
COLPRENSA | LA PATRIA
A punto de cumplirse dos años de las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc en La Habana, con el propósito de poner fin a cinco décadas de conflicto armado, la confianza y la continuidad son, según analistas, los principales activos con los que cuentan hoy los diálogos.
Más allá de que no se logró la firma del acuerdo en el tiempo que se anunció inicialmente, destacan los especialistas que tres de los cinco puntos de la agenda están casi cerrados, que hay avances interesantes en los dos que restan y que el país ya empezó a implementar aspectos propios del posconflicto.
Para el exfiscal general de la Nación Alfonso Valdivieso es sumamente alentador que, a diferencia de los últimos intentos de paz que se hicieron en los gobiernos de Belisario Betancur, César Gaviria y Andrés Pastrana, “se hayan mantenido las condiciones que se establecieron para el desarrollo de los diálogos de manera ininterrumpida”.
Sin embargo, hay también sectores muy escépticos con los resultados que dejan hasta hoy estos dos años de negociaciones en La Habana.
El analista Diego Luis Sánchez considera que si bien son dos años en los que se ha fortalecido la confianza entre las partes, son escasos los logros. “No hay acuerdo en tres puntos, como dicen, porque en todos los aspectos relevantes o neurálgicos de cada uno de ellos han quedado pendientes.
Lo que se ha hecho
Cuando se iniciaron las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc para buscar la terminación del conflicto armado se fijó una agenda con cinco temas claves para su estudio: el desarrollo agrario, las drogas ilícitas, la participación política, el reconocimiento y la reparación de las víctimas y el fin del conflicto.
Hoy, dos años después de estar sentados en la mesa instalada en La Habana, Cuba, se han logrado acuerdos en los tres primeros aspectos y se discute el cuarto, relacionado con las víctimas.
Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa y excandidata presidencial, asegura que el balance es precario si se tiene en cuenta que no son dos, sino cuatro años de conversaciones (dos de acercamientos y dos de debates en Cuba).
“Ha habido lentitud en la negociación, no se ha avanzado en los temas sustantivos, falta transparencia por parte del Gobierno Nacional y en los pactos firmados hasta ahora no hay ningún reconocimiento ni responsabilidad fijada por parte de las Farc en el conflicto”, precisó Ramírez.
Sin embargo, Óscar Duque, analista político de la Universidad Autónoma de Occidente, sostiene que cada proceso tiene su tiempo y en éste, no podría evaluarse si es mucho o poco lo que se han tomado porque no hubo un cronograma de fechas establecidas desde el comienzo de la conversación.
Aunque el presidente Juan Manuel Santos indicó al inicio de los diálogos que esperaba que la paz estuviera firmada al año siguiente (2013), Duque considera que no se puede cuestionar el optimismo del Gobierno.
También aclaró que los acuerdos logrados hasta ahora no podrían haber tenido otra conclusión, porque era obvio que hay que invertir en el campo, “eso lo sabemos desde el siglo pasado, es claro que hay que acabar el narcotráfico y por supuesto que un actor armado se sienta a negociar su desmovilización si logra expresar sus ideas desde el campo político, así que ahí lo único nuevo en estos dos años de diálogo es la confianza generada entre las partes”.
Lo pendiente
Pese a que han sido acordados tres de los cinco puntos de la agenda prevista, en el tintero se han quedado unos asuntos pendientes en los que hay grandes diferencias entre las partes y que deberán resolverse tarde o temprano.
Para algunos analistas, el problema radica en que el Gobierno cree que son aspectos que se pueden corregir en el posconflicto, mientras las Farc los considera clave para lograr un acuerdo de paz estable y duradero y revestido de una amplia legitimidad.
En el punto del desarrollo rural quedaron entre paréntesis elementos sustanciales como las zonas de reserva campesina, la extranjerización de la tierra y el gamonalismo, entre otros.
En el punto sobre cultivos ilícitos quedaron aplazados elementos como el condicionamiento de las Farc al funcionamiento del nuevo Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos y los mecanismos de esclarecimiento de la relación entre producción y comercialización, así como la relación de los paramilitares y el narcotráfico.
Elementos estos que, según el analista Camilo González Posso, “son determinantes para garantizar que el tema del desarrollo rural logre tomar impulso”.
En cuanto a la participación en política, los temas en remojo son la creación de circunscripciones transitorias especiales de paz en las regiones más afectadas por el conflicto, el Estatuto de Garantías a la oposición y las medidas de reparación y sustitución de derechos a aquellos partidos, como la Unión Patriótica, afectados por su militancia política, entre otros.
Lo que se viene
Firmar los dos puntos pendientes en la agenda general de paz relacionados con el reconocimiento y reparación de las víctimas y el fin del conflicto, que incluye la dejación de armas por parte de las Farc, es lo que sigue en el proceso de paz.
Y ello implica las decisiones más importantes, según lo dijo el alto comisionado Sergio Jaramillo, más si se tiene en cuenta que los aspectos implican directamente la responsabilidad de la guerrilla.
Además, analistas consideran que hay otros temas que en los próximos días deberían implementarse. A juicio de la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez, lo que debería venir es la exigencia del presidente Juan Manuel Santos para que las Farc acepten la humanización del conflicto y suspendan el reclutamiento de menores, el sembrado de minas y que suspendan los ataques contra la población civil.
Para el analista Óscar Duque, el futuro del proceso está caminando a la implementación del posconflicto, cuyas políticas de Estado deben permitir la recuperación del campo y el compromiso de las Farc de no volver a causar daño a la población civil.
Otro tema importante es el de la refrendación, de los eventuales acuerdos. Las Farc creen que se debe hacer mediante una asamblea constituyente, una posibilidad que ya desechó el Gobierno.
El dato
Desde que comenzaron las negociaciones de paz, en noviembre de 2012, las partes han alcanzado acuerdos en tres de los cinco puntos de la agenda: tierras y desarrollo rural, participación en política y drogas y cultivos ilícitos.
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