EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
Las voces que reclaman un diálogo para poner fin a la violencia en Colombia ganan relevancia mientras continúan las protestas contra el Gobierno de Iván Duque, que comenzaron hace 10 días para pedir el fin de la reforma tributaria pero que son el reflejo del malestar de una gran parte de la sociedad colombiana.
Mientras las manifestaciones siguen en un país que vive con profunda tristeza y malestar la situación social, Duque, que el miércoles hizo hincapié en que los desmanes se deben a “manos criminales” con lazos con el narcotráfico, ayer pidió “escucharnos como sociedad y encontrar soluciones”, aunque sigue sin reunirse con los organizadores de las protestas.
La Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA) consideró ayer en un comunicado que “estos diálogos son necesarios y urgentes” pues “la actual coyuntura demanda el gesto genuino de todos los actores para conversar sobre los temas que más preocupan a la sociedad colombiana”.
Desde colectivos como el de rectores universitarios llaman a un “diálogo amplio, inclusivo, honesto, alrededor de temas estructurales y urgentes que requieren soluciones construidas como un gran pacto social”.
Desasosiego social
Las protestas, que comenzaron el pasado 28 de abril con el paro (huelga) nacional contra la ya retirada reforma tributaria, ahora continúan por mucho más: contra un intento de reformar la salud, que puede llevar a más privatizaciones; contra la brutalidad policial que deja al menos 24 manifestantes asesinados, o por la compleja situación de inseguridad.
“Los manifestantes están, en esencia, retomando lo que dejaron cuando la pandemia de covid-19 apareció en marzo del año pasado, frenando meses de protestas callejeras que habían iniciado en noviembre del 2019”, explica la analista sénior del grupo de pensamiento Crisis Group Elizabeth Dickinson.
Al malestar social por el que decenas de miles de personas salieron a protestar entonces se le han sumado los 3,5 millones de personas que han sido empujadas a la pobreza durante la pandemia, y que los más pobres son diez veces más propensos a ser hospitalizados por la covid-19 que los más ricos.
Además, la violencia contra la población civil y contra líderes sociales no ha disminuido en estos dos años y de hecho ha aumentado el número de masacres y asesinatos selectivos, y muchas zonas rurales son terreno de enfrentamiento de distintos grupos armados.
Violencia policial y civiles disparando
Las protestas también volvieron a mostrar el problema del uso desmedido de la fuerza por organismos de seguridad contra los manifestantes, sobre todo por la noche, que deja hasta el momento 24 manifestantes muertos, según la Defensoría, y 37 según organizaciones sociales como Temblores.
La ONU, la Unión Europea, EE.UU. y organismos internacionales pusieron al país en su punto de mira por este “uso excesivo de la fuerza policial”.
En Barranquilla, un joven, de 24 años, fue ingresado de gravedad en la UCI después de que, según se ve en videos que circulan en redes sociales, fue derribado por los chorros de agua a presión lanzados por un camión del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
También se encuentra ingresado de gravedad otro joven de 37 años, Lucas Villa, después de que civiles dispararan contra manifestantes que protestaban de forma pacífica en el Viaducto César Gaviria en Pereira e hirieran de gravedad a un joven, de 17 años.
Choque de versiones en Cali
En Cali, epicentro de las protestas y donde más personas han perdido la vida, se registró ayer una balacera.
El comandante de la Policía de Cali, Juan Carlos Rodríguez, explicó que policías de la Sijín “atendiendo al clamor de la ciudadanía” porque los vecinos del oeste de la ciudad le han reportado “extorsiones, intimidaciones con armas de fuego y exigencias económicas ilegales a habitantes y propietarios de vehículos, motociclistas y peatones que transitaban por el lugar”, los agentes fueron a realizar un “procedimiento”, pero que antes de comenzarlo fueron atacados con “disparos provenientes de una multitud que dejó como resultado dos policías lesionados, uno en el pecho y otro en una mano”.
Eso no quedó registrado en los videos de los civiles presentes en el lugar, que denuncian que los hombres se bajaron de un furgón, de placas EAX-004 de Envigado, y dispararon al verse sorprendidos por los manifestantes y la guardia indígena que adelanta un bloqueo en esa zona de la ciudad.
Continúan los bloqueos en las carreteras
Ayer, las protestas continuaron en varias ciudades, aunque con una asistencia notablemente inferior a las de los días previos. En Bogotá, colectivos se reunieron en el Parque Nacional para bailar cumbia como forma de protesta y de reivindicar de manera pacífica sus exigencias.
La Defensoría del Pueblo habilitó ayer 70 corredores humanitarios en 17 de los 32 departamentos del país con el fin de permitir el paso de alimentos y medicinas, al igual que el transporte para movilizar médicos y personas heridas.
Detienen a mayor de la Policía por muerte de joven
El mayor de la Policía Carlos Javier Arenas fue detenido por la muerte de Brayan Fernando Niño, un joven de 24 años que falleció el sábado durante una protesta contra el Gobierno en el municipio de Madrid (Cundinamarca).
Arenas fue detenido por orden de la Justicia Penal Militar y Policial del país que lo vinculó a una investigación por el presunto homicidio de Niño, quien según han denunciado organizaciones de DD.HH. recibió disparos en una manifestación intervenida por agentes de la Policía.
La Fiscalía anunció ayer que imputará a policías por los homicidios de tres civiles durante las violentas manifestaciones.
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