El Parlamento Europeo dio ayer luz verde al Tratado de Libre Comercio (TLC) negociado entre la Unión Europea (UE) y Colombia. Fue aprobado con 486 votos a favor, 137 en contra y 41 abstenciones, que entrará en vigencia una vez lo ratifique el Congreso colombiano.
"Con la aprobación del TLC con la Unión Europea comienza una nueva etapa que traerá prosperidad y más empleos a los colombianos", destacó el presidente Juan Manuel Santos en su cuenta en Twitter.
Así mismo, destacó que agradece "al Parlamento Europeo y a su presidente Martin Schulz el voto de confianza y sus expresiones elogiosas para con nuestro país".
No obstante, esas noticias que parecen positivas sobre el TLC con la Unión Europea son agridulces. Por un lado está la buena noticia de su aprobación en la plenaria del parlamento europeo.
Por el otro está el riesgo de que el Congreso colombiano no termine de aprobarlo en el primer semestre de 2013, lo cual retrasaría su entrada en vigencia.
El acuerdo ya fue aprobado en la Comisión Segunda de Senado, pero aún le falta realizar otros 3 debates: uno con el Senado en pleno, y otros dos, uno en Comisión y otro en plenaria de Cámara, que se surtirían el próximo año.
Si se logra que el acuerdo sea aprobado esta semana por la plenaria del Senado -un gran reto si se tiene en cuenta que tiene por delante la reforma tributaria y el fuero militar entre otros- se agilizaría el trámite solicitando extras en la Cámara a mediados de febrero.
Si el proyecto no se vota esta semana, el acuerdo terminaría pasando en marzo por la plenaria de Senado y en Cámara el trámite iría hasta junio.
Así las cosas, la entrada en vigencia del TLC queda en el terreno del órgano legislativo de Colombia.
Luego del trámite legislativo, el presidente, Juan Manuel Santos, estaría en potestad de dar vigencia provisional mientras se finaliza proceso, que implica el visto bueno de la Corte Constitucional.
De acuerdo con el experto en comercio exterior de la Universidad Sergio Arboleda, Luis Ángel Madrid, este proceso ha avanzado con mucha calma, pero hay perspectivas muy positivas.
La ratificación en el Parlamento europeo es muy importante pues el próximo año se terminan las preferencias arancelarias que existían bajo el Sistema Generalizado de Preferencias SGP-Plus.
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