencia no son la salida. Son una pequeña división del Partido, un 10%, pero el 90% de los militantes de Farc están en zonas de reincorporación y normalización.
Víctimas
Ludirlena Pérez Carvajal, víctima del conflicto armado y Mujer Cafam 2019
Este hecho es un revés al proceso de paz; a las víctimas, quienes hemos depositado tiempo y vida por la defensa de los derechos humanos; a los líderes sociales; y a las mujeres de este país. Este rearme es ver la realidad de Colombia, un estado en decadencia. Hacemos un llamado al Gobierno para que genere garantías en el cumplimiento de los acuerdos. Me aferro a la paz para evitar que las mujeres y sus cuerpos sean botines de guerra. Basta ya.
Luis Fernando Ocampo Trujillo, miembro de la Mesa de Víctimas de Manizales
Nos deja desconcertados, pero hay que seguir construyendo la paz. Hay que buscar las formas para que la sociedad colombiana se solidarice con la paz. Las víctimas del conflicto siempre hemos estado a favor de la paz. No queremos más desplazamientos, desapariciones y sufrimientos. Todos debemos aportar y dejar nuestras posiciones individuales.
Sandra Rodríguez, víctima del conflicto armado en Caldas
Esta noticia es horrible. Yo que viví de cerca la violencia será terrible que las Farc retomen las armas, porque no sería bueno para el país. Significaría regresar a esos tiempos de zozobra. No estoy de acuerdo con esa decisión. El rearme le haría mucho daño a Colombia, de nuevo muertes y desapariciones.
Yesela Sanmartín, coordinadora de la Mesa Departamental de Víctimas
Tenaz que esto ocurra, pero se veía venir ante tanto incumplimiento del Gobierno. Si no le cumplen a las víctimas, menos a ellos. Ya podíamos caminar por algunas zonas, pero ahora será difícil nuevamente porque reinará. Es lamentable que en nuestro país para poder hacer cumplir las leyes, el Gobierno no deje otra alternativa que la de utilizar las armas, parece que estuviéramos acostumbrados a vivir en conflicto.
Reinsertados
Ernesto
Se veía venir. No podría justificarlo, pero tampoco condenarlo. Muchos de nosotros vivimos en condiciones precarias o hemos tenido que salir por seguridad. Lo que pasa es lamentable, Colombia pierde la oportunidad de lograr la paz. Las causas por las que mucha gente se vuelve a levantar en armas es la desigualdad social. Me comprometí con el proceso y voy a seguir. Mi temor es que se genere un caos. El problema no es que nos cumplan con los proyectos, el incumplimiento es al pueblo, a los proyectos productivos, de viviendas y a las víctimas.
Yeny Flórez
No lo comparto. La mayoría de nosotros estamos bregando a construir paz y luchando por lo acordado en La Habana. Así haya dificultades, dimos nuestra palabra. No me identifico con ese video que están difundiendo, ni con un rearme. Tampoco lo justifico. Eso nos afecta a los que estamos en el proceso y a quienes queremos un cambio y la paz. La gente debe entender que si se rearman serán una minoría, porque la mayoría de reinsertados estamos acá dando la pelea. Somos muchos los que estamos luchando por la paz con justicia social.
Análisis
Mario Hernán López Becerra, profesor de la Universidad de Caldas y doctor en Paz, Conflictos y Democracia, explica que hay cuatro cuestiones sobre la mesa con este hecho:
1. La lucha armada. Las Farc nacen como producto de una lucha de los campesinos alrededor de la reivindicación de la propiedad de la tierra, de las desigualdades sociales y la carencia de participación democrática. En el camino ese ideario se perdió porque apelaron a repertorios de muerte, a economías ilegales y a la presencia armada. Estas situaciones encontraron una salida política en los diálogos de paz en La Habana y en la firma del acuerdo de paz en el 2016. Lo que, lamentablemente, vemos detrás de ese video es que el incumplimiento de la implementación de ese acuerdo justifica en apariencia que un sector se vuelva a rearmar.
2. La implementación del acuerdo tiene puntos importantes para transformar condiciones sociales y económicas, para cambiar las inequidades profundas en la propiedad de la tierra. En eso se ha avanzado muy poco, hay avances que el Gobierno muestra como los procesos de reincorporación, pero en la gran agenda política que contiene los acuerdos, no hemos tenido la posibilidad de avanzar. De manera que, al margen de lo que dijo Iván Márquez y sus disidencias, hay que considerar que el acuerdo es una agenda para que el país avance hacia la justicia y la equidad por caminos no violentos.
3. Si bien ese sector retorna a las armas, la buena noticia es que el 90% de los que eran integrantes de las Farc están en el acuerdo. La reacción de Timochenko en los medios y en redes sociales es una buena noticia, al decir que sí cumplieron y trabajan por la paz, para construir una sociedad justa desde el escenario político, sin armas. La mayor parte de esa guerrilla está comprometida con la paz.
4. Respecto a Caldas, pareciera no verse en el horizonte algún movimiento de rearme de esos sectores. Sin embargo, hay que anotar las fragilidades que se viven en el oriente con la presencia de grupos armados ilegales residuales y cultivos ilícitos. También hay vulnerabilidad en el occidente en límites con el Chocó, pero no pareciera, según los registros que tenemos, que hubiese rearme. Lo que sí es seguro es que el retorno a la lucha armada dará pie para que algunos sectores de la vida política digan que las Farc incumplieron o traicionaron los acuerdos.
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