COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El presidente de la República, Iván Duque, llegó a sus primeros 100 días de Gobierno en medio del debate nacional sobre la propuesta de gravar con IVA el 80% de la canasta familiar, exigencias de mayor presupuesto para el sector educativo y con una agenda legislativa prácticamente hundida.
Cumplió las promesas de campaña de tener un gabinete paritario para gobernar y de recorrer los lugares más apartados de Colombia para escuchar a la ciudadanía a través de los talleres Construyendo País. Sin embargo, durante sus primeros meses de mandato el jefe de Estado ha venido reversando en aspectos sobre los que fundamentó su campaña.
Economía
Para el analista político Andrés Fandiño, si bien no se puede evaluar si un Gobierno es positivo o negativo durante sus primeros 100 días, sí se pueden hacer observaciones, como el hecho de que durante este tiempo no se le ha visto una línea central para gobernar.
Jhon Mario González, analista político, columnista y profesor universitario, añade: “Es un Gobierno que en sus primeros 100 días se raja porque además ha reversado en temas fundamentales que abanderó en campaña, en casi todo”.
Un aspecto está relacionado con la economía del país. Durante su campaña, Duque señaló que no subiría los impuestos y buscaría beneficiar a los empleados, no obstante, al presentar la reforma tributaria, que el Gobierno denomina Ley de Financiamiento, su principal propuesta es gravar casi toda la canasta familiar con el Impuesto de Valor Agregado (IVA). Dicha idea es rechazada, incluso, por su propio partido, el Centro Democrático.
Jorge Iván Cuervo, experto en política y docente de la Universidad Externado, indica que generalmente en campaña los candidatos no hablan de los desafíos económicos que tendrían que enfrentar una vez se posesionen, pese a que los saben de antemano.
De acuerdo con Cuervo, el déficit fiscal del que se vale el Gobierno para justificar la reforma tributaria se conocía desde el mandato del expresidente Juan Manuel Santos. “Hay un cambio radical en el discurso de no subir el IVA. Ahora sale a decir que hay déficit, que hay que financiar la paz y enreda al ciudadano. Un candidato responsable ve las cuentas nacionales. Él tenía que saber que llegaba a una situación complicada de la economía colombiana. Prometió cosas irresponsables”, añade el experto.
Fandiño en este aspecto sostiene que con el viraje del discurso de Duque queda demostrado que una cosa es ser candidato y otra presidente. Destaca, al igual que Cuervo, que pese a que antes de ocupar el cargo rechazó el aumento del IVA, ahora pretende incrementarlo de la manera más perjudicial para las clases baja y media.
“Terminó haciendo todo lo contrario: una reforma tributaria con IVA a todo, en especial la canasta básica, que es donde más duro se le puede pegar a las clases baja y media, pero tratando de quitarles impuestos a los empresarios con la excusa de generar más empleos, cosa que no va a ser verdad. Aquí lo que están tratando de hacer es de reventar a los estratos uno, dos y tres con más impuestos y eso lo que va a generar es más desigualdad y crecimiento de la pobreza, porque la gente va a tener menos capacidad adquisitiva”, señala Fandiño.
González indica que parte del discurso que el presidente construyó en campaña era facilista y se dedicó a rechazar decisiones económicas de Santos. Dice el experto que lo hacía de esta manera porque no pensaba en la posibilidad real de llegar al cargo, pero ahora que está en el ejercicio debe enfrentar las incongruencias del discurso con lo que necesita hacer y por esa razón se genera un desgaste en su imagen frente a la opinión pública.
Polarización
Otro tema que figuró en la campaña presidencial fue la polarización política con la que terminó el gobierno de Santos, originada en las diferencias frente al acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las Farc, hoy convertida en partido político.
El tono del hoy presidente durante su campaña en relación a este tema fue el de intentar reconciliar al país. “Concentrémonos en lo que nos une y no en lo que nos divide”, fue su frase de campaña.
Cuervo asegura que pese a que su actitud ha impactado en el clima de la opinión pública, no necesariamente se ha resuelto la polarización en el país porque las causas siguen estando latentes en la ciudadanía y la democracia.
Para el experto, el discurso del presidente en temas como la educación ha generado otro tipo de polarización en la sociedad y que puede terminar radicalizándose aún más.
“Creo que la polarización sigue y va a seguir en la medida en que el Centro Democrático trate de seguir polarizando el debate, por ejemplo, no hay nada más perverso que salir a decir que se haga una convocatoria a una constituyente porque no pasan las reformas constitucionales en el Congreso”, añade.
El analista asegura que la única manera de que el Centro Democrático se mantenga vigente es acudiendo a esa estrategia de dividir la opinión pública. Agrega que lo que están haciendo ahora es tomar temas que salgan de la coyuntura nacional, como la plata para la educación. “Están aburridos porque Juan Manuel Santos, que era su ‘muñequito’ para este propósito, se les desapareció”.
González señala que el presidente no tiene un estilo de confrontación, pero que este aspecto puede ser leído como una falta de certeza en sus acciones o claridad en las mismas.
Frente al tema de la paz, el cual también marcó la campaña presidencial, Cuervo opina que al jefe de Estado no le queda una opción distinta que asumir que los acuerdos deben cumplirse, porque le queda complicado desgastarse en reformarlos cuando la misma comunidad internacional ayudó a su construcción.
“El uribismo hablaba de hacer trizas el acuerdo, de que había que recoger firmas para revocar el acto legislativo que creo la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que había que hacer unos ajustes. Duque se montó en ese discurso, pero una vez llegó entendió que la paz está muy consolidada. En su reciente gira por Europa de lo que más habló fue de eso, diciendo que iba a cumplir los acuerdos”, argumenta Cuervo.
Fandiño opina que Duque se dio cuenta de que el acuerdo sí está acorde al Estatuto de Roma y que debe cumplirlo.
Para González, la paz es el ‘reversazo’ más grande que ha tenido Duque, porque construyó un discurso en campaña sobre cambiar el acuerdo, pero que con el paso de los meses comenzó a sentirse cómodo con lo que le había dejado Santos.
En el campo internacional, Iván Duque cumplió su promesa de campaña de retirar a Colombia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) por considerarla un instrumento al servicio del chavismo y ha defendido la necesidad de mantener el aislamiento al régimen de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.
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