Freddy Arango
LA PATRIA | MANIZALES
30 años lleva Jorge Hernando Osorio Gallego viviendo en La Nueva Primavera, de Villamaría, y desde hace 6 avista y a sigue al pato de los torrentes (Merganetta armata) en el río Chinchiná, en el sector de Río Claro. Él se ha convertido en un experto en esta especie, además de velar por su conservación.
Los patos viven en ríos limpios. En años anteriores el Chinchiná era un río muy contaminado. “Como areneros artesanales sacábamos agujas, gasas, cuchillas, colchones, muebles, plástico, tapas de cerveza. Cuando comenzaron a hacerse controles ambientales en la parte alta, se redujo la basura, y llegaron los patos de torrente”, comenta Osorio.
Afirma que donde hay patos hay una manifestación de aguas limpias: “No están descontaminadas en un 100%, porque no son aptas para el consumo humano, pero sí para la naturaleza”.
Comunidad
“Inicialmente lo veía, pero no conocía de observación de aves. Hace tres años empecé a capacitarme. Mientras me desempeñaba como arenero, hice un seguimiento con los compañeros sobre las áreas que ellos habitan, cómo se desplazan a los nidos y sus crías, revisando la familia completa desde que tiene huevos hasta que nacen, y luego la etapa donde tiene que buscar su propio territorio”, explica Osorio.
En La Nueva Primavera habitan 600 personas, el 90% son areneros artesanales en el río. Cuando se empezó a ver el pato de torrente se ofrecieron charlas en busca de su conservación. Lo veían muy bonito para tenerlo en sus casas e intentaban cazarlos para venderlos. Hubo que enseñar que es un pato silvestre, no doméstico, que era nuevo en la zona.
Ahora llaman a Osorio para contarle que vieron una pareja: “Ya empezamos a decirles que el macho es blanco y la hembra color salmón y así fueron familiarizándose con la especie”.
Anidan a dos metros del nivel de espejo de agua, al borde del río donde se ve peña, donde hay piedras incrustadas y huecos.
Convicción
Osorio Gallego es arenero de oficio y avista aves por convicción y amor por la naturaleza. De 6:00 de la mañana a 5:00 de la tarde despacha la arena en volquetas, pero si no hay pedidos deja listo el material y hace los recorridos para seguir a los patos de torrente. Ofrece guianza para avistarlos, el recorrido cuesta $70 mil para grupos de 6 personas.
Logotipo
La Sociedad Caldense de Ornitología tiene la Merganetta armata o Pato del Torrente en su nombre común, seleccionado por sus miembros como su símbolo y expresión de su preocupación por su conservación en el departamento.
Cuando llegan a la edad adulta conforman pareja y es única. Un pato juvenil puede cruzar por el territorio de otros patos y no es agredido, pero si un macho adulto se acerca es expulsado por el otro macho.
Foto| Jorge Hernando Osorio|LA PATRIA
Explica que en 124 días los patos se convierten en adultos. Les hace un registro por 3 días, a los 15 días otro y a los 30, de nuevo. A los 90 días empiezan a definir el color, según sea hembra o macho.
En el río Chinchiná hay identificadas varias piedras gigantes -la percha de cada pato-, cada pareja tiene un área de unos 500 metros, espacio que utilizan para alimentarse y criar sus “patuelos” y para enseñarles las actividades acuáticas.
La ruta del pato de torrente donde está la puerta de entrada al Merganetta armata comienza de la bocatoma hacia arriba. No se garantiza el avistamiento de inmediato porque a veces las aves se resguardan. Es asunto de paciencia.
Jorge Hernando Osorio, comenta que en el río Chinchiná se empezó a observar este pato y ahora se encuentran también por Neira y en quebradas de Gallinazo (Villamaría).
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