Cristian Ruiz
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
La emergencia en Hidroituango, que ya completa 20 días, se mantiene en estado de máxima alerta tras los eventos que se presentan desde el miércoles y que agravan la situación, mientras centenares de trabajadores luchan contra el tiempo para terminar la construcción de la presa y poder controlar los flujos de agua que salen por la estructura.
El gerente de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jorge Londoño de la Cuesta, indicó que toman medidas para atender a las poblaciones evacuadas y aseguró que la temporada invernal representa una dificultad para el proyecto de Hidroituango.
“El peor escenario es el rompimiento de la presa, evento que empieza a dar unas señales antes de su derrumbamiento. Esto no ocurre sorpresivamente, sino que empieza a mostrar una desestabilización. En caso de que ocurra esto, nosotros estaríamos encendiendo la alarma roja, pero en ese momento pueden pasar minutos, horas y quizás días", explicó Londoño.
De acuerdo con el directivo, si se llegara a presentar una emergencia de este tipo, el colapso de la presa afectaría a cerca de 120 mil personas que habitan los municipios de Valdivia, Cáceres, Tarazá, Caucasia, Nechí, entre otros.
El Gobierno Nacional y la Gobernación de Antioquia, junto con EPM han adoptando medidas para controlar la situación y evitar que esta emergencia pase a mayores. La primera decisión fue emitir alerta roja para 12 poblaciones aguas abajo del proyecto que serían las más afectadas ante una posible creciente súbita del río Cauca.
La Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) informó que evacuaron a 5 mil personas de los municipios del Bajo Cauca antioqueño para ser trasladadas a zonas seguras, además realizan monitoreos sobre la hidroeléctrica ante una posible creciente súbita del caudal del afluente.
La secretaria de Gobierno de Valdivia, Ana María Uribe, indicó que evacuaron a mil 200 personas del corregimiento de Puerto Valdivia, que sería el primer afectado ante una emergencia en Hidroituango.
“Las estamos atendiendo en tres albergues en donde les brindamos ayuda en alimentación, además de hacer entregas de cobijas, colchonetas, carpas y otros elementos de aseo”, explicó Uribe.
De acuerdo con la funcionaria, esta situación sobrepasa las capacidades que tiene la población para atender a estas personas, pero vienen recibiendo apoyo del Gobierno Nacional y la Gobernación de Antioquia dentro del plan de contingencia.
El alcalde de Caucasia, Óscar Aníbal Suárez, explicó que el municipio tiene activado los comités de riesgo desde hace días ante la creciente del río Cauca, cuyo incremento de su nivel afecta en los últimos años a cerca de 12 mil personas que habitan ocho barrios de la población.
"Esta situación es diferente porque la inundación no es por gravedad sino por una corriente más rápida que genera una mayor afectación, por eso avanzamos en la evacuación de 400 personas, principalmente las que se encuentran en la ribera del río”, explicó Suárez.
De acuerdo con el mandatario, existe un tema cultural en la región: hasta que la gente no ve la creciente, no evacuan la zona. “Estamos a 140 kilómetros de la presa y lo que las autoridades tienen que hacer es alertarnos en el momento en que se presente una creciente en el río. Hasta el momento la situación es tranquila y estamos alerta ante esa emergencia”.
La alcaldesa de Tarazá, Gladis Rebeca Miguel, indicó que en la población se toman las medidas pertinentes ante la emergencia, pero hizo un llamado al Gobierno Nacional y Departamental para que agilicen las entregas de ayudas.
“A los municipios les queda muy difícil enfrentar esta tarea solos. Hemos evacuado muchos habitantes, pero nos faltan todavía 3 mil personas. Hacemos un llamado porque no tenemos los medios para alojarlos en albergues, no contamos con carpas, cobijas, colchonetas, alimentación y la gente se rehúsa a salir de la zona si no encuentran en donde alojarse”, explicó.
La prioridad
En medio de este complejo panorama, EPM se concentra en alcanzar la altura de la presa para poder evacuar el exceso de agua a través del sistema de vertedero, una carrera contra el tiempo ya que mientras se avanza en la construcción, el embalse se llena cada vez más rápido por la temporada invernal. A pesar de que se mantienen las expectativas de controlar la situación, todavía existe una incertidumbre sobre lo que podría pasar con el proyecto, por eso desde ya se encienden las alarmas ante un posible colapso de la estructura.
El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Argelino Durán, destacó que ante esta emergencia la prioridad es proteger la presa para reducir el riesgo de que el embalse se salga de control y termine desbordándose por encima de la misma.
“Es importante realzar rápidamente la estructura para que el vertedero de excesos se pueda poner a funcionar y reducir el riesgo actual evacuando el agua por ese sistema. Con esto ya podríamos estar más tranquilos porque daría un tiempo para revisar la situación en el cuarto de máquinas y mirar su afectación”, explicó Duran.
El docente de ingeniería Ambiental de la Universidad Central y especialista en infraestructura hidráulica, Gélber Gutiérrez, fue más allá y consideró que este problema en Hidroituango se pudo haber generado porque no se siguió con el protocolo de terminación de la obra y de llenado del embalse.
“Lo que se observa es que se tiene una pérdida de control por una falta de planeación y por no seguir unos protocolos para terminar preliminarmente la obra y proceder al llenado del embalse. Estamos en una carrera contra el tiempo porque se está construyendo la presa y al mismo tiempo el embalse se está llenando con mayor caudal que la capacidad que puede tener la casa de máquinas para evacuar el agua", Indicó Gutiérrez.
Con esta postura concuerda Oswaldo Ordóñez, experto en este tipo de estructuras y docente de la Universidad Nacional, sede Medellín, quien aseguró que el control lo tiene totalmente el agua porque no se sabe lo que está pasando dentro de los túneles y el cuarto de máquinas, por donde se está evacuando actualmente el río Cauca.
“Estamos a merced de un monstruo porque no estamos hablando de una simple quebrada sino de más de 1500 metros cúbicos por segundo de agua que están entrando a unos túneles y unas obras que no estaban preparadas para recibirla, ni corrida ni a presión, entonces lo que puede pasar allá adentro es inimaginable”, advirtió Ordóñez.
Y agregó que si la presa no se termina con rapidez y por algún motivo se tapa la casa de máquinas, ya no habrá por donde evacuar el agua y el nivel del embalse subiría hasta pasar por encima de la presa, que como no está terminada se llevaría los materiales de construcción destruyendo la estructura.
Para el presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros este no es el momento para buscar las causas y los responsables de la emergencia, sino que todos los esfuerzos deben estar enfocados en controlar la situación y terminar la construcción de la presa para proteger la estructura.
Explicó que EPM venía avanzando entre un metro y medio y dos metros y medio diarios para alcanzar la altura de la presa. "Podríamos pensar que en cuatro días se podría llegar a ese nivel, con el cual se podrían cerrar las compuertas de la casa de máquinas y dejar que el embalse llegue al nivel del vertedero y poder evacuar el agua. De esta forma se podría proteger la presa”.
Destacado
Lo de Hidroituango, según el ingeniero José Hilario López, profesor ad honorem de la facultad de Minas de la Universidad Nacional, "sería la segunda mayor catástrofe de la ingeniería en el mundo en toda su historia después del accidente nuclear en Chernóbil".
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