EFE | COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Tras siete días consecutivos de marchas multitudinarias en las principales ciudades del país, las señales de agotamiento en el paro nacional comienzan a notarse en integrantes de las centrales obreras, pensionados, docentes, indígenas, menos en los universitarios que son los que se mantienen en la calles.
La participación masiva de los jóvenes en las protestas contra el Gobierno del presidente, Iván Duque, muestra que el relevo generacional del país no es solo demográfico, también es político con una apuesta por la paz, la justicia social y la igualdad de género.
Se da la paradoja de que estas movilizaciones, que fueron convocadas por las centrales obreras contra la política económica y social del Gobierno, se dan justamente con contra el segundo presidente más joven que ha tenido Colombia en su historia. Duque llegó a la Presidencia en el 2018 con 41 años, superado solo por Alberto Lleras Camargo, quien lo hizo a los 39 años (1945-1946).
En las manifestaciones que comenzaron la semana pasada los jóvenes volvieron a mostrar la fuerza que ya exhibieron el año pasado cuando durante dos meses los universitarios tomaron las calles para reclamar más inversión en educación y que se frene la corrupción en las instituciones de educación superior.
El poder de esa masa juvenil está basado en su fuerza demográfica, representada en 20,7 millones de personas de entre 15 y 34 años de edad que equivalen al 43% de la población total del país, según datos del 2018 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Análisis
El director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), Jorge Restrepo, considera que hay un desgaste. "Se ha reducido la intensidad, lo cual muestra que protestar tiene un costo para la ciudadanía”.
Y agrega: “La protesta afecta muchísimo a las personas más pobres, que viven del ingreso diario: los conductores de taxi, quienes trabajan en el servicio doméstico, las personas que tienen que repartir productos en el día a día. Ellos se ven tremendamente afectados. Creo que vamos a ver una reducción gradual en el tamaño y el número de protestas”.
León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, en cambio, no ve tal desgaste, lo que ha visto es que la gente ha encontrado formas de reinventar la protesta.
“Todos los días hay lugares con aglomeraciones más nutridas que en otras; además, la gente se está inventando formas alegres de protesta, con música, haciendo que la protesta sea a la vez una especie de fiesta en muchas partes. Entonces, se puede prolongar. Por ejemplo, la muerte de Dilan ha sido un motivo en Bogotá, motivos que generan acumulación de rabia que invitan a la gente a salir a las calles”, dice.
El investigador Ariel Ávila, miembro también de esa fundación, calcula que por lo pronto, las marchas van a tener que detenerse en algún punto durante los próximos 15 días, debido a la cercanía de las festividades navideñas, pero lo más probable es que regresen en el 2020.
La conversación nacional
Las marchas y protestas han dejado un impacto político. La conversación nacional abierta por el presidente el fin de semana está previsto que continúe por lo menos hasta marzo y ya hay cambios concretos en la antigua ley de financiamiento y ahora llamada ley de crecimiento (incluidos la devolución del IVA a un sector de la población y la reducción de la contribución a la salud que deben pagar los pensionados).
Sin embargo, ni la conversación nacional ni los cambios introducidos en dicha ley han satisfecho a los opositores y aún está pendiente que fructifique el acercamiento con los organizadores del paro, incluidos los estudiantes, que ayer se abstuvieron de participar en la reunión convocada por Duque.
Aún no es claro cuál sea el resultado de las marchas, pero el hecho de que Gobierno y manifestantes encuentren un camino efectivo para dialogar, podría contribuir a que el próximo año exista un ambiente social menos agitado que el que ha vivido el país desde el 21 de noviembre.
Se presentaron ante la Sijín
La Personería de Manizales acompañó hasta al Comando de la Policía de Caldas a cuatro jóvenes que salieron en un volante acusados de ocasionar desmanes y disturbios durante estos siete días de manifestaciones en contra del Gobierno de Iván Duque. Los señalados solicitaron el acompañamiento de esa entidad para evitar la vulneración de sus derechos. La Sijín los reseñó y les comunicó porqué aparecían en ese volante, la Fiscalía decidirá si arranca las respectivas investigaciones.
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