MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
El lunes deja a Manizales y la dirección de la Basílica Inmaculada Concepción el sacerdote Sigifredo Ortiz Arias, tras 9 años como párroco. Se retira del sacerdocio activo para irse a vivir a Medellín.
Dice que llegó el momento de descansar y de darle la oportunidad a otro sacerdote. "Me voy con dolor en el alma, porque Manizales será inolvidable. Pasé la mitad de mi vida acá, 36 años de los 75 que tengo. Solo hay gratitud y cariño", dice con voz entrecortada.
Renovador
- ¿De qué parroquias estuvo a cargo?
La primera fue en Salamina como vicario de monseñor Carlos Isaza, luego me nombraron párroco de Norcasia, después de Filadelfia y de allí vine a Manizales, en 1984, a San Joaquín. Estuve 10 años en la Santísima Trinidad y 9 años en la Basílica Inmaculada Concepción.
- Deja templos recuperados, ¿cuál es su balance?
El templo de San Joaquín prácticamente hubo que hacerlo, le puse el alma y el corazón. Remodelé la Santísima Trinidad hasta donde permitía su estilo; óleos del maestro Luis Alonso Loaiza, altar, retablo (estructura detrás del altar) y vitrales. La corona de mi sacerdocio es haber convertido la Inmaculada en Basílica. Dejo restauradas las imágenes, el Viacrucis, las bancas, los vitrales y se compró un órgano fabuloso que es el mismo que tiene la Basílica de San Pedro en Roma.
Regalos de Dios
- Tampoco olvidarán sus misas animadas con canciones, ¿de dónde viene esa forma de celebrar?
Lo heredé de mis padres, les gustaba mucho la música. Cuando llegué a Manizales tuve la dicha que monseñor me mandara a Bellas Artes a estudiar tres años Música y Canto, con el inolvidable maestro Conrado Sepúlveda. Y mi Dios me regaló la voz para entusiasmar a los fieles y acompañarlos.
- ¿En qué consistían las serenatas?
Empecé con el maestro Alonso Bedoya en Filadelfía; luego en Manizales con el maestro Carlos Arturo Marín, director de la Banda Municipal. Eran los domingos, después de las misas principales. La gente se quedaba, cantaba y gozaba con los boleros, tangos y música colombiana. Era una alegría sacarlos de la monotonía, que vivieran una experiencia distinta en el encuentro con Dios.
- ¿Extrañará las caminadas diarias por la Avenida Santander y la carrera 23?
Claro, pero también a la gente de Manizales que me apoyó tanto.
El nuevo párroco de la Basílica Menor Inmaculada Concepción es Rigobero Rivera Ocampo, actual párroco de Nuestra Señora del Rosario de Villamaría; para donde irá Álvaro Arango Ferrer, párroco de San Antonio, y para San Antonio va el sacerdote Oribel López Castaño.
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