COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, aseguró que la necropsia realizada al cuerpo de Dimar Torres, quien murió el pasado 22 de abril en el municipio de Convención, Norte de Santander, señaló que se trató de un homicidio.
Según el dictamen, el cuerpo de Torres tenía cuatro orificios de bala y el impacto letal correspondía a una entrada de un proyectil por la zona malar y nasal derecha, que mantiene un tatuaje de pólvora, lo que no coincidía con las primeras versiones entregadas.
“La unidad ha tomado la decisión de presentar imputación ante juez de garantías por el delito de homicidio y de solicitar la correspondiente medida de aseguramiento en el curso de las próximas horas”, manifestó Martínez.
El jefe del ente investigador también aseguró que la versión que circuló en algunos medios, según la cual el ciudadano había sido castrado, no es cierta, ya que hay evidencia técnico científica que demuestra todo lo contrario, con base en el informe de necropsia.
Torres venía de un corregimiento que se llama Miraflores, donde estuvo comprando unos insumos para la semana, unas machetas y unas medicinas para sus papás.
Al pasar por el puesto de control militar, uno de los uniformados le hizo la señal de pare a la moto en la que se movilizaba, por lo que se detuvo. Junto con Dimar iba otra persona, pero en otra motocicleta, quien sí continuó su camino. Minutos después se escucharon los disparos, por lo que en la comunidad reinó la inquietud.
Delmis Palacios, de la Junta de Acción Comunal de la vereda Campoalegre, contó que tras las detonaciones lo primero que hicieron fue verificar que todos estuvieran en la zona, pero notaron la ausencia de Dimar, hecho que reafirmó la persona que se movilizaba con el excombatiente, quien detalló lo sucedido con los militares.
La comunidad se dirigió hasta el punto donde detuvieron a Dimar. Fueron por lo menos 80 personas las que increparon a los uniformados a quienes les preguntaban por Dimar, pero no les daban respuesta y, por el contrario, les negaban que el hombre estuviera allí.
Sin embargo, algo llamó la atención de la comunidad. Dos de los militares que impedían el paso de los campesinos estaban sudando copiosamente, “como si hubieran estado en un trabajo que les exigiera esfuerzo”. El presagio era que algo malo había sucedido, por lo que decidieron ingresar al campamento y registrar el lugar.
“Nos atrevimos todos a meternos en los cambuches, avanzamos y revisamos en todo lado. Veinte minutos después encontramos un hueco, a un lado había como un balde lleno de agua de panela y también vimos herramientas. Cinco minutos encontramos el cuerpo de Dimar. Tenía la cabeza destrozada a tiros”, narro Delmis Palacios.
Luego de las declaraciones del general Luis Villegas, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, sobre el caso del crimen del excombatiente de las Farc, Dimar Torres, el ministro de Defensa, Lorenzo Guillermo Botero, señaló que el oficial no tenía autorización para entregar ese mensaje.
“Para hacer esa intervención ha debido tener la autorización de sus superiores. Él no consultó con nosotros su declaración. Es un asunto que no es institucional”, señaló Botero Nieto.
El jefe de la cartera de Defensa fue enfático que ni él ni el presidente Iván Duque, en su condición de comandante en jefe de las Fuerzas Militares, planean pedir perdón por el asesinato de Torres Arévalo hasta tanto no medie una orden judicial.
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