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Foto | Freddy Arango | LA PATRIA
Isabelita Jaramillo de Vélez, luego de entregar la presidencia de la Cruz Roja de Caldas, compartió el recuerdo de algunos momentos fundamentales en su vida como voluntaria.
HELMER GONZÁLEZ
LA PATRIA | MANIZALES
"Me pareció que ya era conveniente que la presidencia de la Cruz Roja la tomaran otras personas. Se formaron dos vicepresidentes magníficos que son Fabián Escobar y Darío Gómez Jaramillo".
De esta manera Isabel Jaramillo de Vélez le bajó revoluciones a su vida como presidenta de entidad humanitaria, cargo que entregó hace tres semanas. Aclaró que seguirá en las juntas directivas y que será voluntaria hasta la muerte.
Su vida de voluntariado la llenó de historias, pero advierte: "Siempre he vivido en las tragedias, así que no tengo nada divertido que contarle". El 7 de enero de 1982 ocurrió un episodio de esos.
"Lo de San Fernando fue espantoso. En octubre del año anterior se me había muerto mi hijo (Miguel) en un accidente de aviación. El alcalde era Luis José Restrepo. Me fui temprano para allá porque nos habían citado. Llegamos a la casa de una señora Soledad, para ver que íbamos a hacer, porque no aparecían los cadáveres, la lluvia seguía y el peligro para los rescatistas era evidente".
Se sentó en una piedra a mirar el panorama desolador y la destrucción. No tardó un segundo en soltar el llanto. "Estaba llorando por el muerto mío y los ajenos". En ese momento se desarrollaba una reunión para tomar decisiones.
"Se arrimó una señora y me dijo: 'señora, usted nos tiene que ayudar. Abajo están enterrados mi marido, una hija que estaba esperando un bebé y mi yerno". Fue una descarga eléctrica que la impulsó a integrarse a la junta de emergencia, atendiendo la petición de la mujer de no suspender el rescate.
"Yo me fui con el corazón arrugado y les dije que pusiéramos en manos de Dios a nuestros voluntarios. El resultado fue que el mismo día a las 8:00 de la noche ya habían sacado a todos los muertos".
En esas épocas Manizales rodaba en cualquier pendiente cada seis meses y allá llegaban ellas, de delantal blanco, a cooperar con el Cuerpo de Bomberos. "Organizábamos albergues para los damnificados que debían salir de sus casas o que ya las habían perdido. Llegamos a tener seis escuelas con albergues de damnificados y en cada uno cerca de 80 personas. Todo lo manejábamos las damas grises. Era duro, porque la gente no es fácil, en esa situación no son los más amables y no tienen por qué serlo, están en una tragedia, un momento duro de su vida y se ponen a la defensiva".
Su voluntariado
El voluntariado de Isabelita, como la llaman cientos de manizaleños influenciados por su vocación de servicio, comenzó en el Hospital Infantil. En sus recuerdos están los días en los que como dama gris, hace 50 años, atendía a los niños. Su labor era entretenerlos, cuidarlos y darles la comida. Como fundadora de las Damas Grises, hacía parte de la junta directiva de la Cruz Roja y poco después de fundar las damas le tocó suceder a Rafael Henao Toro.
Desde el máximo cargo impulsó los tres cuerpos que integran la entidad como son el socorrismo, los jóvenes voluntarios y las damas grises. A su gestión se suma también la creación de la Escuela de Auxiliares de Enfermería, que lleva dos años funcionado.
El proyecto pedagógico surgió luego de encontrar gente que no podía pagar lo que cobran las universidades, pero que la Cruz Roja sí podía ofrecer.
La palabra voluntariado en su boca suena como algo sagrado: "Es puro apostolado y duro. Los damnificados no son gente agradecida, a uno por orgullo le gusta que le agradezcan, así que para ser voluntario hay que ser humilde, tener un amor infinito por la humanidad y en la Cruz Roja practicamos el amor por cada persona que nos necesita", así que se conforman con una sonrisa de un niño o un agradecimiento de una anciana a la que le sacaron el televisor de un barrial.
Al respecto hace énfasis en la clásica escena de la atención humanitaria. "Es lo primero que hay que salvar. Usted ve en las imágenes una fila de gente y el que va adelante es un voluntario con un televisor al hombro, porque es el tesoro más importante que tienen las personas en la casa".
Concluye que como apostolado se tiene que entender a la persona que está en el barro, la pobreza, el desamor, el desengaño y que no tiene los privilegios de los mismos voluntarios.
Dejar la presidencia
"Estoy cansada, han sido responsabilidades grandes. Recuerden las condiciones en las que estaba el Hospital Infantil. No dormía de pensar cómo íbamos a pagar los médicos. Ahora la situación es manejable y distinta".
Es posible que en su decisión haya influido el desgaste sufrido en esas gestiones. Aunque también el éxito la acompañó cuando creó a Cormanizales para salvar la Feria Taurina, de donde salen importantes recursos para el Infantil. Así mismo, le dio vida al Hemocentro del Café.
"El banco de sangre (como se llamó inicialmente) siempre se ha sostenido, igual que Cormanizales, aunque este año no sé que haremos con el dólar a ese precio".
Mirar atrás no le produce nostalgia, sino que se declara contenta, con una carga menos, pero siempre dispuesta a colaborar con el presidente de la institución.
Cormanizales
La entidad que organiza la Feria Taurina se creó para suplir la decisión del gerente de Tesma, Jaime Arango, de no realizar más el espectáculo. "Yo me asusté mucho. Pregunté quién iba a hacer esas temporadas, pero nunca imaginé que fuera yo". Encontró el apoyo de la comunidad y la confianza propia. "Cuando yo pido, me dan, la comunidad nunca me ha negado nada".
En compañía de directivos de la Cruz Roja hicieron una convocatoria a empresarios, con el fin de recoger una plata y empezar. Respondieron unas 60 personas y entidades. El dinero se guardó, se puso a rentar y empezaron a programar la primera temporada taurina de Cormanizales.
"Pedimos ayuda a Bogotá y Medellín para que nos asesoraran, porque no teníamos ni idea qué hacer, nadie sabía ni cómo se contrataban los toreros". Luego de tres temporadas Cormanizales asumió sola la organización del certamen. "Hoy es una empresa organizada, que da buenos dineros al Hospital Infantil y esa es la parte más importante de la Corporación. Salió adelante y ahora la entrego con mucho cariño".
El Hemocentro
A raíz de la tragedia del Ruiz nació el Banco de Sangre de la Cruz Roja, hoy Hemocentro del Café. Luego de la emergencia la institución mundial se manifestó desde otros países como Estados Unidos y Alemana que donaron equipos, mientras que España giró dinero en efectivo. En general nunca ha tenido inconvenientes. Aunque sí lo afactan las carteras de salud por los incumplimientos de pagos de las EPS, señala Isabelita.
Tragedia de graduación
Es ineludible hablar de la Cruz Roja sin asociarla al papel que jugó en la tragedia de Armero en 1985. "Eso sí fue macabro, porque nosotros empezamos a capacitarnos desde mucho antes, con Gonzalo Duque y otros personajes que vinieron aquí. Acabamos aprendiendo de vulcanología. Conocimos el mapa de riesgos y por dónde iban a bajar las avalanchas", comenta Jaramillo de Vélez.
Quizás por ser un recuerdo tan vivido e impactante en su vida relata con un aire de seguridad: "Cuando sucedió ya lo sabíamos y estábamos seguros de que Armero iba a desaparecer. Sabíamos que por el río Chinchiná bajaría una gran avalancha, que no iba a hacer tantos daños como por el otro lado, pero sí muy grave".
Continúa su relato contando que el día de la erupcion del volcán recibió una llamada del lado del Tolima a las 4:00 de la tarde. Le dijeron que estaban cauendo piedras pequeñas. "Les dije: 'va a eruptar el Ruiz esta tarde'".
A su vez se comunicaron con expertos como Gonzalo Duque y Javier Echeverri a contarle lo de las piedras diminutas y ellos dijeron: "Eso es fatal".
"Ya se sabe que el gobernador de allá no apareció, no hubo quien les ayudara y que la misma gente de Armero se negó a creer. Nosotros sí sabíamos. Estos voluntarios hablábamos con propiedad de volcanes".
Aplicar la atención a los damnificados fue lo más complicado. En Caldas quedaron regados a lo largo de los ríos por donde pasó la avalancha, desde la quebrada Molinos hasta el Kilómetro 41. "Eso fue macabro", dice y agrega: "El Ruiz fue una gran escuela antes y después porque sabíamos que iba a pasar, como estamos seguros ahora de que va a eruptar, que está dando los primeros avisos. Esas nubes de ceniza y esos tremores en que se mantiene son la sintomatología, es un nevado vivo que ya no es el tal león dormido que le decían. No se sabe cuando ni como pero sí que la situación del Ruiz es muy fuerte".
Cargos que deja
Presidencias de:
*La Cruz Roja de Caldas.
*Hemocentro del Café.
*Cormanizales.
Continúa como presidenta honoraria de la Cruz Roja Nacional.
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