Colombia ve difícil hablar con Venezuela

Efe | LA PATRIA | Naciones Unidas

El alcalde de Maicao, fronterizo con Venezuela, Eurípides Pulido, aseguró que hay una "inmensa preocupación" en la comunidad por los efectos que puede generar el nuevo bloqueo con el país vecino.

Maicao, que vive del comercio entre los dos países, se sitúa cerca del puesto migratorio terrestre de Paraguachón, en el departamento de La Guajira, que ayer amaneció cerrado por decisión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para, según argumentó, "seguir avanzando con la liberación de delitos criminales, paramilitares, contrabandistas".

Maduro informó de esta orden después de notificar que aceptó la mediación de Brasil y Argentina en el conflicto fronterizo con Colombia y dijo al mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, que si quiere "mañana mismo" sostienen una reunión donde quiera, pero "sin condiciones".

El presidente venezolano, un día después de ampliar el cierre de la frontera, escribió en la red social Twitter: "Los pueblos no aceptamos más que la frontera esté plagada de paramilitares, contrabando masivo, narcotráfico, etc. Queremos Paz y Vida".

Sin referirse a su homólogo venezolano, el presidente Juan Manuel Santos dijo que su Gobierno no se deja llevar por las provocaciones y no responde a insultos. “Aquí hay un Gobierno decente (…) hay una frase que usábamos mucho: “A palabras insensatas, oídos sordos”.

Encuentros

La ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, aseguró que su Gobierno está dispuesto a hablar con Venezuela sobre la crisis fronteriza, pero consideró que por ahora las circunstancias están complicadas.

Durante su entrevista con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, le informó sobre la situación en la frontera, tanto el aspecto humanitario, como los problemas estructurales en la zona.

Entre esos, Holguín destacó el que plantea el contrabando y las organizaciones criminales que operan aprovechando las diferencias de precios que existen a un lado y otro de la frontera.

La canciller llegó a Nueva York después de reunirse en Ginebra con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, y con representantes de otros organismos internacionales.

Holguín insistió en la voluntad de diálogo del Gobierno de Juan Manuel Santos, pero reiteró que es necesario que se cumplan ciertas condiciones antes de esa reunión.

"Que les devuelvan sus cosas; que los niños que están separados de sus padres, porque los padres colombianos los dejaron en Venezuela, los puedan traer a Colombia; y que los pequeños que viven en Venezuela y que estudian en colegios colombianos pudieran ir a estudiar y volver", dijo el lunes.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió rapidez en las reagrupaciones familiares de los colombianos expulsados de Venezuela, así como una pronta recuperación de sus escasos bienes.

Almagro, que el sábado pasado visitó la frontera colombo-venezolana, reiteró también la necesidad de reponer "a estas familias de trabajadores de pocos recursos los pocos bienes que perdieron".

Geopolítica de las emociones

Beatriz Nates, directora del doctorado de Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas, estableció que los problemas de frontera son históricos, pero también son conflictos que no tienen allí su origen o terminación, sino que se generaron por emotividades políticas.

"Esas emotividades entre Colombia y Venezuela, que se agudizaron con Álvaro Uribe Vélez, decantaron, por ejemplo, asuntos que tienen que ver con el desplazamiento, pero que no están aislados por temas de cancillería o de legitimidad de patria como lo están llevando los periódicos, sino que tiene que ver con la geopolítica de las emociones, o sea, quién está contando más en términos políticos, cuál de las dos presidencias o cuál de los dos países está más en el centro o eje de atención en términos de los diálogos", dijo.

Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 1.467 colombianos fueron repatriados y 18.619 regresaron a su país tras la orden de Maduro.