COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Hoy se cumplen 30 años de la firma del acuerdo de paz entre la guerrilla del Movimiento 19 de abril (M-19) y el Gobierno del entonces presidente Virgilio Barco.
Tres décadas en las que exmiembros como Gustavo Petro, Antonio Navarro o Everth Bustamante no han dejado de figurar en la escena política del país, en contraste con el rechazo social que hoy, tres años después de la firma del acuerdo de paz con las Farc, tienen los miembros de la antigua guerrilla.
¿Por qué un acuerdo como el de las Farc, celebrado a nivel internacional como un gran ejemplo, no ha logrado pasar del rechazo social, como sí pudo hacerlo el del M19?
La razón en la que coinciden los analistas está relacionada con los momentos históricos en que se realizaron cada uno de ellos. El pacto con el M19 se dio en una época en la que había mayor tolerancia social a grupos subversivos y, sin duda, las constantes acciones armadas de las Farc causaron una gran herida al país durante 50 años.
Reinserción
El M19 pasó de ser la guerrilla urbana responsable de hechos como la toma del Palacio de Justicia, a ser de los movimientos políticos con mayorías en la elección de las Asamblea Nacional Constituyente, y como consecuencia, pieza fundamental en la construcción de la Constitución Política, en medio de la amnistía de sus delitos.
En contraste, las Farc, pese a estar participando en política como parte de lo acordado con el Estado, mantiene un alto nivel de rechazo social y aún un gran porcentaje de la población no les perdona que no hayan pagado un solo día de cárcel, pese a que están compareciendo ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que busca sancionarlos de manera restaurativa.
Antonio Navarro Wolf, exmiembro del M19, ratifica que los acuerdos se firmaron en épocas distintas de la vida nacional, teniendo en cuenta que el de ellos fue el primer pacto en esta materia que se hizo en la política contemporánea de América Latina, bajo un gran apoyo social.
“Las Farc han enfrentado una situación mucho más difícil, más compleja, pero está demostrado que el alzamiento armado no es el camino para resolver ningún problema nacional, por lo tanto, el proceso de paz y la participación política es el camino adecuado. Pese a las dificultades que están teniendo, si siguen cumpliendo como lo están haciendo, la mayoría, pueden tener la oportunidad política en el futuro”, dice Navarro Wolf.
Sin embargo, acontecimientos como la renuncia de la exguerrillera holandesa Tanja Nijmeijer al partido de las Farc, han dejado claro que existen divisiones al interior de la colectividad, que tampoco les permiten avanzar en esta consolidación.
Jaime Zuluaga, experto en procesos de paz, afirma que cuando el M19 negoció, la guerra apenas se estaba profundizando y el proceso de degradación se vivió en la década siguiente, por esa razón, cuando abandonaron las armas no tuvieron que pagar los costos políticos que ha tenido que pagar el partido FARC por los crímenes de guerra que se cometieron y por las dinámicas de la degradación de la guerra en los últimos años.
“El M19 se convirtió en un movimiento político sin pagar esos costos, tuvo una acogida muy notable en los sectores de la población, que se expresó en el apoyo electoral tanto para su primera campaña al Congreso como para la Alcaldía, siendo candidato Carlos Pizarro”, dice el experto.
Poder militar
Según Ariel Ávila, subdirector de la fundación Paz y Reconciliación, el M19 estaba totalmente derrotado cuando firmó la paz, pero las Farc no. Sin embargo, las demostraciones de fuerza que hicieron antes de llegar a este acuerdo es en gran medida lo que el país no les perdona.
Ávila agrega que la diferencia también tiene relación con el tipo de guerrilla que eran cada una de ellas. Las Farc fueron una guerrilla mucho más rural y ortodoxa, mientras que el M19 era más urbano y de un ambiente de izquierda bastante liberal. “Muestra de eso es la capacidad de unos y otros de reinsertarse en la sociedad. Al final, líderes como Petro y Antonio Navarro han tenido mucho éxito, pero en el caso de las Farc, se notan las dificultades”, indica.
María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, agrega que en el proceso de paz con el M19 no existía el Tratado de Roma que creó la Corte Penal Internacional, que permite que las negociaciones en términos de justicia sean distintas. Agrega que por motivos como este son procesos muy difíciles de comparar por la coyuntura histórica.
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