B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
La fuente que ocasionó el vertido de sangre en la quebrada Olivares, sigue siendo un misterio.
Desde hace dos días, técnicos de la Corporación Autónoma, con apoyo de Aguas de Manizales, revisan toda la zona con una cámara de video que inspecciona redes alcantarillado, cerca al lugar donde desembocó la sangre. "Queremos verificar si hay fragmentos de coágulos u otros indicios que indiquen por dónde puede pasar esa sangre", explica Adriana Martínez Gómez, subdirectora de evaluación y seguimiento ambiental de Corpocaldas.
Añade que este trabajo conjunto lo que pretende determinar es la fuente real del vertimiento, dado que el descole por donde salió la sangre está ubicado en la quebrada Olivares, a unos cuantos metros aguas arriba de la intercepción de La Carola.
Esta no es la primera vez. Según Corpocaldas, es el tercer derrame. El primero fue el 15 de diciembre del año pasado y el segundo, el 5 de enero. Este último les permitió conocer que un tubo de alcantarillado es el punto exacto del vertimiento, pero falta saber cuál es la fuente primaria, es decir, de dónde procede.
Por su parte, el Frigocentro envió un comunicado a LA PATRIA en el que reitera que la coloración rojiza del agua de la quebrada Olivares no se debe a vertimientos de sangre derivadas del proceso de beneficio animal que se realiza en sus instalaciones. Además, ofrece su apoyo a las autoridades ambientales para identificar el origen del vertimiento que afecta el agua de esta corriente.
La empresa expone que toda la sangre de beneficio animal se recolecta en un tanque refrigerado y se entrega todos los días a una compañía que realiza su aprovechamiento. Aclara que no hay vertimiento directo de sangre dentro de las aguas residuales generadas en la empresa.
Al respecto, Martínez Gómez agrega que el agua que sale de dicha planta aparentemente cumple con los límites permisibles que establece la norma, lo que pretenden verificar con un muestreo que se efectuará al efluente (vertimiento) de la planta.
"Sabemos que Frigocentro es una entidad seria, que le invirtió mucho a la planta de tratamiento y que la empresa que la maneja también es seria, pero es nuestro deber seguir buscando por dónde está saliendo toda esa sangre", advierte.
Martínez Gómez apunta que la Corporación hace estas investigaciones con información primaria de las muestras de agua que ha tomado, pero recalca que también se enfocará en otras evidencias que le permita hacer una trazabilidad.
"Todos los usuarios que hacen vertimientos no domésticos, lo hacen a la red de alcantarillado y deben cumplir con unos límites permisibles. Esto no quiere decir que saquen todo lo que están produciendo", enfatiza la experta de Corpocaldas.
Sin desconcer la gravedad de estos vertimientos, Fredy Leonardo Franco, docente de la Universidad Nacional y doctor en Medio Ambiente Urbano, explica que estos tres eventos se convierten en un episodio más de contaminación de los múltiples que amenazan la quebrada y argumenta que basta con recorrerla y descender desde La Sultana para verificar su deterioro.
Ante este panorama, plantea un proceso de recuperación, que él comenzó con investigaciones desarrolladas por estudiantes de la U. Nacional para conocer sus amenazas.
Explica que éstas no se dan solo por el vertido de sustancias líquidas, también hay evidencia del botadero de sólidos, entre ellos basuras y escombros, a lo que suma los problemas de minería que también la menoscaban desde la parte alta, lo mismo que la invasión del espacio público.
"La contaminación va más allá del vertido de aguas residuales, hay otras afectaciones ligadas a la minería, a la apropiación del espacio de la quebrada, porque construyen hasta la orilla, como sucede en La Asunción o los lavaderos de carros por la zona del Figorífico del Centro".
El experto también ha evidenciado que la gente que vive cerca a la quebrada no tiene conocimiento de su entorno, y desconoce los problemas que esa agua contaminada le puede generar. Por eso concluye que también hay un problema de apropiación del territorio y desconocimiento de lo que pasa.
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"La quebrada Olivares está muy contaminada porque allí llegan todos los vertimientos domésticos de la ciudad y nosotros todavía no tenemos cómo tratarlos. Esto no quiere decir que cualquiera puede venir a hacer un vertimiento fuera de la norma", Adriana Martínez Gómez.
La resolución 631 del 2015 establecen los parámetros y los valores límites máximos permisibles en los vertimientos puntuales a cuerpos de agua superficiales y a los sistemas de alcantarillado público.
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