Bogotá. - Muchos conocieron y reconocieron a Ana Mercedes Hoyos, otros admiraron algunas de sus obras sin saber bien quién y cómo las habían elaborado, y muchos sin fijarse bien llevan una reproducción de sus reconocidas patillas en las tarjeta débito de un reconocido banco colombiano.
Una artista que le dio el protagonismo a las mujeres de San Basilio de Palenque, y que como lo recuerda Eduardo Serrano, el crítico de arte y amigo de la artista, ella apareció en el panorama del arte colombiano en la década de los años sesenta, realizando un largo proceso de búsqueda de su propia identidad.
“Sus primeras etapas fueron obras influenciadas por el pop, pero con el paso del tiempo se encontró con lo propio, con atmósferas de la Bogotá de su tiempo, hasta que empezó su trabajo con palenqueros”, comentó Serrano.
Considerada la artista plástica colombiana más reconocida en el mundo después de Fernando Botero, dentro de la cultura de San Basilio de Palenque, comenzó su interés por las migajas de las frutas, luego de los vestidos de las palenqueras, terminando involucrándose en cada uno de los aspectos sociales y culturales de este pueblo, considerado el primero en ser libre en América.
Pero no sólo lo conoció para inspirarse, también ayudó mucho a la comunidad azotada por la pobreza y las faltas de oportunidades para sus habitantes, quienes no dejan de luchar por mantener vivas sus tradiciones.
En su casa en Bogotá llegó a contar con una interesante colección de instrumentos musicales de Palenque, lo cual no sólo la inspiró para sus pinturas, también para esculturas y recientemente en la que exploró el formato de las instalaciones artísticas, presentando en ellas temas fuertes y dolorosos como el tráfico de esclavos, siendo una reflexión en torno a uno de los momentos más dolorosos de la cultura afrocolombiana.
Una gran parte de su producción artística se encuentra haciendo parte de colecciones privadas en diferentes partes del mundo, pero para aquellos que en Colombia quieren acercarse a su propuesta lo pueden hacer a través del Museo de Antioquia y el Museo de Arte Moderno de Medellín, donde se encuentra quizás la colección más importante de su obra dentro del país.
“A pesar de que pintaba un tema tan local, mi obra logró una recepción internacional bastante grata para mí porque la consideran una pintura muy seria... Hemos logrado a través de estas imágenes proyectar una imagen muy positiva del país, de un grupo social interesantísimo que son los negros en Colombia, que representan el 30 por ciento de nuestra población, lo cual era un dato que los colombianos no aceptábamos”, comentó en la inauguración de una de sus exposiciones en Bogotá.
EN SUS INICIOS
Junto a su talento y dedicación, hay que volver a su inicio, su formación que comenzó en la Universidad de los Andes a estudiar Artes Plásticas. Allí, la clave, fueron los profesores que la guiaron por este apasionante y difícil camino a la vez, como el pintor español Juan Antonio Roda, quien definitivamente marcó el arte colombiano desde el inicio de la segunda mitad del siglo XX.
También recibió la guía del arquitecto caldense Luciano Jaramillo, junto al precursor del realismo fantástico, el pintor colombo-peruano Armando Villegas y Marta Traba, la crítica de arte y escritora argentino-colombiana, conocida por sus importantes aportes en el estudio del Arte latinoamericano.
Más adelante pasaría a la Universidad Nacional, pero no se graduó en ninguna de las dos, todo para dedicarse de lleno a su búsqueda personal artística, empezando por la pintura, con sus primeras exposiciones en 1966 y pronto llegarían los primeros reconocimientos, como el primer premio en el Salón Nacional de Artistas de Colombia con la serie 'Ventanas', la cual, para muchos, es una de sus obras más importantes.
Su exploración la llevaría a la creación de series más abstractas, como aquellas que ella llamó 'Atmósferas', con superficies muy claras, generalmente cercanas al blanco, con variaciones tonales casi imperceptibles.
Pero fue hasta 1987 que realizó una serie de obras figurativas con motivos nacionales, comenzando por 'Bodegones de Palenque', partiendo de los platones de las vendedoras de frutas de Cartagena, y una serie de 'Papagayos'.
“Cuando conocí Palenque descubrí la influencia africana, como le sucedió a Picasso con 'Las señoritas de Avignon', con el cual comenzó su periodo africano o Protocubismo. Eso me interesaba mucho aunque no lo entendía bien, por lo que resolví hacer una incursión usando teoría, pero partiendo de los ejemplos presentados por Cezanne y hasta llegar a Caraballo. En mitad del proceso me encontré los platones de frutas de Cartagena, como el mayor ejemplo del Cubismo, porque sentía que todo venía de allí. Además, la manera de construir esos platones son los mismos principios del cubismo, con el equilibrio que no es solo físico, también visual”, afirmaba la fallecida artista.
Claro que no fue el único camino exploratorio que desarrolló, también realizó algunas obras tridimensionales, como esculturas en concreto como 'Girasol' (1984); e instalaciones como 'Flores de luto', en homenaje a Marta Traba (1983), y 'Campo de girasoles' (1984).
No dudaba en asegurar que ella no había inventado nada, “tan sólo documenté, y para ello me alejé del arte para dedicarme a lo social, usando el el arte para comunicarlo".
Seis meses atrás se encontraba inaugurando una nueva exposición y se preparaba para celebrar sus 50 años de inagotable carrera artística, pero la muerte se interpuso entre sus planes, la misma que llegó en la madrugada de este viernes 5 de septiembre en la clínica de la Fundación Santa Fe en Bogotá, mientras que en la tarde del mismo día, sus familiares y allegados, se despidieron de ella en la Funeraria Gaviria.
SUS AMIGOS LA RECUERDAN
El mundo de las artes expresó su dolor por la partida de Ana Mercedes Hoyos, dejando un legado imborrable en el panorama artístico nacional, y la construcción de una obra que invita a la reflexión social.
“Su aporte fue tan inmenso como único. Además, se encontraba en la plenitud de la construcción de su obra, en la que resaltó la capacidad de lucha de la comunidad de San Basilio de Palenque, por lo que la pérdida es grande para el arte colombiano”, comentó Gloria Zea, una de sus más cercanas amigas.
María Paz Gaviria fue otra de las personas cercanas a la artista e involucrada en el mundo artístico nacional. Ella recuerda cómo, desde niña, siempre estuvo en contacto, tanto con Ana Mercedes Hoyos como con su obra. “Jamás voy a olvidar las tardes de largas conversaciones”, dijo.
Como una “mujer valiente que se hacía querer por todos”, la describió Nadín Ospina, artista colombiano que desde temprana edad siguió y estudio la obra de Ana Mercedes.
Pero antes de que se produjera esta lamentable noticia, se estaban preparando eventos especiales, homenajes por su vida y trayectoria, como en la edición de Art Cartagena 2015 que llegará a su segunda edición siendo la Feria Internacional de Arte de dicha ciudad, donde su obra tendrá gran protagonismo.
Además, Ana Mercedes Hoyos sería una de las voceras de la subasta que realizará la Fundación A la Rueda Rueda el próximo 30 de septiembre. Por eso, dicha Fundación realizará un homenaje de despedida y agradecimiento por la labor que la posicionó como una de las artistas más reconocidas en el mundo.
En dicha subasta, Ana Mercedes Hoyos tenía previsto subastar una de sus obras denominada 'Nuria', de la serie 'Génesis', en un evento con el cual se busca recolectar fondos en pro de los niños de Montería.
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