
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El presidente Juan Manuel Santos expresó ayer, tras la tensión diplomática con Venezuela que desató la furia del gobierno de ese país por la reunión que sostuvo con el opositor Henrique Capriles: “Aquí tiene que haber un malentendido porque es descabellado pensar que el Gobierno colombiano esté enterado o, peor aún, esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar el Gobierno de Venezuela”.
Argumentó que Colombia es el más afectado con los problemas de su vecino, y reiteró que optará por la vía diplomática, es decir, no responderá a punta de micrófono, como sí lo hicieron el presidente venezolano Nicolás Maduro; su canciller, Elías Jaua, y el presidente de la Asamblea Nacional de ese país, Diosdado Cabello.
Santos recordó que el 10 de agosto de 2010 se comprometió con el fallecido presidente Hugo Chávez, en Santa Marta (Magdalena), a resolver los problemas por la vía diplomática con el fin de “tener una relación cordial que les rinda frutos al pueblo venezolano y al pueblo colombiano”.
A raíz de estas tensiones diplomáticas, en la frontera colombo-venezolana se ha incrementado la seguridad. El Gobierno de Caracas decidió cerrar las bombas de abastecimiento de combustibles para vehículos de placas colombianas e incrementó las requisas para ingresar a Venezuela.
Otras reacciones
Las autoridades venezolanas incluso han advertido que lo que han calificado como una agresión y una "puñalada por la espalda" para Venezuela puede tener efectos negativos sobre el diálogo de paz colombiano. Eso ha sido calificado de chantaje por la oposición venezolana, pero preocupa al Gobierno colombiano.
Para el jefe negociador, Humberto de la Calle, es preocupante la tensión porque considera que el papel de Venezuela y del presidente Maduro ha sido muy útil en el diálogo. Enfatizó en la importancia de seguir contando con Venezuela en el diálogo iniciado en noviembre, que el pasado domingo produjo un primer acuerdo sobre el tema agrario.
El diálogo está en receso hasta el próximo 11 de junio y, según De la Calle, en Bogotá el Gobierno sigue "trabajando intensamente para recomenzar estas negociaciones".
La oposición venezolana considera infantil e irresponsable la reacción oficial ante "una reunión entre dos líderes políticos de dos países hermanos", afirmó a Efe el secretario ejecutivo adjunto de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón José Medina.
Agregó que la reacción del Gobierno indica "su talante autoritario, que no concibe espacios o posibilidades democráticas para que se puedan desarrollar las relaciones entre países" y refleja "una fragilidad política, una debilidad muy grande".
El ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, dijo ayer que jamás recibiría al excandidato presidencial venezolano Henrique Capriles, quien, en su opinión. "Jamás recibiríamos a una persona que estuvo altamente involucrado con el golpe de Estado del año 2002, que sacó del poder al presidente Hugo Chávez durante unos cuantos días solamente, porque el pueblo venezolano lo restituyó en el poder", subrayó a una radio.
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