Ni la reforma tributaria que tocará el bolsillo de los colombianos en el 2017 en al menos 6,7 billones de pesos por impuestos logró tapar un escándalo de corrupción de funcionarios públicos en Colombia, las millonarias coimas que pagó la empresa brasileña de construcción Odebrecht.
Los millonarios sobornos, al menos 11 millones de dólares que pagó entre el 2009 y el 2014 este conglomerado brasileño en Colombia, comprometen a las administraciones de los presidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.
Las jugosas coimas, que según reveló una Corte del Distrito Judicial de Nueva York, se dieron en 11 países más de la región, hacen referencia sólo a esos años, aunque se desconoce si ante esa práctica ya la había hecho la empresa en Colombia.
En el país esta compañía se identifica como Constructora Norberto Odebrecht de Colombia SAS desde 1991, y en la actualidad tiene la construcción de una las autopistas más millonarias que se hayan asignado en el Estado colombiano, la Ruta del Sol, sector 2, más de 811 kilómetros de vía.
Lo que parece contradictorio es que este caso de corrupción se conocía desde hace más de cinco años, que ya existían procesos judiciales en marcha para encontrar sus beneficiarios, esto sumado a que el escándalo de Odebrecht en Brasil reventó desde finales del 2014.
Tras la decisión de la justicia estadounidense, en el país el gobierno procedió en primer lugar solicitar a la Fiscalía que se investigue a fondo el tema. La entidad procedió a hacer allanamientos en las oficinas de la Agencia Nacional de Infraestructura, como también a Corporación Autónoma del Magdalena, Cormagdalena.
Sin embargo otros entes de control como la Procuraduría y la Contraloría, pese a lo grave del tema no se pronunciaron sobre que procedimiento harán para encontrar a los supuestos funcionarios que se beneficiaron.
El escándalo por el momento ha sido político. Sus protagonistas fueron nuevamente el presidente Juan Manuel Santos y su antecesor, Álvaro Uribe. El primero, tras conocer la decisión de la justicia de Nueva York, aseguró que se van a encontrar los responsables pero defendió el procedimiento de la asignación de los contratos de las grandes vías en el país durante este mandato.
Eso provocó una reacción del expresidente quien en primer lugar sostuvo que no hubo ningún funcionario que se dejara sobornar, pero ante el señalamiento el viernes del gobierno de que fue un alto “funcionario” de la administración Uribe el que recibió 6.5 millones de dólares, el jefe de la oposición aceptó que sí hay señalamientos de la justicia en tal sentido.
El exviceministro de Transporte de la época, Gabriel García, aseguró que su procedimiento fue transparente y que no se benefició de dinero alguno, a la vez que pidió claridad de las autoridades judiciales colombianas rápidamente.
Por el momento no se sabe quiénes se quedaron con la coima que dio Odebrecht, pero lo cierto según dice la justicia de Estados Unidos, es que hubo al menos 13 millones de dólares que se dieron, 6,5 millones se habrían dado en el gobierno de Uribe y los otros 6.5 millones no es claro, por ahora, quien los cogió. Este es un escándalo de corrupción en el gobierno que pasará a mayores y que no se olvidará por las festividades de navidad y años nuevo.
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