EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La organización internacional Crisis Group defendió hoy un alto al fuego bilateral entre el Gobierno de Colombia y las FARC como un paso "oportuno" para "allanar el camino" a las negociaciones de paz de La Habana, que atraviesan un delicado momento por el agravamiento del enfrentamiento armado.
"Continuar con este modelo de conversaciones en donde todo se va a discutir en medio del conflicto sirvió en su momento, pero ya no sirve más. El cese bilateral puede ser una medida muy oportuna para allanar el camino para discutir el último punto de la agenda que quedaría en este momento, la terminación del conflicto", dijo a Efe el director para América Latina y el Caribe del Crisis Group, Javier Ciurlizza.
Ciurlizza explicó algunas de las propuestas recogidas en el informe "En la cuerda floja: la fase final de las conversaciones de paz en Colombia", en el que Crisis Group analiza cómo conseguir que las negociaciones de Cuba "lleguen a buen puerto", entre ellas el alto el fuego bilateral.
Ese alto el fuego "solo será un objetivo realista" si las partes alcanzan previamente "un acuerdo sobre el marco de justicia transicional", las normas a aplicar a los actores armados tras un eventual fin definitivo del conflicto.
La justicia transicional forma parte del cuarto punto de los diálogos de paz, referente a víctimas del conflicto, que se discute actualmente en La Habana.
Este alto el fuego, añade la organización, "deberá incluir algún tipo de concentración regional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y monitoreo internacional".
El Crisis Group considera que una medida de estas características "aceleraría el proceso" que, a pesar de las dificultades, mostró su fortaleza en junio pasado "cuando los negociadores pusieron fin a un año de sequía sin grandes avances acordando el establecimiento de una comisión de la verdad".
En este contexto, el acuerdo de marzo pasado para eliminar las minas antipersonal no es tenido en cuenta por la entidad porque, recuerda Ciurlizza, "no forma parte de la agenda de negociación", sino que está englobado en el último apartado y se adelantó para reducir la confrontación.
Reducir los enfrentamientos ayudaría también a calmar "el creciente desgaste de la paciencia política" que puede dar lugar a que, ante una "chispa", se pueda suspender el proceso de paz e incluso romperlo, según el Crisis Group.
Además, recuerda las elecciones municipales y regionales del próximo octubre, que "podrían debilitar aún más la posición política moderada sobre la que tarde o temprano deberá asentarse cualquier acuerdo de paz duradero", según subraya el informe.
El representante de la entidad para América Latina aclara que la importancia de estos comicios radica en que la aplicación de la paz "va a estar en manos de las autoridades locales", que ejecutan el "80 % de los recursos públicos de Colombia" y que un ambiente hostil a un eventual acuerdo puede complicar la aplicación de un acuerdo.
Para aplacar los ánimos las partes "deben frenar urgentemente la escalada de hostilidades", empezando por "ejercer el máximo autocontrol en el campo de batalla", propone el informe, que sugiere "considerar formas de avanzar más enérgicamente" como dividir los puntos que faltan en "acuerdos parciales de menor envergadura".
Otra opción es "adoptar un cronograma más ajustado" pero sin poner un plazo definitivo al proceso de paz, e "involucrar más a los actores internacionales".
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