Alfonso Ospina y Paula Delgado
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
“El proyecto más importante del país”. Así describe el presidente Juan Manuel Santos las Autopistas para la Prosperidad, obra de infraestructura vial incluida en el grupo de Cuarta Generación de Concesiones (4G). Representa el 29,5 % del costo total de la intervención ($ 13 billones).
La malla vial, que tendrá como epicentro Antioquia, conectará los principales centros de producción de Sur a Norte a través de nueve concesiones como el Valle del Cauca, el Eje Cafetero, la Ruta del Sol, la Transversal de las Américas, la Costa Atlántica y el Pacífico, de manera que se reduzcan los costos y tiempos de transporte.
Colprensa habló con Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
¿En qué estado se encuentra el proyecto?
La inversión ya comenzó. La primera etapa consiste en la rehabilitación de corredores nacionales que van de Medellín hacia cuatro ejes: el Urabá, Cartagena (hasta Caucasia), el Magdalena Medio (en Puerto Berrío) y el Eje Cafetero. Lo importante es la transformación de esas vías que hoy tienen una velocidad promedio de 30 a 40 kilómetros por hora, para vehículos de carga pesada, que deberá llegar a 80 kilómetros por hora al finalizar las obras.
Se han escuchado quejas de otras regiones del país, particularmente Barranquilla y Cartagena, que sienten que Antioquia está privilegiándose especialmente con esta inversión...
Todo el programa de 4G cuesta $ 44 billones para intervenir más de 8 mil kilómetros en todo el país. Las autopistas son el componente más grande en una sola obra, no tanto por la extensión (1.200 kilómetros) sino por el costo. Pero no es lo mismo construir una vía de 80 kilómetros por hora de Bogotá a Villavicencio o de Medellín a Bolombolo (Antioquia), que hacer una de iguales condiciones entre Sincelejo y Cartagena. Es mucho menos costoso construir en terreno plano, como es el caso de la Ruta del Sol, que en zonas montañosas.
¿Cómo se definió dónde se harían las intervenciones?
Miramos el sistema de vías que conectan a las grandes ciudades entre sí y con los puertos, y que se compone de 17 mil kilómetros. Buscamos cuáles eran las mayores necesidades para aumentar la capacidad y la velocidad de las carreteras. Así identificamos 8 mil kilómetros repartidos más o menos equitativamente entre todas las regiones. Resolveremos los cuellos de botella de todo el país para que los costos de transporte caigan y el comercio aumente. Pero no lo podemos distribuir milimétricamente. Estamos invirtiendo más en Antioquia, Santander, Norte de Santander, Boyacá y Cundinamarca porque son los lugares donde es más difícil construir las vías.
¿Cómo va el cronograma?
Así como empezó la rehabilitación de los corredores existentes, también lo hizo en abril el proceso de contratación de cinco de los nueve tramos, que esperamos concluir al finalizar este año. Los cuatro tramos restantes necesitaban más estudios, especialmente geológicos, así que iniciaremos la contratación en octubre para adjudicarlos en junio del año entrante. Tendremos todo listo en 2020, aunque hacia 2016 tendremos los primeros bloques grandes entregados y el avance se percibirá a corto plazo. La ventaja del nuevo esquema de contratación es que solo se paga cuando se entregan unidades funcionales (origen-destino). Así se incentiva a que construyan más rápido.
¿Cómo cambiará el país?
El efecto del programa 4G será la generación de 200 mil empleos directos durante la construcción. Estas oportunidades se están dando en zonas rurales, donde hay menos empleo, por lo que se verá un efecto impresionante entre 2015 y 2020 en reducción de desempleo en el centro del país, principalmente. También está el efecto de la competitividad: si bajamos los costos de transporte será mayor la capacidad de exportar. Se habla de que por cada punto que se invierte en infraestructura la economía crece 1,5 %. Aumentaremos las inversiones del 1 % al 3 % del PIB con estos programas, por lo que esperamos crecer 3 % más que hoy. En los últimos 20 años en Colombia se contrataron en concesiones $ 22 billones, ahora contrataremos $ 44 billones.
¿Cómo lo financian?
Aunque el Gobierno no pone un peso por delante, se necesitan conseguir los $ 44 billones. Normalmente la relación es 20 % patrimonio y 80 % deuda, lo que quiere decir que necesitamos $ 9 billones en aportes patrimoniales. Eso es lo que aportarán 19 consorcios liderados por las mejores firmas de infraestructura del mundo y de Colombia que han mostrado interés en participar. El resto ($ 35 billones), que es la deuda, vendrá de los bancos, de los fondos de pensiones como títulos y de multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la financiera de desarrollo nacional que creó el gobierno. Hemos trabajado de la mano con inversionistas y grandes bancos para que los proyectos sean financiables. Estamos transformando la infraestructura de transporte en Colombia, así como en su momento sucedió con los bloques de infraestructura eléctrica, de telecomunicaciones y petrolera. Esta es la solución.
Caldas se beneficiará con el tramo que se inicia en La Pintada (Antioquia), pasa La Felisa, Tres Puertas hasta La Manuela, en Caldas, incluyendo la variante de Tesalia hasta La Virginia (Risaralda). Eso permite la conexión con la Autopista del Café. Se construirán y rehabilitarán 231 kilómetros de carretera. El diseño contempla 26 puentes y 3 túneles. Además, tres peajes nuevos entre La Pintada y Tesalia, más el existente.
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