Brasil, interesado en modelo de seguridad colombiano

Efe | LA PATRIA | BRASILIA

El ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raul Jungmann, realizará desde hoy una visita oficial a Colombia para conocer de primera mano la experiencia frente a la violencia a través de proyectos sociales.

Jungman quiere conocer de cerca el modelo de Seguridad Ciudadana implementado en ciudades de Colombia para inspirar las acciones del gobierno brasileño en el enfrentamiento de los desafíos de su seguridad pública

Con base en el concepto de seguridad ciudadana Bogotá, la capital del país, y Medellín, la segunda ciudad más importante de Colombia, "lograron expresivos resultados de reducción de los índices de criminalidad", señaló el ministerio en un comunicado.

Su visita se extenderá hasta el próximo jueves. Se reunirá con los principales actores del proceso de reducción de la criminalidad en Colombia.

Además de la experiencia colombiana de implementar proyectos sociales para enfrentar la violencia, Jungmann también conocerá la experiencia de autoridades locales y representantes sociales para el reordenamiento urbano y el acercamiento entre agentes de seguridad y la comunidad.

Recorrido

La primera ciudad que visitará el Ministro será Medellín, donde conocerá la Comuna 13, un complejo de barrios y una de las zonas de mayor tradición violenta de la ciudad.

En la visita, Jungmann estará acompañado por Jorge Melguizo, exsecretario de Cultura y Desarrollo Social de Medellín y señalado como uno de los responsables de la transformación de la región que fue considerada una de las más violentas de Medellín.

Jungmann fue nombrado ministro de Seguridad Pública en febrero de este año con la titánica tarea de intentar "pacificar" a un país desangrado por la violencia.

El nombramiento de Jungmann se dio luego de que el Gobierno de Michel Temer decretara la intervención de la seguridad pública en Río de Janeiro para enfrentar la ola de violencia que la azota desde hace dos años.

Modelo de Brasil

El recién creado modelo de intervención cedió al Ejército el control de la seguridad pública de todo el Estado. Desde que fue implementada en Río, la crisis de seguridad no se ha podido atenuar y el número de muertes y de tiroteos se ha incrementado.