Colprensa| LA PATRIA
El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, le solicitará al Ministerio del Interior un gerente especial que articule la institucionalidad del Estado ante el incremento de la violencia en el último año en Buenaventura, Valle del Cauca.
Según Otálora, esa población necesita de una gerencia que permita enfrentar de manera más efectiva la situación de violencia y el abandono que presenta este puerto sobre el Pacífico, tras constatar el riesgo en el que se encuentran cerca de 1.300 familias (alrededor de 4.000 personas) víctimas de desplazamiento intraurbano por el accionar de los grupos guerrilleros y desmovilizados de las Auc.
Durante una visita humanitaria realizada en compañía de los representantes en Colombia de las oficinas de la ONU para los DD.HH, Todd Howland, y para los Refugiados (Acnur), Felipe Camargo, el Defensor del Pueblo constató la ‘ley del silencio’ que impera en algunas comunas atemorizadas por los grupos armados ilegales.
Incremento de la violencia
Los miembros de la misión observaron viviendas desocupadas y muchas otras destruidas producto de los actos violentos de los grupos armados ilegales ‘la Empresa’, ‘los Urabeños’ y ‘los Rastrojos’, quienes se enfrentan por el control territorial.
El Defensor se mostró preocupado por el incremento de la violencia en el último año y por la falta de respuesta efectiva de las autoridades locales, ya que las mismas tres entidades habían realizado en noviembre de 2012 una visita humanitaria en la que advertían la crítica situación de derechos humanos y un año después la situación ha empeorado.
Según las cifras oficiales, mientras en 2012 se registraron 122 homicidios, en lo corrido del año ya se han presentado 145 homicidios, aunque se considera que la cifra puede ser mayor, debido al temor de las comunidades a presentar las denuncias tanto de asesinatos como de amenazas y extorsiones.
Control
Los Guardacostas controlan desde el puerto, cuyos palafitos son utilizados por los narcotraficantes para esconder la droga, una profunda selva donde las actividades ilegales pasan fácilmente desapercibidas.
Este año, las autoridades se han incautado unas 27 toneladas de cocaína en el Pacífico, que según cálculos estimados no es más del 30 % de la droga que consigue salir anualmente de los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca sobre todo.
La Armada también controla los barrios costeros de la ciudad, conocidos como Bajamar, cuyas casas están construidas en palafitos de madera sobre el mar, las calles no están asfaltadas y algunas son simples tablas que cruzan las aguas.
El coronel Jose Miguel Correa, comandante de la Policía en Buenaventura, explicó que las bandas utilizan la subida y bajada de la marea para sacar con embarcaciones artesanales cargamentos de cocaína desde Bajamar y, a la vez, entrar armas.
En un operativo efectuado hace dos semanas, la Policía detuvo a 11 integrantes de estas bandas y se incautó un fusil, cuatro revólveres y cuatro granadas, lo que causó un homicidio y ráfagas de fusil contra unidades de la fuerza pública.
Las filas de La Empresa y Los Urabeños se nutren de "pelaos", de entre 16 y 20 años, desempleados, crecidos en medio de la miseria y sin una expectativa mayor que el poder de poseer una arma.
El sueño de estos "pelaos" y de muchos otros en Buenaventura es "coronar", llegar a Centroamérica con una lancha cargada de cocaína sin ser detectados por las autoridades y con el salario ganado arreglarle la casa a la mamá y poder vivir el resto de su vida sin buscar un trabajo que no los espera.
*Con información de Colprensa
Desplazamiento
El episodio más reciente se vivió hace una semana, cuando la Personería denunció que 629 familias, un total de 2.516 personas, habían dejado sus casas a raíz de la confrontación armada, por lo cual la Defensoría del Pueblo alertó que "la violencia ejercida por los grupos ilegales en Buenaventura, pone en grave riesgo la salvaguarda de los derechos humanos de la población".
Ante esta situación la Policía destinó una unidad de fuerzas especiales las 24 horas del día en los barrios más conflictivos de la ciudad y pidió a la Infantería de Marina que les apoye en la vigilancia de estas zonas en disputa por el control de la salida de la droga, el microtráfico y la extorsión.
Afectados
Con cerca de medio millón de habitantes, aunque el último censo oficial elaborado en 2010 apenas habla de 360.000, Buenaventura es el epicentro del narcotráfico de todo el Pacífico colombiano, según explicóel capitán Carlos Delgado, comandante de Guardacostas del Pacífico.
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