La fuga de la excongresista Aída Merlano se suma a la de otras mujeres que teniendo cuentas pendientes con la justicia y que han optado por escapar antes que responder por sus actos.
La huida de la política conservadora es la segunda de este año, ya que el pasado 18 de junio Oneida Pinto puso 'pies en polvorosa' durante la audiencia en la que le imputaban cargos por corrupción.
La exgobernadora de La Guajira se presentó ante el estrado del juez 45 de Garantías que escuchó la imputación de la Fiscalía por los delitos de concierto para delinquir, peculado por apropiación, celebración de contratos sin los requisitos legales, falsedad en documento público, falsedad en documento privado e interés indebido en la celebración de contratos.
Estos cargos están relacionados con las irregularidades del manejo de recursos públicos durante su mandato como alcaldesa de la población guajira de Albania. En la mañana de ese martes, Pinto acudió al estrado, pero al mediodía el juez del caso hizo receso para almuerzo y anuncio que en la tarde se definiría la medida de aseguramiento.
A las 2:00 p.m. se reanudó la diligencia, pero la exmandataria ya no estaba. Su abogado, el exfiscal Antonio Luis González, dijo que su clienta tuvo que salir a una cita médica y que al terminar regresaría al estrado. Situación que no sucedió, por lo que el juzgado libró una orden de captura en su contra. A la fecha nada se sabe de su paradero.
Como tampoco se sabe nada de la exdirectora del Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá, Liliana Pardo Gaona, condenada por el carrusel de la contratación a 22 años de prisión. Su sentencia fue proferida el 12 de octubre del año pasado por las anomalías cometidas por los contratos de consultoría 129 y 133 de 2005, relacionados con la tercera fase de TransMilenio y los contratos de obra 134 a 138 de 2007.
Pardo Gaona fue enjuiciada bajo la figura de rea ausente ya que su paradero se desconoce desde septiembre de 2016, aunque se presume que salió del país para evadir su comparecencia ante las autoridades. De allí que la Interpol haya expedido una circular roja para que sea buscada en los 193 países miembros de esa organización. Búsqueda infructusosa hasta la fecha.
Quien también figura con ese tipo de boletas es Ana María Flórez Silva, a quien le decían la ‘Batichica’, buscada por cargos de prevaricato y concierto para delinquir ya que desde su cargo en la Fiscalía favoreció a integrantes de grupos paramilitares que delinquían en Norte de Santander.
En marzo de 2004, cuando la Fiscalía estaba bajo la dirección de Luis Camilo Osorio, la mujer rindió indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia y posteriormente renunció a su cargo para, acto seguido, tomar un vuelo a Miami, de acuerdo a los registros que en su momento hicieron los funcionarios de inmigración que para entonces estaban a cargo del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS.
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