COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Tras la suspensión de los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y el Eln, queda en el panorama político la duda de lo que pueda suceder con la mesa instalada en Quito (Ecuador), debido a que el presidente, Juan Manuel Santos, dejó la puerta abierta para retomar el proceso.
“He tomado la decisión de suspender la instalación del quinto ciclo de conversaciones que estaba prevista para los próximos días, hasta que no vea coherencia por parte del Eln entre sus palabras y sus acciones”, dijo Santos, luego de la escalada terrorista del fin de semana, donde atentaron contra tres estaciones de Policía en la Costa Caribe, dejando siete uniformados muertos y 46 más heridos.
Respaldo
La decisión de Santos fue respaldada por los distintos sectores políticos, quienes también pidieron mayor contundencia en el accionar del presidente con esta guerrilla. Una de las primeras en reaccionar fue la precandidata Marta Lucía Ramírez, quien manifestó que esta determinación debía haberse tomado tiempo atrás, cuando se rompió el cese bilateral al fuego a principios de enero.
“Están demostrando una vez más que no tienen voluntad de logar la paz y pretenden seguir arrodillando un gobierno débil y a la sociedad, pero no lo vamos a permitir”, dijo Ramírez, al tiempo que le pidió al mandatario colombiano dejar que el próximo gobierno sea el que se siente a negociar con el Eln cuando “hayan dejado de secuestrar, de reclutar niños y de cometer atentados terroristas”.
El candidato presidencial Germán Vargas Lleras, compartió la decisión del Gobierno de suspender las negociaciones con el Eln. “Se pone fin con esto al uso abusivo que estaba dando esta guerrilla a la voluntad de diálogo de los colombianos”, manifestó a través de su cuenta en Twitter.
Un tono más conciliador mostró Piedad Córdoba, quien defendió la continuidad del proceso de paz y afirmó que es un objetivo irrenunciable.
Alejandro Ordóñez afirmó que la decisión del Gobierno debería ser una noticia para celebrar, pero “el país ya conoce las estrategias de negociación entre Juan Manuel Santos y los grupos guerrilleros. El mejor ejemplo de ello: todas las concesiones hechas al grupo terrorista Farc”.
Juan Carlos Pinzón indicó que aunque se congelaron las negociaciones con el Eln, “no se han puesto condiciones y no se han parado los diálogos. El país necesita una señal de no concederle todo lo que quieren estos terroristas”.
Para el analista Mauricio Jaramillo, estas reacciones de los candidatos presidenciales se producen en un momento coyuntural, pero afirma que de llegar a la presidencia cualquiera de ellos intentará continuar con las negociaciones de paz. “La presión internacional, del Congreso y de sectores sociales así se lo exigirán al nuevo mandatario, sea de izquierda o de derecha”, agrega.
“Creo que internacionalmente la paz significa mucho para el país, en términos de inversión, y el presidente que quede en estas elecciones debe entenderlo y continuar con las negociaciones. Es más difícil que a un gobierno internacionalmente le den dinero para la guerra que para la paz”, señala el analista.
Según Jaramillo, es por esta misma razón que el presidente Santos va a hacer todo lo posible para retomar las negociaciones en lo que le queda de tiempo. “El problema es que al Gobierno solo le quedan tres o cuatro meses de negociación efectiva debido a las elecciones presidenciales. Además, la paz está desacreditada y los atentados del fin de semana ahondaron esa sensación, de ahí que sectores políticos y sociales hayan presionado para que el presidente tomara esta decisión”, dijo.
Jaramillo manifestó que lo que está haciendo Santos al no suspender de manera definitiva los diálogos con esta guerrilla es defender su posición de paz. “Es responsabilidad del presidente negociar la paz por mandato constitucional, además, Santos fue elegido para lograr la paz y por eso no va a desistir de este proceso, al menos hasta que termine su periodo. Sin embargo, estuvo bien la decisión que tomó, porque con un golpe tan duro a la Fuerza Pública estaba en obligación de hacerlo”.
Enrique Serrano, experto en temas políticos, señaló que la decisión de Juan Manuel Santos no puede ser definitiva, pero es una respuesta acertada ante las acciones del Eln. “La negociaciones se reanudarán en pocos días luego de un diálogo interno entre ellos, que terminará con la explicación de esta guerrilla de por qué tomaron esta decisión”.
Sin embargo, Serrano resaltó cualquier cosa que esté pasando en Quito es una incógnita para todos. “Es como los diálogos de La Habana, nosotros no vemos lo que pasa, no sabemos por qué se han complicado las negociaciones ni por qué no han podido pactar un nuevo cese el fuego”.
El analista explicó que Santos seguirá intentando retomar el proceso con el Eln porque está atado a él y no puede soltarlo mientras esté en el poder.
Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, contrario a Serrano, piensa que la medida del mandatario es una manera “elegante” de levantarse de la mesa de negociación en Quito. “El presidente está haciendo lo mismo que ocurrió en Tlaxcala en 1993 cuando suspendieron temporalmente los diálogos y ahí se perdieron 10 años del proceso”.
La razón, explicó Ávila, es que nadie va a cargar con el peso de decir que acabó con los diálogos porque en “20 años nadie se va a acordar de los atentados a las estaciones de Policía, sino de quién fue el presidente que se levantó de la mesa. Santos no va a asumir ese costo político.
Ávila dijo que con esta decisión el proceso quedó enterrado y va ser muy difícil levantarlo. “Además, las condiciones estructurales para poder continuar con los diálogos son muy complicadas porque el Eln percibe que el Gobierno de Santos ya no le va a cumplir nada, porque está terminando su mandato, además no tiene injerencia en el Congreso y no le ha cumplido a las Farc. Hay que esperar el nuevo gobierno”, agrego.
Lo que se viene para la Fuerza Pública
Para Ávila, el reto que tiene la Fuerza Pública de arremeter contra dicho grupo no será difícil debido a que las Fuerzas Militares no han perdido la capacidad de atacar a quien sería su enemigo, sin embargo, lo que si consideró el analista es que el Gobierno debe implementar un ‘plan candado’ de cara a las elecciones presidenciales.
“Las Fuerzas Militares están en total capacidad de combatir el Eln, son 470 mil hombres de la Fuerza Pública contra 3 mil del Eln”, dijo Ávila.
Para el analista, es posible que un golpe como los dados en años pasados a grandes comandantes de la extinta guerrilla de las Farc se pueda registrar, sin embargo, la estratégica ubicación que manejan no permitiría acertar a uno de esos objetivos.
“Ellos están en la capacidad, lo que pasa es que muchos de los altos mandos del Eln se encuentran en zonas de frontera como en Venezuela, entonces hacer esos operativos es ilegal, tal vez esa sea la dificultad”, consideró el analista.
Para el coronel del Ejército en retiro, Carlos Velásquez, esta claro que las Fuerzas Militares deben mejorar el equipo de inteligencia para atacar estrategicamente dicha guerrilla, y así como Ávila, el oficial aseguró que los ataques contundentes contra el Eln no se podrían generar con ocasión a que sus militantes no están agrupados en una zona específica.
“Tienen que agudizar y mejorar ostensiblemente su aparato de inteligencia enfocándolo en el Eln y ahí que tener en cuenta que la guerrilla tiene una suma considerable de personas infiltradas en muchos sitios especialmente en administración pública local”, dijo Velásquez.
Igualmente, aseguró que el trabajo no solamente debe ser de la Fuerzas Militares, sino también de la Fiscalía General de la Nación a la hora de judicializar a los presuntos miembros del grupo que pretendan realizar atentados.
En cuanto a las arremetidas que pueda dar la Fuerza Pública indicó que “el Eln nunca ha sido campamentario, tiene unos campamentos, pero muy móviles y no son susceptibles de bombardeo, ellos actúan en grupos pequeños y eso no es un buen blanco para la Fuerza Aérea, además se debe tener en cuenta que en caso de un ataque aéreo se debe tener en cuenta a la población civil”.
Si bien es cierto, los analistas coincidieron en sus señalamientos, la orden principal de Santos a la Fuerza Pública es atacar con “contundencia” no solo esta guerrilla sino también a quien altere el orden público en el territorio nacional.
Destacado
Según un informe de la Fundación Ideas para la Paz, un centro de pensamiento independiente, desde el 9 de enero, día en que terminó el alto al fuego y hasta el pasado viernes, el Eln cometió 34 acciones violentas, incluidos asesinatos, secuestros y ataques a la infraestructura petrolera.
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