COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Se inscribió ayer formalmente el comité promotor Mejor Vargas Lleras, del exvicepresidente Germán Vargas Lleras. Uno más para la larga lista de aspirantes por firmas para las elecciones del 2018.
La inscripción no duró media hora y las voces que se escucharon allí fueron las de los líderes del comité que aspira a recoger cuatro millones de firmas: Eduardo Pacheco, un empresario; Simón Vélez, arquitecto caldense; y Jeison Aristizábal, representante de las personas con discapacidad.
Prometer y cumplir, esos fueron los verbos que más se repitieron entre quienes promueven desde ayer la candidatura del exvicepresidente y, también, la visión que se tiene sobre el proceso de paz.
“Es muy importante el tema de Germán Vargas con las Farc. A las Farc hay que perdonarlas, pero no olvidarlas y no podemos olvidar lo que han hecho, lo que quieren hacer que es convertir al país en una Venezuela”, Simón Vélez.
Y aunque Vargas Lleras no fue a la inscripción, horas después envió un video acompañado por su familia, ratificando su aspiración a una campaña limpia, que una a varios sectores y que se centre en propuestas y no en peleas.
Así, la lista de los candidatos por firmas aumentó a 26, y entre los aspirantes están nombres como Alejandro Ordónez, Clara López, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Juan Carlos Pinzón, Piedad Córdoba y, ahora, Vargas Lleras.
¿Por qué no va por cambio radical?
Hace varios meses se esperaba la postulación formal de Vargas Lleras, pero no por firmas, dado a que quizás es el único candidato que tiene el apoyo unánime de su partido político, Cambio Radical. Entonces, ¿por qué se va por firmas?
La exministra de Vivienda, Elsa Noguera, asegura que simplemente es un paso que ha dado para unir a todos los sectores y demostrar que no solo es de Cambio Radical.
Sin embargo, para el profesor de Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia Carlos Arias, esto lo que muestra es que hay una carencia de representanción ideológica y que los ciudadanos ya no les creen a los partidos políticos, lo cual, implica en consecuencia, que la democracia sufra.
“Esto aumenta los personalismos políticos y los caudillismos, que de una u otra forma deslegitima la estructura política y deslegitima el ejercicio de la política como una acción cívico-política y ciudadana en el mejoramiento de la sociedad para el desarrollo de políticas públicas”, afirma.
En esa misma línea el exregistrador Carlos Ariel Sánchez, asegura que la decisión de Vargas Lleras, como la de los otros 25 candidatos, se da porque saben que su partido de origen no tiene la fuerza suficiente para sacar adelante la candidatura.
Pero el profesor Arias señala que la recolección de firmas les da varios puntos a favor, como adelantar su campaña, que dejan abierta la posibilidad de unirse a partidos políticos y que les permite mostrarse de alguna manera como opciones independientes.
Las alertas de la MOE
Mejor Vargas Lleras se suma también a las preocupaciones de la Misión de Observación Electoral (MOE), precisamente por las ventajas que señalaba Carlos Arias, pues para Alejandra Barrios, directora de la organización, se ha convertido en una forma de evadir las normas y hacer una competencia desleal.
Con las candidaturas por firmas los aspirantes tienen tres ventajas, dice Barrios: la primera es que se empiezan a hacer precampañas fuera de lo establecido, pues un candidato que asume su postulación con un partido político solo puede empezar a hacer campaña tres meses antes del 1 de marzo, lo cual ya señalaba Arias.
La segunda es uno de los temas más graves, dice: “el control a la financiación política se vuelve completamente accesorio. Quienes van a través de la recolección de firmas no tienen que señalar ni cuál es el ingreso, ni de dónde viene la plata con la que hacen el proceso hasta que estas firmas son aprobadas por Registraduría y se vuelven candidatos”.
Y en tercer lugar, “empiezan una campaña de recolección de firmas, pero que en últimas terminan haciendo alianzas con los partidos políticos y eso obviamente termina generando un caos en términos de información al ciudadano y termina afectando la transparencia del ejercicio electoral”.
Sobre estos problemas incluso se han planteado varias alternativas, y una de ellas está consignada en la reforma política que se tramita en el Congreso: eliminar la aspiración presidencial por firmas.
En reemplazo a la aspiración por firmas, dice Barrios, lo que debería haber son organizaciones locales que se creen sobre la base de la inscripción de afiliados, “y eso lo que termina haciendo es desincentivar las aventuras personales, las propuestas personales que no tienen responsabilidad política y termina fortaleciendo los partidos, que de manera efectiva terminen presentando propuestas políticas serias”.
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