
La religiosa es la directora del . Desde el 2007 toca puertas para conseguir cobijas y regalar a los niños.
B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | VILLAMARÍA
Como bolas de cristal, así rodaron por las mejillas de sor Lilia Ramos, unas cuantas gotas de llanto. La alegría de Juan Camilo, de 5 años, cuando la religiosa le entregó de regalo una cobija fue el detonante que hizo brotar sus más bellos sentimientos.
Fueron 100 las que entregó a los niños del barrio El Jazmín, pero no fueron lasúnicas. Recolectó 520, las que repartió en las veredas, a los niños del restaurante y a otras fundaciones no solo de Villamaría, sino de Manizales. Su manera desbordante de dar la resume en unas palabras simples que condensan toda su vocación: "soy incapaz de dejar a una persona con la mano estirada y menos si es un niño".
Paga con oraciones
La religiosa, de la comunidad Vicentina, tiene un plan trazado desde enero para recoger lo que obsequia en diciembre. "Son muchas las necesidades de los niños y pocos los recursos, por eso me tengo que mover para poderles ayudar", dice la monjita que ya es reconocida en Villamaría como el Niño Dios de los niños de escasos recursos.
Su mano tendida, su sonrisa constante y su pequeña estatura la hacen gigante en el corazón de la gente que recibe su ayuda, pero también de aquellos que toca para que le colaboren con su obra. A estos últimos los consigna en una cuaderno y todos los días, sin falta, ora por ellos. "Es lo único que puedo hacer, tomo mi cuaderno y para cada nombre hay una oración, así compenso su bondadoso corazón".
De vocación
Sor Lilia es la directora del Restaurante el Buen Dios, en Villamaría, donde almuerzan 60 niños. Pero su vocación de servicio no termina ahí, ella recorre las veredas, las zonas vulnerables del municipio donde lo que más abunda, según ella, son necesidades. "Hay niños que permanecen solos en la noche, otros llegan sin desayunar o son maltratados, todo eso lo quisiera cambiar con ayuda de las buenas personas que conocen mi labor", afirma la monjita.
No es la primera vez que Sor Lilia regala cobijas, esta labor la comenzó en la Navidad del 2007. "Lo único que le pido al Niño Dios es que me dé vida y salud para seguir trabajando", concluye.
Seguro esta Nochebuena el Niño de Belén la colmará de bendiciones,que serán bienvenidas para todo lo que da.

En el restaurante empacando las cobijas que arroparán a los niños en esta Nochebuena.
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