Antonio Guzmán
EL NUEVO DÍA | LA PATRIA | Ibagué
Ensartando la carnada en los dos anzuelos que adecuó en una improvisada caña de pescar, Nedsol Sánchez espera a que mejore la jornada pesquera que comenzó desde las 6:00 de la mañana; ya completa poco más de cuatro horas y no ha logrado conseguir lo del sustento diario.
Este huilense que lleva 15 años visitando la población de Honda en la temporada de subienda, asegura que nunca había visto el nivel del río tan bajo, y señaló que esto se debe a las represas y además a la falta de conciencia de los mismos pescadores que solo quieren sacar provecho sin cultivar el afluente.
Pero no solo el problema por el bajo nivel del caudal del río Magdalena afecta al pescador en norte del Tolima, pues que en la zona oriental los cultivadores y la población en general están temerosos por la sequía; un caso específico, Flandes, municipio que capta el líquido para el consumo de sus habitantes.
Canoas vacías
Las atarrayas colgadas y las canoas varadas en lo que ahora son playas en el Magdalena, contrastan con el panorama evidenciado en años anteriores cuando para estos meses (enero y febrero) eran cientos de pescadores y turistas los que aprovechaban la temporada.
Pero ahora, unas cuantas personas, entre ellos Nedsol, decidieron apostar a lanzar sus anzuelos en el mermado caudal, donde el día anterior a la visita, lograron atrapar un bagre de dos arrobas en toda la jornada.
“Hace unos años, con solo un ‘atarrayazo’ sacaba hasta 60 bocachicos, a esta fecha solo sacamos dos o tres; y es lógico, el agua la están represando en el Huila y nosotros mismos no le echamos semillas al río”, comenta el pescador.
Agrega: “Cada vez que hablo con los compañeros les digo que ayudemos a salvar el Magdalena, necesitamos en los tiempos de ‘bajata’ contribuir con alevinos para cuando llegue la subienda tengamos algo para pescar. Nosotros mismos debemos ponernos de acuerdo y aportar con mínimo 20 peces de diferentes especies”.
Y mientras este huilense prepara el anzuelo, cuenta que durante los buenos tiempos de subienda, en unas dos horas de trabajo se ganaba hasta 40 mil pesos. “Ahora, escasamente tengo para comer; la moral es sacar un bagre como el que un compañero sacó ayer”.
La vista desde Pachomario, lugar donde era común ver a los vendedores comerciando el producido, también es desalentadora; ahora un solo hombre mira aterrado cómo ha bajado el nivel del río. “Es impresionante, hace dos años el agua inundó varias casas, ahora se ven solo rocas”, dice.
Los pocos canoeros que desde tempranas horas de la mañana lanzaron sus redes esperando llenar al menos una caneca, salen de las aguas con desconsuelo y los baldes desocupados; solo esperan que en la noche la suerte cambie y el milagro de la multiplicación de los peces llegue de la misma manera que el agua de a poco va subiendo su nivel debido a la apertura de El Quimbo.
Poca agua para beber
El pasado 10 de enero, en Flandes se decretó la emergencia debido a que los tubos de la bocatoma no alcanzaban a recolectar el agua del Magdalena y desde allí llevarla a la planta de tratamiento; fue necesario habilitar los carrotanques del municipio y del cuerpo de Bomberos, para abastecer a la población.
Además, el líquido que capta Usocoello, para mantener las cosechas de arroz que en este municipio son de al menos 800 hectáreas, fue mínima, lo que obligó a que este distrito solicitara a Cortolima un permiso para captar agua de otros afluentes.
La baja del preciado líquido y, por ende del número de peces, también ha impactado los restaurantes de la zona del puente férreo, quienes aprovechaban la subienda para vender el famoso viudo de capaz. Ahora el plato está escaso y a un elevado precio.
El turismo también ha caído, las aguas que alcanzaban a tapar hasta la mitad de las escaleras del malecón y donde llegaban las canoas con turistas, ahora es una extensa playa donde también se evidencian los tubos de aguas negras que caen al afluente.
Según el alcalde de Flandes, Juan Pablo Suárez, en una reunión extraordinaria con miembros del comité municipal de gestión del riesgo, Cortolima y Usocoello, se tocaron varios puntos, entre ellos la vigilancia que se debe tener con la apertura de las compuertas de El Quimbo y los planes de contingencia para esta temporada seca.
“Ahora la vigilancia es con el agua que empieza a llegar al río, pues debido a que el líquido de El Quimbo ha estado tanto tiempo represado, esta puede estar contaminada y sin oxígeno suficiente para conservar la vida en el caudal.
“Las directivas del distrito de riego declararon la emergencia en los cultivos de Flandes, y estaremos alerta para que los arroceros no sufran las consecuencias; Cortolima les otorgó un permiso especial para captar agua de otro afluente y así contrarrestar los problemas de los cultivadores”, informó el alcalde flamenco.
El mandatario local aseguró que ha dialogado con los comerciantes y pescadores, debido a que empieza a notarse las pérdidas económicas por la escasez de peces en el Magdalena y con ello la afluencia de turistas.
Además de Flandes, Purificación también capta agua del Magdalena para su consumo, aunque el mandatario local, Diego Hernán Murillo, aseveró que hasta el momento no han tenido problemas con la bocatoma, está preocupado porque varias quebradas que llevan agua a los acueductos veredales están secas.
“Desde octubre se secaron unas quebradas desde las que se extrae el agua para la vereda Buenavista y como ese acueducto es comunitario y trabaja por gravedad, tenemos racionamientos de cerca de 20 horas; con el fin de que las personas no se queden sin agua, nos hemos visto en la obligación de suministrarles por tres horas diarias”.
Respecto al ingreso de agua proveniente de la represa de El Quimbo, el alcalde sostuvo que la semana pasada fue necesario cerrar por unas horas la bocatoma, debido a los altos niveles de turbiedad, pero que luego fue saneado el inconveniente.
Otros afluentes
A Natagaima, el primero de los 14 municipios por donde arranca su recorrido el río Magdalena en el Tolima, se desplazó una comisión especial de Cortolima, con el fin de monitorear la calidad del agua que fue vertida desde la represa de El Quimbo.
De acuerdo con el informe, la comisión estuvo en la vereda Golondrinas, sitio donde el Magdalena inicia su cauce por este departamento: “Allí los técnicos de la subdirección de Calidad Ambiental determinaron que el caudal es de 146.9 m3/S. Nivel bajo, entre el 30 y 40 por ciento del caudal normal.
“También se hizo monitoreo de calidad del agua que en un informe preliminar salió bien, pues el agua está suficientemente oxigenada, el PH neutro y la conductividad baja”, se espera el informe que emita Corcuencas sobre las muestras que tomó del río.
En Honda, la entidad ambiental se mostró preocupada, luego de que la medición del caudal arrojara 226 m3/S.
“Comparando con la serie histórica de datos de la Estación Limnigráfica Arrancaplumas del Ideam se tiene que el caudal medido corresponde a un 23,18% del caudal medio mensual multianual para enero y un 35,43% del caudal mínimo multianual para el mismo mes”, según Cortolima.
La Corporación destacó que las cuencas tolimenses están ofreciendo cerca de 80 metros cúbicos al Magdalena, lo que sería una cifra muy baja comparada con las cuencas en su estado normal, toda vez que en Honda el río puede llevar mil metros cúbicos.
Otra cuenca a la que Cortolima le hizo seguimiento fue al río La China, en Lérida, donde también se registró una disminución de 52% de su caudal normal, ante esto, la entidad realizó una regulación del agua concesionada.
Distritos de riego, En Jaque
En un comunicado conjunto, emitido por los cinco distritos de riego que funcionan en el Tolima, se declaró la emergencia hídrica, económica y social, debido a la sequía. Esto los obligaría a reducir las áreas de siembra.
Los ríos Recio, Coello, Cucuana, Luisa y Saldaña, que aportan agua al Magdalena y a los distritos de riego de Usocoello, Asorrecio, Asoprado, Usoguamo y Usosaldaña, registraron niveles históricos en sus cuencas, así como temperaturas de más de 40ºC. El río Saldaña ha bajado su caudal de 240 m3 a 65 m3.
Los distritos efectuaron un llamado a los entes del Gobierno para que se inicien los planes de contingencia y en un trabajo en conjunto se logre minimizar los efectos negativos de El Niño, que según el Ideam, este trimestre mantendrá un rango de intensidad fuerte con efectos hasta inicios de junio.
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