LA PATRIA | COLPRENSA | BOGOTÁ
“Ni una gota de sangre más en Bojayá. Descansen en paz todas las benditas almas del purgatorio”. Esta fue una de las frases que las cantaoras pronunciaron en la iglesia San Pablo Apóstol de Bojayá, escenario de una masacre en mayo de 2002 tras combates entre la entonces guerrilla de las Farc y los paramilitares.
La ceremonia se inició en Medellín donde a bordo de helicópteros de Naciones Unidas viajaron los cofres que contenían los restos de las víctimas mortales del ataque. La aeronave aterrizó en Vigía del Fuerte y las urnas continuaron su viaje en una embarcación conocida como changa y arribaron en el Bellavista viejo, el corregimiento de Bojayá.
Ramón Rodríguez, director de la Unidad para las Víctimas, sostuvo que “es un momento histórico para la comunidad de Bojayá, porque ya tuvo la oportunidad de recibir los cuerpos de sus seres queridos después de muchos años”.
De acuerdo con el protocolo en Bellavista Nuevo se quedará la mayoría de los cofres y que 30 de ellos serán enviados por el río hacia Pogue, en donde habrá una velación de amanecida para regresar este martes a Bellavista Nuevo.
A lo largo de esta semana las ceremonias serán de carácter privado y parientes recibirán información de cómo fue el proceso científico de reconocimiento de los restos. Esta información será dada por expertos del Instituto de Medicina Legal y tendrán el acompañamiento sicológico de la Unidad de Víctimas.
El próximo 18 de noviembre se inhumarán los despojos de las víctimas mortales en el mausoleo construido para este fin.
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