Freddy Arango | LA PATRIA
Como presagio a lo que sería el desplome del teatro Cinema de Neira se proyectó, en agosto del 2012, El Titanic.
Como la gran estructura del mar, la edificación se vino abajo la noche de su presentación y todo pasó a ser historia entre los habitantes de la "Puerta del norte de Caldas".
Jorge Hernán Gómez, fiel guardián del Teatro Cinema Neira, está vinculado a él hace 34 años. Desde 1980 comenzó a trabajar en diferentes actividades. Fue barrendero, vendió confites y entradas en la taquilla. Al cumplir un año lo ascendieron a administrador. Y a los cinco de estar trabajando allí, el Teatro pasó a manos de la Administración Municipal.
Gómez conocía todo el rodaje del cinema. Además de la administración, también operaba las máquinas americanas de 35 mm y los de avisos fijos. El rodaje se detuvo cuando la Alcaldía dejó de recibir dinero para su funcionamiento, pues el Teatro no le pertenecía a ella, sino a la Sociedad de Mejoras Públicas de Neira.
Jorge Hernán asegura que nunca se le invirtió un peso a la infraestructura y esta se deterioró hasta que, como el barco legendario, naufragó entre un profundo mar de enredos jurídicos.
Del teatro se conservan la fachada, el aviso y la fidelidad de su guardián que no la deja desvencijar, esperando el fin de este thriller.
Los estrenos más famosos fueron El martir del calvario durante la Semana Santa.
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