Isabel Vallejo Jiménez
La Patria | Manizales
Jhon Alexander Castañeda ve en la diversificación de cultivos una opción de autosostenibilidad. En su finca, situada en la vereda manizaleña Pueblo Hondo, siembra tomate y café; cría conejos, piscos y cerdos, y germina pimentón.
Quisiera que su predio fuera incluido como alternativa turística del Paisaje Cultural Cafetero y aspira ampliar su gama de producciones agrícolas.
La asistencia técnica y planificación que recibe del Municipio de manera intermitente le han servido para fortalecerse; sin embargo, acepta que en temas como variabilidad climática aún se siente flojo y poco preparado.
“Uno mismo debe evaluar los temas de riesgo. Los fenómenos climáticos no son previsibles, así que hay que tomar medidas. El Estado no traza políticas públicas ni planea la zona rural y mientras sigamos sujetos a políticas pasajeras, nada cambiará”, contó Jhon Alexander, quien tiene bajo cubierta su tomatera como medida de protección ante las fuertes sequías o lluvias.
“Si cae mucha agua se pudren las hortalizas, si hay mucho calor, no crecen. Cualquier extremo afecta”, continúa.
Hay seguimientos, pero falta más
El agrónomo Juan Carlos Grisales, de la secretaría de Agricultura de Caldas, asegura que no existen protocolos de nutrición para las plantas ni procesos de buenas prácticas agrícolas asociados al clima en Colombia. Explicó que desde su cartera se promueven estrategias, seguimientos y ayudas, pero no de forma directa.
“La percepción del productor frente al clima es diferente. Lo ve grave si hay volcamientos de cultivo por vendavales o abortos de frutas por sequías, pero en realidad hay cosas más de fondo que no conocen por falta de políticas nacionales agropecuarias. Nosotros les hacemos acompañamiento a los productores, pero falta fomentar más procesos”, contó el funcionario.
Luis Gustavo Ocampo, por ejemplo, hace 14 años perdió todas sus matas de café, cocheras y gallineros debido a un fuerte invierno. Con su familia y con poca plata en el bolsillo emprendió de nuevo. Diversificó, al igual que Jhon Alexander, sus productos y hoy el fuerte de su terrero, ubicado en la vereda La Aurora, es el banano.
Ya no le teme tanto a las inclemencias del clima porque él mismo, con ayuda de Procuenca, se prepara para enfrentarlas. “En todo el perímetro de la finca hay sembrados pinos y nogales para que protejan los cultivos de vendavales. “Estamos reforestando, protegimos nacimientos. El calor favorece el banano y las lluvias hacen que su ciclo aumente dos semanas, pero nada que no se pueda manejar. Lo que hice después del año 2000 fue averiguar bien, estudiar el campo al que me metería y no endeudarme. Voy haciendo cosas con lo que tengo, pues no contamos con seguros ni subsidios que otorgue el Estado”, relató.
Adaptarse es la clave
Para Carlos Julio Castillo, profesional especializado de Corpocaldas, el asunto de variabilidad climática es algo estadístico. “Se comparan fechas exactas y se determina si hay probabilidades de fenómenos climáticos. Lo que es claro es que todos los productores deben estar dispuestos a adaptarse, a estar listos para enfrentar los cambios. Deben programarse. Tenemos que ser concientes de que un extremo climático podría acabar con los cultivos que son nuestra alimentación. Se trata de una cadena alimenticia, que todos debemos asumir, conocer y prepararnos para sortearla”, concluyó.
El dato
Caldas es un departamento cafetero.
Tenga en cuenta
El ingeniero agrónomo Carlos Montes, de la Asociación de Cítricos de Caldas, explica que los productos que cultivan resisten, no en exceso, los veranos. Las naranjas al no recibir agua se quedan pequeñas y no consiguen el tamaño ideal. Además no logran la dulzura esperada.
“La Asociación recibe acompañamiento de la Alcaldía y Gobernación, pero no es culpa de ellos que en el país no existan investigaciones de cítricos para zonas montañosas, así que nos toca aprender todos los días sobre qué hacer cuando ocurren fenómenos. El país se especializó en el café y nuestras técnicas actuales son experimentales”, contó Montes.
Malas prácticas
La deforestación, la minería y la ganadería extensiva serían los mayores causantes de los problemas ambientales en Colombia, según un informe de la ONU sobre cambio climático presentado a finales de marzo pasado.
El Niño
Ricardo Lozano, exdirector del Ideam, explicó que El Niño tiene dos etapas: "la de desarrollo y madurez. En este instante está en su etapa de desarrollo y entre julio y agosto posiblemente inicia su etapa de madurez, se consolidará y podemos confirmar que las aguas del Océano van a seguir calentándose. La etapa de madurez termina en diciembre cuando inicia la temporada seca del año y por eso es tan peligroso y se acabará la poca lluvia que nos llega en esos meses", puntualizó.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015