programa de Sustitución voluntaria de cultivos ilícitos
Jaime Ortega Carrascal
Efe | LA PATRIA | Charras (San José del Guaviare)
Para los habitantes de Charras, caserío perdido en la inmensidad del llano colombiano, la paz con las Farc trae también la esperanza de dejar los cultivos de coca de los que han vivido durante años y sustituirlos por productos legales.
El nombre Charras, en el departamento del Guaviare, era prácticamente desconocido para los colombianos hasta que su territorio, al que se llega por una carretera de tierra en regular estado, fue escogido como una de las 26 zonas de reunión de las Farc para su dejación de armas y desmovilización.
"Para nosotros la expectativa es llegar a acabar definitivamente con la coca, ese es el primordial enfoque que tenemos hoy en el campesinado", asegura Carlos Coy, dirigente comunal de la zona.
En los años noventa el cultivo de coca alcanzó un auge tal en la zona que la droga se convirtió en la "moneda" corriente de un sistema de trueque en el que el valor de todo se fijaba en gramos del polvo blanco, pero la fumigación de las plantaciones del Gobierno los redujo, sin llegar a eliminarlos.
"Tuve coca pero en este momento ya casi se acaba por la fumigación. Lo que estoy cogiendo de coca son 20 arrobas que se producen más o menos $600 mil, ese es el sustento para mis chinos (hijos)", afirma Eduardo Pérez.
Sustento
El arbusto de la coca se regenera rápidamente y aproximadamente cada 40 días produce nuevas hojas que son recolectadas y vendidas por arrobas por los campesinos, que tienen la planta como única fuente de ingresos.
"Ese es el sustento de nosotros por acá, la coca", añade Pérez, quien dice que también siembra plátanos pero solo para el consumo casero porque los únicos compradores que llegan hasta esa zona son los de la hoja de coca.
Este campesino, viudo y padre de dos hijos de 11 y 7 años de edad, recorrió a caballo un camino durante cuatro horas desde Unión de Buenos Aires, donde vive, hasta Charras, para escuchar al presidente, Juan Manuel Santos, que esta semana visitó el caserío para presentar el programa Sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
"La esperanza mía es que ojalá nos cambie un poquito la vida con eso, ver qué nos promete el Gobierno, porque estamos cansados de trabajar con la coca, esa es la verdad, porque eso no nos está dando nada, y la idea es sembrar otros cultivos que nos mejoren la situación", afirma.
"Tenemos cultivos como cacao, maracuyá, yuca... pero necesitamos el apoyo del Gobierno nacional para la comercialización. Como campesinos estamos dispuestos a sembrar y producir porque esta tierra es apta para producir lo que sea", afirma Coy.
El líder campesino lamenta que aunque en Charras se producen yuca y plátano en abundancia, en la zona veredal donde está el campamento del Mecanismo de Monitoreo y Verificación del alto el fuego, integrado por miembros de la ONU, la fuerza pública y las Farc, no les compran esos productos, sino que los traen de Villavicencio e incluso de Bogotá.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015