
De manera sigilosa, pero constante y apostándole al éxito de los procesos de paz, el presidente Santos espera convertir a Colombia en uno de los líderes de América Latina. Con ese objetivo, el Gobierno nacional ha enfilado sus relaciones internacionales.
Distinto de lo que hizo en los dos primeros años de gobierno, cuando tras restablecer relaciones cortadas en la región, las metas fueron crear lazos con Asia y con Europa, el presidente Santos y su canciller, María Ángela Holguín, en este año se han dedicado a conseguir grandes aliados en la región, para apuntalar los avances en el diálogo con las Farc en La Habana.
Por eso, en los últimos meses el país ha visto que además de manejar los constantes vaivenes con Venezuela y Ecuador, el equipo nacional de política exterior también le ha dedicado mucho tiempo a enrutar la relación con Argentina y a acercarse a un presidente del que Santos lucía alejado, como José Mujica, de Uruguay, quién hace pocos días habló con los negociadores en La Habana. Sus palabras son valiosas, ya que Mujica integró en los años 60 del siglo pasado el movimiento guerrillero en su país de Liberación Nacional -Tupamaros.
Con Panamá
Tampoco debe olvidarse la reunión privada que el viernes sostuvieron los mandatarios de Colombia y Panamá, en la que se habló del Tratado de Libre Comercio entre las dos naciones y sobre la zona franca que existe en la frontera.
Analistas consultados por Colprensa coincidieron en que este Gobierno ha acertado al mejorar la relación con sus vecinos. Según Mauricio Jaramillo Jassir, experto en relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, era necesario que recuperara el buen curso de la relación con sus vecinos, pues “el anterior había sumido a Colombia en un ostracismo internacional”.
Según el académico, este Gobierno, pese a los errores, ha saneado las relaciones con Venezuela, Ecuador y Bolivia, hecho que le atribuye a un trabajo diplomático muy activo, “se ha formado una relación cordial entre países que en los últimos años han pasado de una enemistad comprobable a una relación cordial de cooperación y observable en términos generales, aunque aparentemente superadas las tensiones hay ciertas dudas”.
En el mismo sentido, el internacionalista Gabriel Misas destaca que “este Gobierno ha tratado de acercarse a América Latina, siendo un activo participante en Unasur”. Pero, por otro lado, asegura que “es increíble la torpeza como se manejó el asunto de la visita de Capriles”. Para Andrés Molano, también de la Universidad del Rosario, aunque se suavizaron las relaciones con los vecinos de la región, “distan de ser tan fluidas como sería deseable”.
Los politólogos accedieron a dar opiniones particulares sobre las relaciones bilaterales con algunos de los países de la región.
Con Ecuador
Pese a que Ecuador tiene dos demandas ante organismos internacionales contra Colombia, ello no debería afectar las relaciones entre los dos países. Para Gabriel Misas “las demandas ante los organismos internacionales no las hacen los gobiernos nacionales, la demanda por aspersión de glifosato no tienen por qué afectar las relaciones. La corte decidirá cuál es la solución que debe hacer alguna de las partes, así se soluciona ese conflicto”.
Sin embargo, Andrés Molano advierte que “tenemos no solo una sino dos demandas internacionales, una ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que tiene que ver con la muerte de Franklin Aisalla en la operación Fénix, y otra es la interpuesta por Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia por las fumigaciones de glifosato en la frontera. Ha habido esfuerzos por llegar a un acuerdo en cuanto a ese caso, pero no se han logrado avances”.
Con Venezuela
Pese a los múltiples acercamientos que ha tenido el Gobierno con ese país, las relaciones aún no son las mejores. Luego de la muerte de Hugo Chávez, el presidente Santos recibió al líder opositor Henrique Capriles en la Casa de Nariño lo que llevó a que las autoridades oficialistas venezolanas reaccionaran con furia.
Incluso el mismo presidente Maduro llegó a afirmar que desde Colombia sectores de derecha estaban fraguando un atentado para derrocarlo. Con la reciente reunión que sostuvieron ambos mandatarios en Puerto Ayacucho, Venezuela, el incidente empezó a ser superado.
Según Molano, “desde el inicio de este Gobierno se le ha apostado a un mayor involucramiento en las instituciones regionales, lo que ha ayudado, a mejorar las relaciones con Venezuela. Por ejemplo, esta se articula simbólicamente a través de la secretaría general de Unasur, que un periodo le correspondió a Colombia y otro al vecino país. Además del papel que Colombia jugó con Venezuela en el reintegro de Honduras a la OEA”.
Para el analista, las relaciones entre los dos países se han relajado; sin embargo, advierte que cualquier incidente podría caldear de nuevo los humos, como sucedió con el de Capriles.
Con Bolivia
Mauricio Jaramillo Jassir recuerda que en el Gobierno pasado hubo enfrentamientos directos entre Uribe y Evo Morales, “cuando el escándalo por la ubicación de las siete bases norteamericanas en territorio colombiano, uno de los primeros países que protestó fue Bolivia; ahora se puede decir que las relaciones han mejorado, sacando provecho de ese discurso de moderación del presidente Santos.
Para Misas, “las relaciones nunca han sido muy fuertes comercialmente con ese país, pero hay unas relaciones de buen entendimiento entre dos gobiernos con enfoques diferentes”.
Con Uruguay
El presidente de ese país, José Mujica, ha sido muy cercano a los diálogos de paz; incluso el mismo presidente Santos le reconoció que más adelante puede ser un gran apoyo para el resultado que se obtenga de los diálogos que se adelantan en Cuba.
“Casi todo el continente se ha expresado a favor de la paz. Lo que yo veo es que Mujica tiene un pasado que lo hace un interlocutor con las Farc, además que no se sospechan vínculos entre el frente amplio, la unión de movimientos de izquierda de ese país y las Farc, lo que es una ventaja”, dijo Mauricio Jaramillo Jassir.
Frente al mismo tema, Andrés Molano opinó que la reunión que sostuvo hace poco el mandatario de ese país con la guerrilla de las Farc “contó con la autorización del Gobierno colombiano y en ese sentido no hay ninguna intromisión y aunque Uruguay no sea garante del proceso, eso no quiere decir que no pueda jugar un papel en la implementación de los acuerdos o incluso en unos eventuales diálogos con el Eln”.
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