EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
El Gobierno dio ayer luz verde al uso medicinal de la marihuana, la medida más extendida entre los países que han decidido relajar las normas que restringen el cultivo de la planta de la que se obtiene, la Cannabis sativa o cáñamo.
El presidente, Juan Manuel Santos, quien en el 2010 reconoció públicamente que en su época de universitario en Estados Unidos fumó marihuana, firmó ayer el decreto que busca aprovechar las bondades del cannabis para mejorar la vida de las personas.
"Permitir su uso medicinal no va en contravía de nuestro compromiso internacional en materia de control de las drogas y mucho menos de nuestra política de lucha contra el narcotráfico", aseveró.
Colombia está entre los principales países productores de cocaína y también produce marihuana, como se conoce a los cogollos o flores femeninas del cáñamo, donde se concentran sus propiedades psicoactivas.
El decreto habilita la posibilidad de que se expidan licencias para la posesión de semillas de cannabis, así como para el establecimiento de cultivos de esta planta destinados a fines exclusivamente médicos y científicos.
A favor
El arzobispo de la Ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera, que sorprendió el pasado domingo al mostrarse a favor de usar la marihuana con fines terapéuticos, recordó que cuando era niño, cuando alguien tenía cansancio, le daban una friega de marihuana con alcohol y nunca se vio como nada fuera de orden.
En Jamaica, un país donde el cannabis es considerado casi un símbolo nacional, desde abril pasado se permite cultivarlo y consumir marihuana siempre que sea con fines de investigación, medicinales o religiosos.
El consumo medicinal de la marihuana es legal en 20 estados de EE.UU., incluido el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital federal (Washington), y en algunos de ellos también es legal con fines recreativos.
En Brasil, aunque la ley castiga tanto el cultivo como el consumo y la tenencia de marihuana, el Ministerio de Salud de Brasil publicó en abril pasado una resolución que facilita la importación de cinco medicamentos que contienen cannabidiol, un derivado de la marihuana usado para el tratamiento de enfermedades como la epilepsia.
La ley que regula en Uruguay la producción y la compraventa de cannabis fue aprobada en 2013 y la reglamentación de su uso para fines científicos y medicinales fue decretada en 2015.
A principios de octubre se adjudicó a dos empresas la licitación para cultivar el cannabis con fines recreativos, pero todavía no se han licitado las concesiones para uso medicinal.
En México a partir de enero se abrirá un debate nacional sobre el uso de la marihuana para todos los fines, pero por ahora los únicos mexicanos que pueden cultivar y consumir marihuana, con fines recreativos, sin arriesgarse a tener problemas con la ley son cuatro ciudadanos que presentaron un amparo con ese fin ante la Corte Suprema de Justicia, la cual aceptó el recurso.
Chile es por ahora el único país de América Latina donde se ha recogido una cosecha legal de marihuana para uso medicinal y uso académico, aunque es un proyecto acotado a la municipalidad de La Florida, en la capital chilena.
El objetivo de esa plantación es producir aceite de cannabis para el tratamiento de pacientes con cáncer.
En Costa Rica, donde el consumo de drogas no es un delito sino un problema de salud pública, se presentó en 2014 una iniciativa legal para permitir la investigación, producción y regulación del cannabis para uso medicinal.
En Paraguay, principal país productor de marihuana de Suramérica, no hay planes para despenalizar esa droga en el país ni tampoco para usar la planta con fines medicinales.
Argentina también es prohibicionista, como Bolivia, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, entre otros países.
Procedimiento
* Para obtener la autorización que le permita hacer parte del mercado de la marihuana debe especificar a las autoridades para qué la va a usar. Así podrá obtener las licencias para fines como posesión de semillas, cultivo, producción y fabricación, y exportación.
* Debe presentar una solicitud y sus documentos a la Comisión Nacional de Estupefacientes (CNE) o al Ministerio de Salud, junto con un plan de lo que quiera hacer con la marihuana, en el que indique cuáles son las inversiones que pretende hacer y los compromisos sociales que va a implementar.
*Las autoridades tienen 30 días hábiles para responder su solicitud. Las licencias no tendrán plazo, el CNE o el Ministerio de Salud podrán cancelarlas en cualquier momento mediante un acto administrativo.
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