JAIME ORTEGA CARRASCAL
EFE | LA PATRIA | TABLÓN DULCE
Antes de que el Gobierno iniciara los diálogos con las Farc, campesinos de Tablón Dulce, una zona rural de Tumaco, en la costa pacífica, decidieron probar el sabor de la paz reemplazando sus cultivos de coca por el cacao para decir basta a la guerrilla y vivir en la legalidad.
La lucha de esta comunidad negra de 728 habitantes, enclavada en una zona de manglares a la que solo se puede acceder por vía marítima en un viaje de 50 minutos en lancha rápida desde Tumaco, comenzó en 2011 cuando sus líderes concluyeron que la coca les había traído más desgracias que beneficios y decidieron volver a lo tradicional.
"Hace unos seis años atrás esto era puro cultivo de coca, cultivos ilícitos", explica el líder social Afrodisio España mientras enseña una siembra de cacao de una de las 193 familias de la comunidad.
Según cuenta, a los problemas de violencia, asesinatos incluidos, que padecían por la presencia de las Farc, que decidían quién podía entrar y quién no a la zona, se sumó la fumigación de las autoridades a los cultivos ilegales, lo que les llevó a replantearse su forma de vida.
"Empezamos a mirar que la coca no ha sido nuestro fuerte; es un cultivo que lo trajeron como alternativa para uno agarrar unos pesitos de más", afirma España, quien recuerda que el auge de los ilícitos coincidió con una caída del precio del cacao que arruinó a familias que ya eran pobres.
Por esa razón, "mucha gente se fue metiendo en lo ilegal", pero cuando decidieron volver a cultivar cacao, antes de que el Gobierno llegara con programas de erradicación de cultivos ilícitos, recuperaron también su libertad pues los agricultores "ahora no necesitan pedirle permiso a nadie para poder venir a su tierra".
"Todo ha sido voluntario, y nosotros los líderes de estos territorios, y la gente de estos territorios, quisiéramos que esto se supiera a nivel nacional e internacional. Hemos hecho un trabajo y estamos aportando para el desarrollo de esa paz anhelada que todos queremos", subraya.
Gracias a esa iniciativa en el verde paisaje de Tablón Dulce ya no se ven los arbustos de coca sino los árboles de cacao cuya cosecha venden a Chocolates Tumaco, fundación integrada por siete consejos comunitarios y dos organizaciones que, con el apoyo del programa Colombia Responde, compra el grano de 5.000 productores de la zona.
"Gran parte de estos productores anteriormente cultivaban coca", explica el gerente de Chocolates Tumaco, Hermes Klinger, quien señala que esta iniciativa, creada hace tres años, comenzó como "un ejercicio de comercialización organizado y algunos de ellos dejaron el cultivo ilícito para pasar al lícito".
Klinger muestra orgulloso las cifras de este emprendimiento que comercializa mensualmente unas 100 toneladas de cacao, el 90% de ellas en Colombia, donde su principal cliente es la compañía Casa Luker.
"El 10 % restante lo mandamos al exterior", dice, y agrega que comenzaron en 2014 con 50 toneladas vendidas para exportación y el año pasado fueron 87 toneladas.
Los clientes externos están en Holanda, España y Bélgica, y próximamente enviarán 100 toneladas a la italiana Ferrero, todo un hito si se tiene en cuenta que nunca nadie había exportado cacao en Tumaco pese a estar entre los mayores productores de Colombia, con 14.000 hectáreas sembradas y 3.974 toneladas vendidas al año.
Afrodisio España reconoce que este cambio no habría sido posible sin la ayuda de Colombia Responde, financiado con recursos de la agencia de EE.UU. para el desarrollo internacional (Usaid) que, según dice, no impuso un proyecto sino que lo consensuó con la comunidad, incluyendo pequeñas obras de infraestructura, para lograr un impacto social que no han tenido otros programas.
"Eso fue lo que hizo que esto cambiara (...) así fuimos saneando espacios y hoy en día contamos con el 90% del territorio libre de cultivos ilícitos", añade.
Ahora les preocupa la nueva bajada del precio del cacao porque si el producto no es rentable y el Gobierno no les da un auxilio, el esfuerzo de los campesinos puede irse a pique.
"Somos unos agricultores olvidados del Estado. Acá nunca ha llegado ningún recurso distinto de los programas de cooperación", dice, lo que se percibe en la ausencia de atención en salud y de servicios básicos, que hace que las mujeres tengan que ir a lavar la ropa en el río Tablón Dulce y allí mismo recoger agua en bidones para el uso doméstico.
Por eso, España enfatiza que la propia comunidad ha "metido la mano" para salir del atraso: "defendiendo los derechos y haciendo entender a los grupos al margen de la ley que nos dejen trabajar, que somos de este territorio".
"No se olviden, el agricultor esta aquí tratando de dar lo mejor para la construcción de este nuevo país", sentencia.
Tablón Dulce está habitado por 728 personas. Posee una extensión de 2.305 hectáreas, área que ha sido plenamente confirmada a pesar de que todavía no se tiene la resolución de titulación colectiva, debido a que los territorios colindantes cuentan con titulación oficial del Incora.
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