
Al Alimón
Una tarde que dejó entre la afición una sensación de pérdida por lo visto tanto a los novillos como a los novilleros. Es importante recordar que la materia prima de una corrida son los ejemplares que van a ser lidiados. Si hay casta se puede lograr una tarde que satisfaga a los aficionados porque en general los toreros tienen sus merecimientos a través de la experiencia, la técnica y el arte que poco a poco se le va dando forma. Ayer ni los novillos dieron todo lo que se esperaba de ellos ni los jóvenes toreros aportaron con creces lo que la afición deseaba. Se les abona a los tres novilleros: Santiago Gómez, Luis Miguel Castrillón y Santiago Sánchez Mejía el deseo de acertar en sus faenas pero ya sea por las condiciones de los novillos, los cuales radicalmente cambiaban luego de ser picados, parándose más pronto que tarde, se volvían difíciles para la lidia ya que no embestían y por el contrario se defendían de la muleta del novillero, pasando éstos varios sustos, uno de los cuales tuvo consecuencias. De los seis ejemplares presentados, cinco fueron pitados por el público en el arrastre.
Ninguno de los novilleros logró convencer plenamente a la afición pero evidenciaron destellos que ojalá sean revelados en mayor proporción en sus próximas presentaciones. En la profesión que están iniciando se necesita de mucho estudio, práctica y por lo tanto cimentar la experiencia que a la larga les dará la madurez como matadores de toros. Ser torero es una profesión difícil y exige desde la preparación en que se encuentran una gran dosis de paciencia y darles tiempo a los eventos de la lidia. Ni capotazos ni trapazos ni desespero fundamentalmente en la preparación y ejecución de la suerte de matar, son tarjetas adecuadas de presentación para quien sueña con la cima del toreo.
Dos pares de banderillas de excelente ejecución y colocación fueron puestas por Jhon Jairo Suaza, Chiricuto, y Jaime Mejía, al sexto novillo de nombre Portugués, les valieron de verdad el premio a desmonterarse por petición del público.
La Plaza de toros de Manizales ha tenido desde hace muchos años una categoría que la ubica en primer lugar por la seriedad. Abusar del premio de la música, aún pedida a veces sin razón por el público, no contribuye en nada al prestigio de la Plaza ni a la ortodoxia de la Fiesta Brava.
Opinión:
Sin trofeos, tristes y desilusionados http://www.lapatria.com/node/23549
Ni de dónde ni con qué http://www.lapatria.com/node/23550


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