Elizabeth Restrepo Rojas
LA PATRIA | Manizales
Jorge Mejía no tuvo ayer un día normal de trabajo. Él se encontraban prestando vigilancia en el Bloque D, edificio administrativo, de la Universidad Nacional – Sede Palogrande y terminó cazando un ejemplar de leopardus tigrinus que irrumpió en el sitio.
“Lo vi cuando iba del sector del restaurante hacia la Avenida Paralela y para que no lo matara un carro, decidí atraparlo, me atreví. En ese momento llamé al compañero Javier Zambrano y él me apoyó”, dijo Mejía, sin terminar de salir del asombro por la situación.
Inmediatamente, ambos se dieron a la tarea de cogerlo. Cajas, tarros y chaquetas y mucha agilidad fueron los elementos y estrategias utilizadas para el fin. Según cuentan los hombres, la tarea no fue fácil y el felino trató de escapar: “a lo último lo atrapamos luego de estar bien cansado”, apuntó Zambrano.
Luego de la captura el tigrillo lucía asustado, no paraba de rugir y su respiración estaba agitada. Sus ojos, bien abiertos, permanecían atentos a los movimientos de los vigilantes.
Pidieron ayuda
Cuando ya estaba seguro los vigilantes informaron a Corpocaldas. La institución envió al biólogo Leonardo Mendieta Giraldo y él, tras realizar el acta de hallazgo del mamífero, procedió a guardar al felino en la jaula que es requerida por los protocolos de seguridad. Lo hizo con la ayuda de Mejía y Zambrano en la sala de catedráticos.
Mendieta Giraldo indicó que la presencia del animal en el lugar puede deberse al silencio y a la falta de estudiantes en el sitio. El profesional señaló que es muy probable que el tigrillo se saliera de un fragmento del bosque del Jardín Botánico que baja hasta la Ruta 30 y al Colegio San Luis Gonzaga.
Según el profesional, encontrar una especie de este tipo tan cerca a la ciudad es muestra de que su hábitat se encuentra estable. “Que aparezca nos da a entender que hay un equilibrio”, señaló.
No hay peligro
Mendieta Giraldo pide calma si algún transeúnte observa uno de estos felinos: “Todos los animales son agresivos, no solo los tigrillos. Lo hacen porque están nerviosos y se sienten acorralados. La primera reacción que por lo regular tienen cuando lo ven a uno es huir. Son agresivos cuando uno los manipula, pero no son muy peligrosos”, concluyó.
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