Según el presidente del Partido de la U, senador Juan Lozano, el expresidente Álvaro Uribe Vélez es un jefe natural de esa colectividad. Sin embargo, esas palabras parecen quedarse en el aire, porque a un jefe se le hace caso y eso no está sucediendo con el exmandatario.
Uribe se está quedando solo al interior del Partido de la U. Así lo demuestran las decisiones que esa colectividad ha tomado últimamente con sus votos en el Congreso de la República.
Todo comenzó cuando recién iniciaba su periodo el presidente Juan Manuel Santos y la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras iniciaba su trámite en el Legislativo. El proyecto reconocía que en Colombia existe un conflicto armado, lo cual siempre se negó durante el gobierno Uribe.
Entonces el expresidente, desde su nuevo campo de batalla, su cuenta de Twitter, hizo varios reparos y pidió a los congresistas del Partido de la U que ese artículo que reconocía el conflicto armado fuera eliminado.
Sin embargo, el presidente Santos, a través de su primer ministro de Interior, Germán Vargas Lleras, logró sacar adelante la iniciativa. El proyecto no solamente reconoció que en el país hay conflicto armado, sino que también estableció otros puntos que al expresidente no compartió, como el presupuesto que se destinó para poner en marcha la ley y que ésta reconociera como víctimas a las personas que habían sufrido en el conflicto a causa de agentes del Estado.
De allí en adelante ha sido poco lo que el Partido de la U ha escuchado a su “jefe natural”. La mejor muestra de ello se dio el pasado martes, cuando en la Cámara de Representantes se debatió el Marco Legal para la Paz.
Críticas
Ese proyecto de ley en particular ha sido blanco de reiteradas críticas por parte del exmandatario, quien argumenta que no se pueden permitir indultos ni amnistías para los desmovilizados que resulten de un proceso de paz y que además no se les debe dar vocería política.
“Piensen ustedes en aquellas personas sometidas a esos procesos que hayan cometido un delito diferente al delito político. Si han cometido un delito diferente al homicidio culposo, no se debe permitir, en virtud del nuevo artículo constitucional, que sean elegibles” señaló el expresidente.
Sin embargo el autor de Marco Legal para la Paz, senador Roy Barreras, quien es del Partido de la U y uno de los más radicales ‘uribistas’ en el gobierno pasado, manifestó que abrirá la discusión sobre la posibilidad de que los desmovilizados tengan derechos políticos: “Les ofrecemos cambiar la vida por la guerra, las balas por las palabras y si no les damos la palabra me parece que es inviable cualquier proceso en el futuro. Creo que hay que tener formas de vocería política”.
Por su parte, el Gobierno utilizó lo que Uribe llamó la “artillería burocrática” y envió a la plenaria de la Cámara, donde se discutía en sexto debate el Marco Legal para la Paz, al ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, al ministro del Interior, Federico Renjifo, al ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, e incluso al ministro de Minas, Mauricio Cárdenas Santamaría.
Si bien la voz de Uribe apareció al inicio del debate, por medio de una proposición de archivo que 40 congresistas firmaron, a las 9:00 de la noche del martes se dio por aprobado el marco jurídico para la paz con una votación récord: 127 representantes le dieron el sí; tres votaron no.
Ninguna iniciativa, durante la actual legislatura, había tenido semejante votación, recordó el presidente de la Cámara, Simón Gaviria.
Lo anterior es una muestra clara de que el Partido de la U no está escuchando las recomendaciones del expresidente y que si bien cada vez que hay reunión entre la bancada y Uribe, ambas partes salen a posar sonrientes ante las cámaras, a la hora de votar, el panorama cambia.
Un dicho popular de la política colombiana reza que “vale más un centímetro del Ejecutivo que un kilómetro del Legislativo” y eso está quedando en evidencia con el continuo hundimiento de las propuestas de Uribe en el Congreso.
De hecho, tan poco escucha el Partido de la U a su expresidente, que no fueron atendidas sus reiteradas solicitudes para que se mantuviera el artículo que creaba el fuero militar en el acto legislativo de reforma a la justicia, sino que finalmente fue eliminado. Siempre se pensó que esa sí era una batalla que el exmandatario iba a ganar, pero se le convirtió en otra derrota.
Uribe ha solicitado, además, que en el proyecto de acto legislativo que crea el fuero militar se incluyan dos artículos: que el primer conocimiento de la justicia de la conducta del militar lo tenga la jurisdicción militar y que se adopte una legislación equivalente al Derecho Humanitario para que las FF.MM. puedan perseguir con más contundencia al crimen organizado.
No obstante, poco futuro parecen tener esas solicitudes dado el recorrido que ya ha cumplido el articulado respectivo.
Uribe reclama coherencia
A pesar de todo lo anterior el mismo Uribe ha dicho que seguirá dando sus batallas y pidiendo el apoyo de la U.
En un diálogo reciente con periodistas, el expresidente aseveró que a muchos parlamentarios que hoy tienen curul en el Congreso se les olvida que llegaron allá gracias al apoyo que él les brindó durante su campaña: “Lo que yo sí estoy reclamando es coherencia política, tuvieron votos con una agenda política que es la que yo siempre he defendido y ahora no pueden actuar de forma distinta”.
Así mismo, el exmandatario les pidió tener “mucho cuidado, porque la gente no es boba y la gente castiga la falta de coherencia política”.
Uribe sostuvo que a los ciudadanos se les vendieron unas tesis durante la época electoral y con esas tesis fue que llegaron al Congreso “y eso no se puede cambiar de un momento a otro”.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos ha recordado varias veces que si bien el Partido de la U se creó en torno al pensamiento político del entonces presidente Uribe, fue él (Santos) quien lo fundó y fue por ese partido por el que resulto elegido a la presidencia de la República. Esa es la legitimidad que invoca para pedir las votaciones que finalmente lo acompañan en el Legislativo.
Uribe dice que seguirá activo en las decisiones del país haciendo política desde lo que él llamó "el puro centro democrático", pero ante la suma de reveses, ya dejó entrever que su actividad proselitista la podría hacer desde otro partido diferente al de la U: "Que bueno tener candidatos a la Presidencia de la República que representen ese puro centro democrático, pero de verdad y por convicción, no por oportunismo".
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