COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
37 días completa cerrada la vía Bogotá-Villavicencio y las pérdidas diarias del gremio de transportadores de carga suman 34 mil 200 millones de pesos. Ante el anuncio de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, sobre el cierre del corredor vial durante tres meses, la Federación Colombiana de Transportadores de Carga (Colfecar) indica que durante ese tiempo se proyectan pérdidas cercanas a los 100 mil millones de pesos.
Así como se incrementan las pérdidas también aumentan los señalamientos. El presidente de Colfecar, Juan Carlos Rodríguez Muñoz, lamenta que una vía de vital importancia para la economía del país, "que lleva en construcción 25 años no se haya intervenido de tiempo atrás como se está haciendo ahora".
Rafael Hernández Lozano, gerente general de Fedearroz, solicita al presidente de la República, Iván Duque, la declaratoria de emergencia económica, recalca sobre las graves consecuencias que sufriría el sector arrocero y el agro con el cierre de la vía al Llano.
Hernández es enfático al recordar que en un mes inicia la gran cosecha arrocera del país, donde los Llanos Orientales aportan el 50% de la producción. Agrega que dicha producción tendría que ser evacuada en un 40% por vías alternas, lo que generará sobrecostos en materia de fletes, por un valor no inferior a 18 mil millones de pesos.
El presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo Ferrer, asegura que las gobernaciones, las alcaldías, las corporaciones regionales y las autoridades ambientales, son los principales responsables de estas situaciones al no ejercer controles adecuados de cara a la deforestación, el cambio climático y el uso del suelo, elementos que inciden de forma directa sobre los deslizamientos de tierra.
“Las autoridades locales son, justamente, las encargadas de ejercer controles para mitigar los efectos del cambio climático y la deforestación, pero poco o nada están haciendo para contener dichos fenómenos que, hoy más que nunca, están contribuyendo a exacerbar los derrumbes en las carreteras del país cuyas condiciones topográficas son enormemente complejas”, expresa Caicedo Ferrer.
El dirigente gremial destaca que hay un mal uso del suelo que se da en las áreas de influencia de las carreteras nacionales y advierte que este asunto es otro de los tantos factores generadores de riesgos de deslizamientos.
“Hay zonas que son rurales y de la nada las vuelven agroindustriales sin ningún tipo de estudio. Así se evidencia, por ejemplo, en Quetame y Guayabetal en donde existen una gran cantidad de terrenos dedicados a la ganadería o a la agricultura, en zonas de alto riesgo, sin contar con estudios responsables o con el aval de las autoridades ambientales, debida y técnicamente fundamentado. Al final del día, esos malos manejos del suelo son, precisamente, los que terminan debilitando las montañas y ocasionando los derrumbes que hoy estamos padeciendo”, destaca el presidente de la CCI.
Vías alternas
El Gobierno dispuso dos vías alternas, la vía Bogotá-Sogamoso-Tunja-Pajarito-Aguazul-Villanueva-Villavicencio y la segunda vía Bogotá-Guateque-El Secreto-Villavicencio.
La vía afectada cuenta con 4 estaciones de peajes y 123 kilómetros, mientras que el corredor Sogamoso posee 591 kilómetros con 7 peajes, finalmente para la segunda ruta el recorrido es de 362 kilómetros y 5 peajes.
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